Los obispos aragoneses publican una pastoral contra la despoblación La Iglesia hace suyo el clamor por la España vaciada

Los obispos de Zaragoza y Teruel presentan la carta pastoral
Los obispos de Zaragoza y Teruel presentan la carta pastoral Iglesia en Aragón

"La despoblación es un tema candente y preocupante", sostiene el arzobispo de Zaragoza

'Nazaret era un pequeño pueblo: la Iglesia en Aragón al servicio del mundo rural', se titula el texto, que será publicado el 1 de diciembre

El obispo de Teruel destaca el "rostro femenino del mundo rural"

"La comunidad cristiana nunca se ha encerrado en sí misma, sino que ha generado un movimiento de ayuda de las más fuertes a las más débiles, de las más numerosas a las más pequeñas, siendo capaces de poder compartir y repartir con los demás, aun lo poco que posean"

"La despoblación es un tema candente y preocupante". El arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, admitió ayer una realidad que afecta a buena parte de nuestro país, y también a la Iglesia: la España vaciada. Junto a él, todos los obispos de Aragón han presentado este mediodía la carta pastoral 'Nazaret era un pequeño pueblo: la Iglesia en Aragón al servicio del mundo rural', en el que proponen “pistas de actuación pastoral” ante la despoblación, y la falta de vocaciones sacerdotales. La media de edad del clero aragonés es de 70 años, y el relevo se torna complicado.

Los datos hablan por sí solos. En Aragón hay 300 curas rurales que se las ven y se las desean para que “ningún pueblo quede abandonado”, tal y como resaltó el obispo de Teruel, Antonio Gómez, quien también resaltó el “rostro femenino del mundo rural”. De hecho, de los 28 animadores pastorales de la diócesis, 18 son mujeres.

Un rayo de esperanza

Pese a todo, “queremos ofrecer un rayo de luz y de esperanza ante la situación grave de la despoblación en nuestras diócesis”, tal y como se recoge en la introducción de un texto, de 41 páginas, que se publicará el 1 de diciembre y que ofrece “un tiempo de proyectos ilusionados con la confianza puesta en Dios”.

'Nazaret era un pueblo pequeño', publicación de la Iglesia de Aragón
'Nazaret era un pueblo pequeño', publicación de la Iglesia de Aragón

La pastoral, según los prelados de Zaragoza y Teruel, “es un reconocimiento y también un agradecimiento a todas las personas que, optando por permanecer en los pequeños pueblos de nuestra extensa geografía rural, han sido y siguen siendo los trasmisores y los referentes de nuestra fe”.

“Un canto a las minorías creativas que están siendo las comunidades de nuestros pueblos”, y “un elogio de lo pequeño frente a la valoración de los números y de las masas, frente a la asfixia de la productividad y la dictadura de la apariencia”

"No somos un residuo"

En el texto, los obispos valoran “los grandes esfuerzos que nuestras Administraciones están haciendo por mejorar la vida en el mundo rural”, al tiempo que animan “a nuestros políticos a que sigan en esta dirección y estén muy atentos a estos pequeños núcleos, ya que podemos ser un pequeño resto de lo que fuimos, pero nunca un residuo”.

Por ello, alientan a que se siga “escuchando a las personas del mundo rural” y a que, entre todos, “mantengamos el respeto a la casa común, que es la tierra que habitamos, en la búsqueda de un desarrollo sostenible que sustente el necesario equilibrio ecológico”.

Los obispos de Aragón se vuelcan con la España vaciada
Los obispos de Aragón se vuelcan con la España vaciada

No es cuestión de número, sino de vitalidad

La obra se estructura en tres bloques: (I) Una mirada a la realidad; (II) Lectura creyente de la realidad pastoral; y (III) La pastoral de los pueblos pequeños. Entre las conclusiones, se habla de la necesidad de acercarse a “cada comunidad y contemplarla como un pequeño brote, alimentada y sostenida por la Palabra y el Cuerpo de Cristo, partido y repartido”, como primer signo de esperanza. 

Los pastores apuntan que “la comunidad cristiana nunca se ha encerrado en sí misma, sino que ha generado un movimiento de ayuda de las más fuertes a las más débiles, de las más numerosas a las más pequeñas, siendo capaces de poder compartir y repartir con los demás, aun lo poco que posean”. Porque “no es cuestión de número, sino de vitalidad, aunque la vocación de la Iglesia es que Cristo y su mensaje llegue hasta los confines de la tierra”, concluyen los obispos.

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