El obispo de Solsona, nombrado referente de la CEE para la fase de aplicación del Sínodo Francesc Conesa: “Estoy convencido de que el papa León intentará aplicar las conclusiones más importantes del Sínodo"

"León XIV es un hombre que vive la sinodalidad con estilo propio”
El prelado, que sustituye Vicente Jiménez, será a partir de ahora el referente del episcopado español a la hora de llevar adelante el plan de implementación en las diócesis del documento final del Sínodo, que culminará en 2028 con la celebración de una asamblea eclesial en el Vaticano
"Esta es una asamblea eclesial donde está llamado a participar el laicado directamente. E, incluso, diría que la mayoría de las personas que participen serán laicas, a pesar de que también tendrá consagradas. Será una asamblea de toda la Iglesia. Es lo más parecido a lo que es un Consejo Pastoral de la Iglesia"
Sobre Prevost: "En una de sus intervenciones en el Sínodo, cuando hablábamos del tema de la escucha mutua, de la decisión común y de la corresponsabilidad, expresó precisamente lo mismo que dijo en el balcón de la basílica de San Pedro, la frase de San Agustín, “con vosotros soy cristiano, para vosotros soy obispo”. Es una cita que se ve que la tiene muy bien inserta en el corazón"
"Esta es una asamblea eclesial donde está llamado a participar el laicado directamente. E, incluso, diría que la mayoría de las personas que participen serán laicas, a pesar de que también tendrá consagradas. Será una asamblea de toda la Iglesia. Es lo más parecido a lo que es un Consejo Pastoral de la Iglesia"
Sobre Prevost: "En una de sus intervenciones en el Sínodo, cuando hablábamos del tema de la escucha mutua, de la decisión común y de la corresponsabilidad, expresó precisamente lo mismo que dijo en el balcón de la basílica de San Pedro, la frase de San Agustín, “con vosotros soy cristiano, para vosotros soy obispo”. Es una cita que se ve que la tiene muy bien inserta en el corazón"
(Agencia Flama) La comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española ha dado esta semana el visto bueno al nombramiento, anunciado el pasado mes de abril, del obispo de Solsona, Francesc Conesa, al frente del equipo sinodal. El prelado, que sustituye Vicente Jiménez, será a partir de ahora el referente del episcopado español a la hora de llevar adelante el plan de implementación en las diócesis del documento final del Sínodo, que culminará en 2028 con la celebración de una asamblea eclesial en el Vaticano.
¿Qué orientaciones tienen los obispos por parte de la Secretaría General del Sínodo de cara a esta nueva fase que ahora empieza?
El día 27 de junio, hay prevista una reunión de la Secretaría del Sínodo con el papa León. Y después de esta reunión, cuando él lo apruebe todo, saldrá el documento de apoyo para la fase de implementación. Estamos trabajando para ver cómo llevar a cabo esta fase, y por eso no solo hemos constituido el equipo sinodal de la Conferencia Episcopal Española, sino que también recomendamos y pedimos a los obispos que en cada una de las diócesis se ponga en marcha este equipo sinodal. Lo pueden formar las mismas personas que estuvieron en la fase de escucha, pero también puede ser renovado o complementado; cada cual verá qué es más conveniente en su diócesis. Algunos han pensado en el Consejo de Pastoral para impulsar esta tarea. Me parece bien. Es una opción. Lo importante es tener personas que ayuden a poner en marcha esta fase de implementación, que es importante, porque hemos tenido fase de escucha de casi dos años; fase de celebración, de dos años más, con dos sesiones, y ahora vienen tres años, para ver cómo aplicar las conclusiones del Sínodo.
Nuestra tarea es, sobre todo, animar a las diócesis facilitando instrumentos para ir aplicando lo que dice el Sínodo en materia, por ejemplo, de rendición de cuentas, de evaluación y animación de la espiritualidad sinodal
¿En qué consiste exactamente la función del equipo sinodal que usted lidera?
Básicamente, tenemos que ayudar a sacar adelante esta fase. Entre otras cosas, esto implicará elaborar conclusiones y hacer una evaluación a escala nacional como Conferencia Episcopal Española cuando acabe el proceso. Pero más allá de esto, nuestra tarea es, sobre todo, animar a las diócesis facilitando instrumentos para ir aplicando lo que dice el Sínodo en materia, por ejemplo, de rendición de cuentas, de evaluación y animación de la espiritualidad sinodal.

