Cuatro prelados relatan a RD sus celebraciones íntimas, limitaciones y oportunidades de estos días ¿Cómo será la Navidad de nuestros obispos?

La mascarilla de Belén
La mascarilla de Belén

Luis Argüello: "Viviré la Navidad en el Hogar sacerdotal donde resido y también con mi padre y hermana, con alguna dificultad mayor para encontrarnos juntos con otros hermanos y sus hijos. En lo sustancial de la misma manera que otros años"

José Cobo: "Por respeto a la Navidad debemos ser sobrios y precavidos, tanto por las medidas sanitarias, como por consideración al llanto del mundo y al mismo misterio nace en cada uno de nosotros"

Juan del Río: "Las navidades las pasaré en Madrid trabajando como se puede en esta situación de pandemia"

Antonio Gómez Cantero: "En la cena de Nochebuena. mantengo una costumbre familiar que siempre hago, antes de comenzar a cenar, leemos juntos el nacimiento de Jesús en Lucas 2, 1-20, y según se va leyendo encendemos un candelabro tres velas. A veces, porque he cenado fuera, cuando me quedé solo, lo hago en la comida de Navidad"

¿Cómo pasarán nuestros obispos la Navidad del coronavirus? ¿Viajarán para encontrarse con sus familiares, la celebrarán con su 'burbuja'? Cuatro prelados, de diócesis grandes, pequeñas, urbanas y rurales, incluso una 'global' como la del Ejército, nos cuentan cómo vivirán estos días, y nos piden no perder el auténtico sentido de la Navidad: el nacimiento del Niño Dios.

Planteamos dos preguntas a nuestros obispos: Luis Argüello, portavoz de la CEE; Juan del Río, arzobispo castrense; Antonio Gómez Cantero, obispo de Teruel; y José Cobo, auxiliar de Madrid. Fueron éstas:

A) ¿Cómo serán tus reuniones familiares o cercanas esta Navidad?

B) ¿Qué mensaje podemos dar a los fieles en estas fechas, para celebrar, con Fe y seguridad, el Nacimiento del Niño Dios?

Nos contestan, desde el corazón y la responsabilidad. Feliz Navidad del coronavirus, pese a todo. Porque, como dice José Cobo, "por respeto a la Navidad debemos ser sobrios y precavidos, tanto por las medidas sanitarias, como por consideración al llanto del mundo y al mismo misterio nace en cada uno de nosotros". Porque, como añade Argüello, "hay motivo para felicitarnos, aun en pandemia".

Juan del Río, arzobispo castrense

Las navidades las pasaré en Madrid trabajando como se puede en esta situación de pandemia. El día 24 visitaré a los presos de la prisión militar, compartiré un rato con ellos y celebraremos la Misa de Navidad. Luego atenderé las celebraciones de estos días en la Catedral Castrense.

También quiero preparar la celebración de la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero, además de visitar a enfermos en el Hospital de la Defensa Gomez Ulla, y tener vídeo-conferencias con el clero castrense y con los capellanes destacados en misiones internacionales.

En fin, todo esto vivido en un ambiente doméstico y sencillo. Buscando más tiempo para contemplar y meditar los misterios santos de estos días. Te deseo Feliz Navidad y un Nuevo año repleto de “salud de alma y cuerpo”.

Visitar a enfermos en el Hospital de la Defensa Gomez Ulla, y tener vídeo-conferencias con el clero castrense y con los capellanes destacados en misiones internacionales, trabajo del arzobispo castrense en Navidad

Antonio Gómez Cantero, obispo de Teruel

Este año será una Navidad distinta. (quizás, como me decía alguna persona, más íntima y más profunda, en lo que se refiere a vivir el misterio).

Estaré solo, bueno a medias, en el obispado entre museos y oficinas, también vive una familia: un matrimonio y dos niños. Bajaré con ellos para cenar juntos la noche buena, así evitamos demasiados contactos.

Con los niños y sus padres vamos a montar tres belenes. Estarán en el patio del obispado. Dos de ellos eran míos, el de mi infancia y el de la juventud. Belenes tradicionales de barro, figuras compradas acá y allá. En el de mi infancia, algunas de las figuritas tienen más de cien años, son herencia familiar.

La navidad es el despertador de la memoria, que nos hace caer en la cuenta que Cristo, nació, vivió y murió pobre, y los discípulos no debemos ser diferentes al maestro

Estos días escribía a las comunidades, que esta navidad debíamos tener una postura “en salida”, por contradictorio que parezca por la pandemia. En salida es la actitud de la acogida, como aquellos propietarios que dejaron su establo a “unos de fuera”. Como los pobres pastores asalariados que fueron porque tenían una actitud vigilante, como los sabios de oriente, que también salieron en búsqueda y por la noche…  

Las felicitaciones de navidad la he hecho en papel, como ya lo hacen bastantes obispos, una felicitación escueta, sobria y cargada de ternura, en el dibujo san José sostiene al niño mirándole a los ojos, mientras María a su lado duerme en el suelo, le acompañé de este pensamiento: “En la simplicidad del pobre, en la humildad del Hijo, se hizo la luz en la oscuridad y nosotros somos testigos de esa Luz, como lámparas encendidas en la noche”. Creo que es suficiente.

