El Padre Ángel impuso a la Santina el pectoral y el anillo episcopal que le regaló Don Gabino Jesús Sanz: “Que Dios os bendiga, y que lo que comenzó como un grano de mostaza el Señor lo siga haciendo fructificar”

El Padre Ángel es reconocido y venerado como un símbolo icónico de la sociedad y tanto la gente como los políticos se pegan por salir en una foto a su lado. En cambio, en la Iglesia, su casa, a la que con su presencia en los medios da lustre, algunos eclesiásticos españoles le ponen pegas. Los mismos que critican al Papa Francisco. Y, sin embargo, el fundador de Mensajeros de la Paz sigue fiel a la institución y, para concluir las celebraciones de las bodas de diamante de su organización en Asturias, quiso hacerlo en la basílica de Covadonga, arropado por su abad y por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz.

60 años después, el padre Ángel peregrinó de nuevo a la santa cueva de Covadonga, para “dar gracias a la Santina y decirte que te queremos”. A su lado, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, pedía a los presentes que se dejasen “‘mirar por esas dos miradas: la del niño que mira a la madre y la de la madre que nos contempla”.

Apoyado en el brazo de Don Jesús, que le sirvió de báculo, el Padre Ángel hizo todo el recorrido entre la santa cueva y la basílica, donde se celebró la solemne eucaristía de acción de gracias por estos 60 años de Mensajeros de la Paz.

La homilía, bella y didáctica, como todas las de Don Jesús, al que, además acompañan una buena voz y una dicción de profesor. Dice cosas bellas y las dice bien. “Estamos aquí para celebrar los 60 años de una historia muy querida, la de Mensajeros de la Paz. Covadonga abre sus puertas y la Santina sus brazos para unirse a vuestras bodas de diamante”, comenzó el arzobispo.

Después explicó que Asturias es la única comunidad de España que tiene nombre plural, quizás porque está habitada por gentes plurales, que saben llorar, reír y querer. “De esta tierra bendita ha salido el Padre Ángel, porque el Señor suscita en medio de su pueblo personas que nos recuerdan lo olvidado o lo traicionado. Mensajeros de la Paz fue un grito de parte de Dios que nos vino a reproponer el Evangelio”. Para enseñarnos a “convertir nuestras lágrimas en su propio llanto”.

Una historia, sobre todo, en la que “tantos niños y ancianos fueron acompañados”. En España o en otros muchos países. Y Monseñor Sanz recordó su viaje con Mensajeros de la Paz a Dominicana, Haití, Guatemala y México, “donde quedé tocado y conmovido por el derroche de entrega y amor”.

Por eso, ante la Santina “nos juntamos para dar las gracias y seguir luchando. Y dentro de otros quince años celebraremos las bodas de platino. Que Dios os bendiga y que lo que comenzó como un grano de mostaza y como una obra buena, el Señor lo siga haciendo fructificar”, concluyó Don Jesús.

Al final de la eucaristía, el Padre Ángel, emocionado, impuso a la Santina el pectoral y el anillo episcopal que le regaló Don Gabino.

Y, como está convencido de que el arzobispo, recientemente fallecido, era santo, ha comenzado a pedir a Don Jesús y a los demás obispos españoles que inicien cuanto antes el proceso de beatificación de Gabino Díaz Merchán.

Y cuando algún eclesiástico le dice que, para eso, tienen que pasar 5 años después de su muerte, según el procedimiento que exige el derecho canónico, contesta:

-Escrivá no tuvo que esperar ese tiempo. DonGabino también merece esa excepción.

En la puerta de la Basílica, la gente aplaude al Padre Ángel y se hace selfies con él, mientras la banda de gaiteros de Siero interpreta varias piezas. El sol resplandece en Covadonga y el fundador de Mensajeros de la Paz promete seguir caminando por la senda de la solidaridad, arrodillándose sólo ante Dios y ante un niño y un anciano. Como hizo hasta ahora.

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