Ecclesia entrevista al nuevo presidente de la CEE: "Yo soy un cura de pueblo" Juan José Omella: "Escuchemos más y no hablemos tanto"

Juan José Omella: "Escuchemos más y no hablemos tanto"
Juan José Omella: "Escuchemos más y no hablemos tanto"

Sobre Cataluña: "Debemos ser más fraternos y querernos más. Las distintas zonas de nuestra geografía están para trabajar juntos y no para enfrentarnos"

"Marcar la X es libre, si uno quiere ayudar lo hace con toda libertad. La Iglesia no quiere privilegios, quiere servir y ayudar a la sociedad"

"Hay que dejar que la persona muera en paz, tranquilamente. Dejemos que puedan disfrutar de los últimos días de su vida. La eutanasia, al final, es quitar una vida humana, y ¿quiénes somos nosotros para quitar una vida humana?"

"Me sabe mal que se haya hecho sin pactar con todos. Tanto la reforma educativa propuesta por el Gobierno como el papel que jugará la asignatura de Religión o la educación concertada pone en entredicho la libertad de los padres"

(Ecclesia).- Nos recibe en la antesala del que será a partir de ahora su nuevo despacho. Con una gran sonrisa, pero consciente de que entre descanso de sesión Plenaria y Permanente tendremos poco tiempo. Aún así, intuyendo su cansancio, el semblante de su rostro no cambia porque la cercanía que muestra es envidiable. El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y nuevo presidente de la CEE, asume este nuevo servicio con humildad, esperanza y alegría, teniendo la mirada en los pobres.

—El Papa está de Ejercicios Espírituales (desde casa) y seguro que se alegra de su elección. ¡Cuánto nos gustaría que viniera a España!
—A todos nos encantaría, ¡desde luego! ¡Qué más quisiera yo! Pero no me toca a mí, ya le insistiré a ver si definitivamente acepta venir a España. Pero Francisco tiene una querencia especial por las zonas más pobres, más pequeñas.

—Usted tiene una relación muy cercana con él. ¿Nos puede contar cómo es el Papa en las distancias cortas?
—A Francisco se le nota que es una persona muy de Dios, muy cercano con la gente y muy en contacto con todos. Lo que aquí llamamos «un cura de pueblo», pero a la vez muy sabio e intelectual, algo que le marca el camino de saber por dónde va. Él está muy en contacto con la piedad popular y a través de ella, de los sentidos de los hombres, como el tocar y el ver, lleva a la gente al encuentro con el Señor. Lo que más me impresiona es lo que él repite tantas veces: «tocar la carne sufriente de Cristo», es decir, Cristo encarnado en el ser humano. Y ese Cristo de la Eucaristía solo lo encuentras en los hombres y en las mujeres. El obispo de Bangassou, el comboniano Juan José Aguirre, me contó que al llegar a la misión, después de celebrar la misa, le quisieron saludar. Su costumbre era «echar perlas de saliva» en sus manos como acogida. Y después, besó a los leprosos. Ese es el mismo Cristo, el que tocamos en la Eucaristía, que se hace presente en los pobres. Y eso es lo que nos está enseñando el Papa cuando abraza y toca a los pobres. Es un testimonio muy bonito.

Lea la entrevista completa aquí:

Entrevista con Juan José Omella

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