Histórica de la HOAC, recibió ayer la cruz Pro Ecclesia et Pontifice Lola Castilla, una vida de compromiso

Estaba nerviosa y emocionada. Lola Castilla Ruz, histórica de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) en Córdoba, vivió ayer la continuación del homenaje que recibió en octubre de parte de sus compañeros de lucha, pero esta vez el motivo del encuentro era recibir el reconocimiento de la jerarquía eclesiástica, con la entrega de la cruz pro ecclesia et pontifice, por su trayectoria de compromiso con el movimiento obrero y con la iglesia.Lo cuenta Araceli R. Arjona en Córdoba.

La iniciativa nació hace unos meses del entonces obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, que convertido ya en arzobispo de Sevilla, acudió a la cita en compañía de Demetrio Fernández para participar en tan merecido homenaje.

El acto, sencillo pero solemne, arrancó con unas palabras del presidente de la HOAC, Francisco Povedano Cáliz, que recordó los años de militancia de Lola Castilla y cómo su entrega a la defensa de los derechos de los obreros y a los valores cristianos han sido desde sus inicios la seña de identidad que la han definido.

Antes de que el obispo de Córdoba hiciera entrega de la cruz, que según explicaron abre todas las puertas de Roma a su portador, Asenjo dedicó unas palabras a la HOAC, con quien dijo haber tenido una relación excelente durante sus años al frente de la Diócesis.

Finalmente, Lola Castilla, con voz entrecortada y lágrima contenida, tomó la palabra para dar las gracias a Dios: "Por mi permanencia en la Iglesia, a pesar de que en ocasiones fuera dolorosa, por propiciar mi encuentro con la HOAC y por darme la familia y el marido que me ha dado, que siempre tuvo una paciencia infinita conmigo".

Mujer de fuertes convicciones, Lola Castilla reconoció, momentos antes de recibir la cruz, la dureza de los años de Dictadura, en los que reunirse para evangelizar y concienciar a los obreros era un acto que podía suponer cárcel, pero que asumió desde muy joven. Ligada a la HOAC desde 1953, vive con preocupación la situación de crisis económica actual.

"Estamos en un momento complicado, de mucho padecer por la cantidad de personas que están en el paro", comentó, "la única solución posible pasa por compartir bienes y acción, algo que de nos habría salvado de esta horrible crisis". Aunque asegura que los momentos más duros de su vida acontecieron en la época franquista, por la falta de libertades, dice no entender lo que le pasa hoy en día a la clase obrera.

"Ahora es posible comunicarse, reunirse tanto como se quiera y, sin embargo, la clase trabajadora parece estar dormida", comentó, "cuando empecé era muy complicado llegar a la gente, ahora lo complicado es conseguir el compromiso y la constancia de los que se implican con una causa como la defensa de los derechos de los pobres y de los trabajadores". Y es que, según ella, "aunque haya excepciones, los pobres están más dispuestos a compartir que los ricos, siempre ha sido así".

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