La CEE convoca un Encuentro sobre el Primer Anuncio del 16 al 18 de febrero Luis Manuel Romero: "Este año será un tiempo de gracia para nuestra Iglesia que peregrina en España"

Luis Manuel Romero Sánchez
Luis Manuel Romero Sánchez

"La sinodalidad no es tanto una cuestión organizativa hacia el interior de la Iglesia, sino que su finalidad es caminar juntos para anunciar a Jesucristo en una sociedad alejada de la fe"

"El primer paso es nuestra propia conversión personal, para que luego se produzca una conversión pastoral, a la que se refiere el papa Francisco de modo habitual"

"Tenemos que continuar animando el dinamismo sinodal misionero, preparando la segunda sesión del Sínodo sobre la sinodalidad (octubre). No podemos olvidar que el futuro de la Iglesia tiene nombre de “sínodo” y que consiste en vivir la corresponsabilidad diferenciada de todos los miembros del Pueblo de Dios"

"2024 será también un tiempo de gracia, un kairós, para nuestra Iglesia que peregrina en España, por diversos acontecimientos. En lo que se refiere al laicado, el fin de semana del 16-18 de febrero, vamos a revivir el Congreso de Laicos con la celebración del Encuentro sobre el Primer Anuncio, en el que habrá una representación de la Iglesia en España (laicos, consagrados, sacerdotes y obispos). Entre todos, caminando juntos, vamos a realizar un discernimiento para ponernos en clave de Primer Anuncio, con el deseo de proclamar nuestra fe con ilusión, con alegría y con esperanza". Este año se inicia con un evento muy importante en Febrero, que es el Encuentro Nacional sobre el Primer Anuncio. Entrevistamos a Luis Manuel Romero Sánchez, Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española.

Campaña en defensa del Papa: Yo con Francisco

¿Se puede decir que el Primer Anuncio es o debería ser el centro de nuestra acción pastoral?

El horizonte de la acción pastoral de la Iglesia es la evangelización, porque es su vocación, su razón de ser, como ya afirmó el papa san Pablo VI (EN, 14). Ahora bien, para hacer realidad hoy ese reto y desafío pastoral de ser una Iglesia que sale a evangelizar es necesario que situemos como una prioridad pastoral el Primer Anuncio, porque es urgente anunciar a Jesucristo con palabras y obras en un contexto, en el que cada día descubrimos más personas que viven de espaldas a Dios.

El contexto de secularización y pluralismo, este cambio de época, nos pide como Iglesia, a todos los bautizados que tomemos conciencia de la importancia de proclamar el Primer Anuncio o kerigma, comunicando a la humanidad la buena noticia de que Jesucristo nos ama, ha muerto y ha resucitado por nosotros, para que seamos felices. Y cuando nos referimos al Primer Anuncio se trata de propiciar en el otro el encuentro con Cristo, pues “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o por una gran idea, sino por el encuentro con una Persona” (Benedicto XVI, Deus caritas est,1).

Encuentro del Primer Anuncio
Encuentro del Primer Anuncio

¿Concretar el discernimiento realizado sobre el Primer Anuncio en las distintas realidades eclesiales no es una necesidad imperiosa?

Es fundamental que todo el Pueblo de Dios, por tanto, las realidades eclesiales (diócesis, movimientos y asociaciones) se pongan en modo de Primer Anuncio, desde un discernimiento previo, porque sólo desde el discernimiento podemos descubrir la voluntad del Señor para la Iglesia en los momentos actuales.
Con motivo del Sínodo, el papa Francisco ha subrayado la importancia del Espíritu Santo, del discernimiento espiritual para ser una Iglesia sinodal en misión. La sinodalidad no es tanto una cuestión organizativa hacia el interior de la Iglesia, sino que su finalidad es caminar juntos para anunciar a Jesucristo en una sociedad alejada de la fe. Se comprende que la sinodalidad y el Primer Anuncio están interconectados y necesitamos hacer discernimiento, pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine para ser una Iglesia que anuncie con ardor misionero a Jesucristo, buena noticia para toda la humanidad, especialmente para los que sufren por cualquier causa.

Una reflexión en voz alta ante el reto del Primer Anuncio
Una reflexión en voz alta ante el reto del Primer Anuncio

¿Qué pasos se deberían dar para ayudar a ponerlo en el centro de la acción pastoral?

