El ministro de Asuntos Exteriores defiende el talante de Celaá como embajadora ante el Vaticano José Manuel Albares sobre Isabel Celaá: "Lo hará estupendamente"

Isabel Celaá
Isabel Celaá eldiario.es

“Con esta decisión, el Gobierno ha querido apostar por una persona de diálogo, de talante y con una amplia experiencia política en el mejor sentido”, ha explicado el diplomático español 

“Uno puede ser un gran profesional siendo o no diplomático”, ha defendido Albares, quien no ve problema alguno a que se haya elegido a una exministra para ocupar el cargo

El Vaticano, esgrimió Albares haciendo frente a las críticas de PP y Vox, es un Estado muy particular y las relaciones con él son de otro tipo, muy diferentes, por tanto, a las de otros países 

“Isabel Celaá lo hará estupendamente”. Así se refirió ayer jueves en el Senado el Ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares al reciente nombramiento como embajadora de España en el Vaticano de la exministra de Educación y Formación. Un nombramiento que, tal como ha detallado Albares, todavía no es oficial ya que España espera respuesta de la Santa Sede tras haber solicitado la aprobación. 

“Con esta decisión, el Gobierno ha querido apostar por una persona de diálogo, de talante y con una amplia experiencia política en el mejor sentido”, ha explicado el diplomático español en relación con la responsable de la última reforma educativa de nuestro país, que fue contestada por colegios religiosos y concertados que se consideraron discriminados. 

Isabel Celaá, en el Senado
Isabel Celaá, en el Senado

“Uno puede ser un gran profesional siendo o no diplomático”, ha defendido Albares, quien no ve problema alguno a que se haya elegido a una exministra para ocupar el cargo. El Vaticano, esgrimió Albares haciendo frente a las críticas de PP y Vox, es un Estado muy particular y las relaciones con él son de otro tipo, muy diferentes, por tanto, a las de otros países. 

Propuesta para el cargo por el Gobierno español el pasado 7 de diciembre, Isabel Celaá, bilbaína y católica practicante, fue removida por el presidente Pedro Sánchez en la última remodelación del Ejecutivo. Los obispos españoles no ocultaron su sorpresa ante la noticia. "No sabemos a qué atenernos, si es un desafío o un intento de mostrar una cara 'católica' ante Roma", explicó a RD un miembro de la jerarquía eclesial.

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