El portavoz de la CEE pide, de cara al 8-M, abundar en el "significado de la diferencia sexual" Luis Argüello: "Necesitamos hablar de sexo"

Los obispos españoles "necesitamos hablar de sexo, y de la diferenciación sexual". Así lo afirmó el secretario general de la CEE, Luis Argüello, en rueda de prensa al término de la Asamblea Plenaria, al ser preguntado por las reivindicaciones feministas para este 8-M.

“Está claro que tenemos por delante tareas que realizar”, apuntó el obispo auxiliar de Valladolid, quien pidió “valorar el significado de la diferencia sexual, de ser hombre y mujer”, frente a “determinadas propuestas de igualdad y de promoción, a veces llamado empoderamiento” que “prescinden del significado de la diferencia sexual”.

Tensiones y fobias

En su opinión, esto “produce, incluso dentro del movimiento feminista, sus propias tensiones” entre quienes ven al corporalidad “como un territorio para ejercer la libertad, y por tanto el género es el ejercicio de un derecho de autodeterminación”, y quienes “aceptamos que la sexualidad es algo que se recibe y es preciso tener en cuenta”. Eso sí, admitió Argüello, “a veces no somos capaces de explicar bien al significado que damos a la diferencia sexual, sin que se nos acuse de algún tipo de 'fobia'”.

Buena parte de las preguntas al portavoz episcopal giraron en torno a la crisis del coronavirus. Como ya hiciera el presidente Omella, Argüello hizo un llamado a la calma y a seguir “las recomendaciones de las autoridades sanitarias”. En lo tocante a las iglesias, se refirió a la conveniencia de retirar el agua bendecida de las pilas; a modificar el signo de paz o los gestos de devoción en los besapiés; o que los sacerdotes “podamos lavarnos las manos antes y después de distribuir la comunión”.

Los templos abiertos frente al coronavirus

Del mismo modo, añadió, “nos parece importante mantener los templos abiertos”, pues este “virus mundial, una expresión más del mundo global, nos sorprende”y genera “una situación de preocupación y angustia, y además hay aparecido otro virus: el virus de los miedos, de las falsas noticias, de la desconfianza”.

“No pensemos que la virgen de las Angustias o la Virgen de la piedad o de la Veracruz nos vayan a curar de la enfermedad, no. Pero nos ayudarán a que el otro virus encuentre su verdadero sitio, y a cultivar la confianza unos con otros”, concluyó el portavoz.

Un mapa de la lucha antiabusos

En lo tocante a la lucha contra la pederastia, los obispos anunciaron cómo, en las próximas semanas todas las diócesis tendrán en funcionamiento una oficina antiabusos, bien propia, bien a través de la provincia eclesiástica. Incluso, ofrecieron un mapa que demuestra cómo, un año después de la cumbre antipederastia, todas las diócesis españolas cuentan con oficinas de denuncias, en distintos grados. El plazo concluía el 31 de mayo, así que en este punto podemos decir que la Iglesia española ha cumplido.

Para Argüello, se trata de “un paso más en lo que la Iglesia española está realizando para prevenir y acoger a las víctimas de esta situación tan dolorosa”. “Queremos contribuir a poder contribuir nuestra propia experiencia y ayudar a unos a otros para erradicar todo tipo de abusos dirigidos a niños, menores y personas vulnerables”.

No obstante, añadió que la CEE, como tal, “no va abrir una oficina de denuncias”, aunque sí pretende ejercer de cauce de comunicación y comunión entre las diócesis para transmitir noticias, recursos y todo tipo de colaboración.

Denuncias en España

¿Cuántas denuncias por abusos ha habido en la Iglesia española? “El número total de las denuncias no lo conozco”, admitió Argüello, quien subrayó que en estos días ha escuchado a muchos obispos decir “que no han recibido ninguna, y a otros que sí”.

Lo que no parece que conseguirá ninguna de estas oficinas es abrir cauces para la apertura de los archivos diocesanos, la investigación de casos del pasado ni la indemnización a las víctimas, aunque el portavoz se empeñó en apuntar que cada caso de abordará de manera personalizada. Al tiempo, confirmó la noticia adelantada por RD de abrir un cauce de comunicación permanente con las asociaciones de víctimas.

Pacto global por la educación

Finalmente, en lo tocante a la futura ley de Educación, los obispos apuntaron su deseo de llegar a “un pacto global”, aunque lamentaron que “el proyecto de ley parece que tiene más preocupación de que la escuela sea un lugar de aceptación social que un lugar que desarrolle las capacidades plenas de la vida de la escuela”.

“Cuando se busca la adaptación y la inclusión (un término que vale igual para un roto que para un descosido), se habla de que la escuela sea un ascensor social, pero hay que enseñar a subir escaleras, hay que trabajar, hay que hincar los codos. Y a veces lo que se plantea es 'bajar el piso'”, denunció Argüello criticando como “un desprecio” que se pueda obtener la titulación con asignaturas pendientes.

Parafraseando el coronavirus, el portavoz habló de que “en estos momentos, en que un pequeño virus nos pone patas arriba, es más necesario que nunca el cultivo de la Filosofía, el Arte, la Música, la Enseñanza religiosa escolar”.

“Es legítimo que se reconozca la demanda social, es legítima la opinión de los padres, y su demanda a la hora de desear un tipo de escuela”, clamó Argüello. “Estas son las cuestiones que nos preocupan”, finalizó.