El Primer Anuncio se convierte en una urgencia en nuestra acción pastoral, si cada uno de nosotros, desde el bautismo, descubrimos la llamada a la conversión personal y nos convertimos en heraldos apasionados del Evangelio. Esta conversión personal supondrá la conversión pastoral de la Iglesia, el cambio de paradigma que se debe producir para evangelizar en estos nuevos tiempos.

Por eso el primer paso es nuestra propia conversión personal, para que luego se produzca una conversión pastoral, a la que se refiere el papa Francisco de modo habitual.

La conversión pastoral nos llevará como Iglesia a asumir que no podemos seguir con “el siempre se ha hecho así” y que como Iglesia tenemos que pedir al Espíritu Santo ser más creativos, más dinámicos y cambiar lenguajes, hábitos y costumbres sin temer a perder por eso credibilidad, porque lo esencial del Evangelio no puede cambiar, pero sí nuestro modo de presentarlo al mundo.

¿Se puede decir que lo específico del Primer Anuncio en relación a otras formas del hablar cristiano es su carácter pro-vocativo y que pone ante el Resucitado en presente aquí y ahora?

El Primer Anuncio acentúa la primacía de la gracia de Dios y su pedagogía es claramente pro-vocativao propositiva, porque no consiste sólo en hablar al otro de Jesucristo, sino hacerle una propuesta de sentido, ofrecer a la otra persona que se encuentre con Jesucristo, que vive hoy, que le ama y que desea proponerle un camino de felicidad. El desafío del Primer Anuncio consiste en predicar con la vida para ser capaces de tocar el corazón y la mente del interlocutor, es decir, mis palabras deben estar avaladas por mi testimonio: “esto que te anuncio, yo lo he vivido y lo vivo actualmente”.

¿Qué balance hace del año 2023 y qué espera del 2024 en su área de trabajo?

El año 2023 ha sido un tiempo muy intenso, en el que desde la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida hemos seguido impulsando la implicación del laicado en el proceso sinodal en los momentos de preparación para las Asambleas Continentales y Universal.

A nivel personal, en el año 2023, he vivido momentos inolvidables de Iglesia universal, de catolicidad, participando en la Asamblea Continental Europea del Sínodo (5-9 febrero, en Praga) y en la Asamblea Universal del Sínodo (Sesión del 4-29 octubre, en Roma). Ambas Asambleas son recuerdos imborrables y las he vivido como una auténtica gracia de Dios y desde la responsabilidad de sentirme miembro del Pueblo de Dios, con el deseo de seguir creciendo en mi fe y en la pasión por anunciar a Jesucristo, en comunión con toda la Iglesia.
Durante el año 2023, la Comisión de Laicos también ha trabajado para que en nuestras diócesis, movimientos y asociaciones laicales se llevara a cabo un discernimiento serio sobre el Primer Anuncio, con la elaboración de algunos materiales y las diversas Jornadas propuestas, de modo online o presencial. Hemos contado con la colaboración inestimable del Foro de Laicos de España, que ha dinamizado el laicado asociado tanto en el proceso sinodal, como en la profundización en el itinerario del Primer Anuncio.

El año 2024 será también un tiempo de gracia, un kairós, para nuestra Iglesia que peregrina en España, por diversos acontecimientos. En lo que se refiere al laicado, el fin de semana del 16-18 de febrero, vamos a revivir el Congreso de Laicos con la celebración del Encuentro sobre el Primer Anuncio, en el que habrá una representación de la Iglesia en España (laicos, consagrados, sacerdotes y obispos). Entre todos, caminando juntos, vamos a realizar un discernimiento para ponernos en clave de Primer Anuncio, con el deseo de proclamar nuestra fe con ilusión, con alegría y con esperanza.

En este año, también tenemos que continuar animando el dinamismo sinodal misionero, preparando la segunda sesión del Sínodo sobre la sinodalidad (octubre). No podemos olvidar que el futuro de la Iglesia tiene nombre de “sínodo” y que consiste en vivir la corresponsabilidad diferenciada de todos los miembros del Pueblo de Dios para la misión, sintiéndonos “todos discípulos, todos misioneros” (Informe Síntesis, 1ª Sesión Sínodo, octubre 2023).

Volver arriba