Felicitación navideña del obispo de Teruel
Felicitación navideña del obispo de Teruel

En la cena de Nochebuena. mantengo una costumbre familiar que siempre hago, antes de comenzar a cenar, leemos juntos el nacimiento de Jesús en Lucas 2, 1-20, y según se va leyendo encendemos un candelabro tres velas. A veces, porque he cenado fuera, cuando me quedé solo, lo hago en la comida de Navidad.  

Ahora, como nos pasó con la Semana Santa, muchos vivamos estas fiestas con una verdadera alegría, producto de la vivencia de las celebraciones en soledad y de la interioridad del misterio que contemplamos

La navidad es un tiempo de búsqueda de lo esencial. Es pobre, sencilla, cargada de ternura, y sobre todo es acogida. El Misterio de Dios revelado, como un diálogo: la Palabra tomó carne.

Celebraré la Navidad, como todos los años, en el centro penitenciario y en la catedral. Con todas las restricciones previstas. Recordaré a todos los fallecidos por la covid y sus familias, especialmente por ellas, en estas circunstancias tan duras.  Pienso que ahora, como nos pasó con la Semana Santa, muchos vivamos estas fiestas con una verdadera alegría, producto de la vivencia de las celebraciones en soledad y de la interioridad del misterio que contemplamos.

La verdadera alegría no es ni exuberancia ni satisfacción emocional, debe estar fraguada en la ternura, en la serenidad, en el consuelo, en la paz y debe estar preñada de esperanza, si no es mero jolgorio que no edifica a la persona, sino que simplemente le distrae.

La navidad es el despertador de la memoria, que nos hace caer en la cuenta que Cristo, nació, vivió y murió pobre, y los discípulos no debemos ser diferentes al maestro.   

Luis Argüello, secretario general de la CEE y obispo auxiliar de Valladolid

Viviré la Navidad en el Hogar sacerdotal donde resido y también con mi padre y hermana, con alguna dificultad mayor para encontrarnos juntos con otros hermanos y sus hijos. En lo sustancial de la misma manera que otros años.

Creo que este año tenemos la oportunidad de celebrar de una manera más cercana a lo esencial del acontecimiento de la Natividad que ocurre en Belén en extrema sencillez, pobreza y soledad. También la de ofrecer al Enmanuel a quienes están más solos y a Jesús, el Salvador a quien ha experimentado la muerte de alguien querido.

Las celebraciones más superficiales provocan nostalgia y rechazo en muchos, pues parece una fiesta forzada. Sin embargo, el Niño quiere nuestras lágrimas para darnos la alegría y toma nuestra carne mortal para ofrecernos la Vida eterna. Hay motivo para felicitarnos aun en pandemia.

Las celebraciones más superficiales provocan nostalgia y rechazo en muchos, pues parece una fiesta forzada. Sin embargo, el Niño quiere nuestras lágrimas para darnos la alegría y toma nuestra carne mortal para ofrecernos la Vida eterna. Hay motivo para felicitarnos aun en pandemia

José Cobo, obispo auxiliar de Madrid

Esta navidad tiene un toque más recogido y hondo que otras veces. Tendré, aquí en Madrid, las reuniones con mis padres y mi familia, este año restringida a la más cercana por las medidas sanitarias. El resto de días estaré en esta pequeña comunidad de vida de los obispos con las que camino todo el año. No tenemos mucho de "grupo burbuja" , pero estamos aprendiendo a vivir en comunidad y ahí aprendemos a que Jesús siga hablando haciendo divina la humanidad de cada día... eso siempre nos saca de las burbujas, aunque nos hace respetar las medidas sanitarias.

Felicitación navideña de José Cobo
Felicitación navideña de José Cobo

Este año debemos aprovechar el momento de la Navidad de verdad, sin condimentos ni aditivos. Lo haremos más desde el silencio, la pobreza compartida y la oración de unos por otros para busca la Luz de Cristo que siempre nace en medio de las noches.

Es una oportunidad para palpar los parecidos entre la nuestra y la Primera Navidad de silencio y pequeñez, en medio de migraciones y pobrezas. Esa es nuestra verdadera seguridad (no solo la médica) ante la noche de nuestro mundo.

Por respeto a la Navidad debemos ser sobrios y precavidos, tanto por las medidas sanitarias, como por consideración al llanto del mundo y al mismo misterio nace en cada uno de nosotros.

Este año debemos aprovechar el momento de la Navidad de verdad, sin condimentos ni aditivos. Lo haremos más desde el silencio, la pobreza compartida y la oración de unos por otros para busca la Luz de Cristo que siempre nace en medio de las noches.

Pero ese tono nos dará fuerza para acoger la noticia de la que somos parte y que nos hace poder señalar: “aquí crece el misterio de la Navidad de Jesucristo”.

Por eso podremos entrar más interiormente, celebraremos más “desde dentro”. Podremos escuchar más el corazón del mundo, el sentir de los nuestros, aún en la distancia; hasta podremos entrar más en nuestro propio corazón para descubrir cómo por la fe nace Dios de forma nueva y nos hace más humanos, más amables, más niños y más de Dios.

Volver arriba