Los obispos reclaman que se repare a todas las víctimas, no solo a las de la Iglesia Omella reitera que "hay una intencionalidad para sacar una cifra que es mentira y no corresponde con la realidad"

Omella y Magán, en rueda de prensa
Omella y Magán, en rueda de prensa

Omella: "Hemos aprendido a escuchar a las víctimas. Es horrible escuchar, y cuando lo hacemos se te pone la piel de gallina. Hay una llamada a poder empatizar, a poder acompañar y dar esperanza. Y por último qué hacer para que esto no vuelva a suceder"

"¿Cuánto tiempo hemos sido conscientes de esos abusos, tanto en la familia como en la Iglesia? Quitábamos a la persona de su lugar hasta que nos dimos cuenta que eso no se podía hacer. Nos ayudamos unos a otros: unos que denuncian, otros que informan, otros que actúan"

García Magán incidió en que, "si hiciéramos esa correlación, tendríamos que hablar de 4,5 millones de personas que habrían sido abusadas", y pidió no entrar en esa dialéctica. "No podemos quedarnos encerrados en los números, sería una falta de respeto. Aunque fuera una víctima, tendría el mismo derecho, como si fueran decenas de miles"

Los obispos españoles piden perdón, quieren mirar hacia adelante y reparar a las víctimas de abusos (a todas, no solo a las de la Iglesia), y reclaman no quedarse en las cifras, aunque, tal y como aseguró su presidente, el cardenal Omella, "hay una intencionalidad para sacar una cifra que es mentira y no corresponde con la realidad".

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El presidente de la CEE, con rostro serio, compareció ante los medios, acompañado del portavoz de la CEE, César García Magán, para afrontar los resultados de la Asamblea Plenaria que ayer tarde congregó, de manera extraordinaria (ya fuera por zoom o presencialmente), al grueso de los obispos españoles. Comenzó manifestando, en nombre de toda la Iglesia, "el sentir de todos los obispos de dolor por el daño causado por algunos miembros de la Iglesia, y a la vez reiteramos la petición de perdón a las victimas por ese dolor. Son ellos el centro, y los tuvimos muy presentes".

A su vez, añadió, "manifestamos la intención de trabajar conuntamente en la reparación integral de las víctimas, en su acompañamiento, y profundizar en el camino para su protección y para la prevención de abusos", en lo que definió como "un antes y un después".

"No corresponde a la verdad"

Sin embargo, desde su primera intervención, el líder de la Iglesia española volvió a mostrar su "sorpresa" ante la "extrapolación que algunos medios han hecho de los datos obtenidos en la encuesta adjunta al informe". "No corresponde a la verdad ni representan al conjunto de sacerdotes y religiosos que trabjan con entrega", recalcó Omella, quien insistió en que "nos duelen los abusos, pero a la vez creemos que esa extrapolación no corresponde, si seguimos las cuentas matemáticas estaríamos todos en esa dinámica de los abusos, ustedes y yo. Me parece que eso no está bien hecho", insistió, reseñando que "somos de letras y no de matemáticas". Los obispos han solicitado el informe completo al Defensor, con los datos técnicos de la encuesta, para analizarla.

"La sociedad entera sabe sumar", respondió el cardenal de Barcelona. "Hay una opacidad para llegar a una conclusión que no es lógica. Hay una intencionalidad para sacar una cifra que es mentira y no corresponde con la realidad. ¿Quién ha sacado esos datos?", se preguntó. A su lado, García Magán incidió en que, "si hiciéramos esa correlación, tendríamos que hablar de 4,5 millones de personas que habrían sido abusadas", y pidió no entrar en esa dialéctica. "No podemos quedarnos encerrados en los números, sería una falta de respeto. Aunque fuera una víctima, tendría el mismo derecho, como si fueran decenas de miles". "Extender una sombra de sospecha ante tantos sacerdotes y religiosos, es falso y es injusto".

Reparar a las víctimas... pero a todas, no solo a las de la Iglesia

En esa misma línea, los obispos acordaron, o así se planteó en rueda de prensa, una "reparación integral" de las víctimas, de todas las víctimas, no solo las de la Iglesia. "Todas las víctimas son víctimas", recalcó Magán. "Si se crea un organismo al efecto, que cuente con la participación de todos. La Iglesia está dispuesta a contribuir, pero también debería hacerlo la comunidad educativa, las federaciones deportivas....", para que "no quepa duda que es un problema social que también ha estado en la Iglesia, y que no es una cuestión de titulares ni de números".

Esto es, que no participarían en un fondo que solo incluyera a las víctimas de la Iglesia, "para no discriminar al resto de víctimas", pero en todo caso sí "asumiríamos nuestra responsabilidad".

¿Y dentro de la propia Conferencia Episcopal? "La CEE está de acuerdo en que se articule para todas las víctimas, para todas. Claro que participaríamos. Si es solo para víctimas de la Iglesia, ya estamos trabajando dentro de esta reparación integral", respondió Magán. "Hay voluntad, lo tenemos que estudiar", finalizó Omella.

"Las cifras al final no nos llegan a ninguna parte, son las personas, y tenemos que buscar a las personas, vamos a caminar juntos todas las instituciones para caminar juntos, acompañarles y en la medida en que podamos repararles", apuntó Omella. "Esa es la actitud. Lo demás, andar con reprocehs, no es el camino. Vamos a trabajar conjuntamente. El problema no es de la Iglesia, sino de toda la sociedad. Pedimos perdón y queremos rectificar". 

Omella y Magán, hoy
Omella y Magán, hoy

Cremades, en la reunión

Respecto al informe de Cremades, el portavoz de la CE insistió en que no se tomó decisión alguna sobre su futuro, dejándose para la próxima Plenaria. Sí indicó que en la reunión de ayer estuvo Javier Cremades y gente de su equipo (el Defensor del Pueblo excusó, por razones personales, su presencia). Sí quiso dejar claro que Cremades "no ha entregado oficialmente el informe", auqnue sí "se ha ido informando confidencialmente cómo iban evolucionando los trabajos".

¿Qué han apredido los obispos?

¿Qué han aprendido los obispos de todo esto? "Todos aprendemos tarde. Durante siglos hemos vivido con la esclavitud, y al final la Iglesia se dio cuenta de que es grave error vivir despreciando a los seres hmanos. La esclavitud se abolió", reflexionó Omella, preguntándose "¿cuánto tiempo hemos sido conscientes de esos abusos, tanto en la familia como en la Iglesia? Quitábamos a la persona de su lugar hasta que nos dimos cuenta que eso no se podía hacer. Nos ayudamos unos a otros: unos que denuncian, otros que informan, otros que actúan".

"Hemos aprendido a escuchar a las víctimas. Es horrible escuchar, y cuando lo hacemos se te pone la piel de gallina. Hay una llamada a poder empatizar, a poder acompañar y dar esperanza. Y por último qué hacer para que esto no vuelva a suceder", finalizó el purpurado. "Gracias a Dios desde que hemos tomado conciencia, los abusos han descendido drásticamente. Ojalá continuemos en esa línea", concluyó.

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