Entre los miembros del equipo hay mujeres, laicos, un cura…Un equipo sinodal, nunca mejor dicho, en el cual participan personas de perfiles diferentes.
En efecto. Hay una consagrada, hay una joven, hay laicos implicados, muy implicados, con la sinodalidad. Como por ejemplo Eva Fernández, que es la presidenta de la Asociación Católica, que estuvo con nosotros en las dos asambleas generales en Roma. También hay, como usted apunta, un cura, yo tenía claro que quería uno dentro del equipo. Es muy importante que los rectores de parroquia se impliquen en el sínodo. Por eso, hemos incorporado al equipo a Miguel Ángel González, que representó la Conferencia Episcopal Española en el Encuentro Internacional de rectores por el Sínodo, celebrado este pasado mes de mayo, y es también el coordinador del equipo en su diócesis de Coria-Cáceres.
Parecía que el sínodo sobre la sinodalidad se había acabado con el documento final, y después el papa Francisco, poco antes de morir, se sacó de la manga este plan a tres años. ¿Ustedes se lo esperaban?
En parte sí, en parte no. Porque en el Episcopalis Comunio, que es la Constitución Apostólica sobre el sínodo, se especificaba que el proceso tendría que tener tres fases y que la tercera, la de implementación, se explicaría en su momento; de forma que sabíamos que algo vendría. Ahora, lo que no conocíamos es el calendario que estableció el papa Francisco el mes de marzo.

Esta fase concluirá en 2028 con una asamblea eclesial. ¿Qué diferencia hay entre esta reunión y una asamblea general como las que se celebraron en Roma en 2023 y en 2024 y en las cuales usted participó?
Esta es una asamblea eclesial donde está llamado a participar el laicado directamente. E, incluso, diría que la mayoría de las personas que participen serán laicas, a pesar de que también tendrá consagradas. Será una asamblea de toda la Iglesia. Es lo más parecido a lo que es un Consejo Pastoral de la Iglesia, donde tenemos todas las vocaciones, pero mayoritariamente laicos, que es la mayor parte del pueblo de Dios. Ha habido experiencias previas de asambleas eclesiales: en Australia, en Latinoamérica, con el CELAM. La asamblea eclesial, al haber más laicos, difiere del sínodo en el sentido en que es más expresión de sinodalidadvque de colegialidad. El Sínodo es más colegial, son los obispos, sobre todo, y, en cambio, una asamblea es un momento de escucha, es otro nivel.
¿Usted coincidió de forma próxima con el cardenal Prevost en las sesiones del Sínodo?
Coincidí. Algún café tomamos juntos, y charlamos alguna vez. Sí, y la impresión que nos dio fue muy buena, en el sentido que era una persona sencilla, una persona muy agradable. Sí, tanto yo como los otros obispos que había conmigo nos llevamos una muy buena impresión del cardenal Prevost. Y nos alegramos de que ahora esté en la sede de Pedro.
Otras personas que participaron decían que era un hombre que hablaba poco, pero que, cuando lo hacía, sus argumentos suscitaban interés.
Efectivamente. Es curioso que, en una de sus intervenciones en el Sínodo, cuando hablábamos del tema de la escucha mutua, de la decisión común y de la corresponsabilidad, expresó precisamente lo mismo que dijo en el balcón de la basílica de San Pedro, la frase de San Agustín, “con vosotros soy cristiano, para vosotros soy obispo”. Es una cita que se ve que la tiene muy bien inserta en el corazón.

Entonces, podemos decir que es un hombre empapado de sinodalidad, ¿no? Porque también ha cultivado esta dimensión durante sus años en Perú.
Yo creo que es un hombre que vive la sinodalidad, y lo hace a su manera. Cada cual tiene su personalidad, y este papa también ha demostrado que tiene un estilo propio, una manera de ver las cosas, pero siempre desde esta perspectiva de la sinodalidad, a la cual se ha referido en dos o tres discursos. Ahora esperamos que confirme el calendario y las acciones que propondrá la secretaría sinodal en coordinación con él. Estoy convencido de que el papa León intentará aplicar las conclusiones más importantes del Sínodo.
Una de las características de una Iglesia sinodal es la acogida, la acogida a todo el mundo. Y esto tiene que obligarnos a revisar cómo acogemos personas que se han sentido excluidas por nosotros
Hay otras cuestiones de estas que siempre destacan los medios, sobre todo en relación con la participación de la mujer, los homosexuales o la diversidad en el ámbito de las familias. ¿Estos temas podrán evolucionar de alguna manera, se podrán desencallar a partir de esta nueva forma de relacionarse y de crecer como Iglesia?
Bien, yo creo que una de las características de una Iglesia sinodal es la acogida, la acogida a todo el mundo. Y esto tiene que obligarnos a revisar cómo acogemos personas que se han sentido excluidas por nosotros. Esta observación está presente en el documento final, revisamos qué hemos hecho y cómo podemos dar y acoger y acompañar a estas personas.
¿Cree que este documento final ya se está empezando a trabajar en las parroquias?
Tengo constancia de que ya se está trabajando y que algunas han apostado muy fuerte y otras quizás no tanto. Pero despacio todas se irán animando.
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