La Plenaria peregrina a la tumba del Apóstol en Compostela Omella muestra su "vergüenza" por los abusos, y pide a los obispos "acoger y acompañar, cara a cara, a las víctimas en la sanación de su dolor"

Omella, durante su ofrenda al Apóstol
Omella, durante su ofrenda al Apóstol

"Como peregrinos llegamos ante ti, para pedir tu protección sobre todos los proyectos de nuestras Iglesias locales, así como tu presencia alentadora en los gozos y sufrimientos de nuestro pueblo y de todas nuestras comunidades a las que servimos como pastores"

"Hoy todavía sentimos el dolor de tantas personas que sufren la ausencia de seres queridos o las consecuencias de la enfermedad: sanitarias, familiares, religiosas, pastorales, sociales y también económicas"

"Los abusos cometidos por algunos miembros de la Iglesia nos causan dolor y vergüenza. Pedimos tu fuerza y tu luz para que, en todas las diócesis, podamos encontrar, acoger y acompañar, cara a cara, a las víctimas en la sanación de su dolor"

El presidente del Episcopado pide al Apóstol "compromisos eficaces para hacer verdad que somos un pueblo, y que todos estamos comprometidos unos con otros, y todos con los que más sufren"

Barrio animó a "cultivar la memoria penitencial, reconociendo con humildad lo que hemos podido hacer mal y lo que tal vez podíamos haberlo hecho mejor", dado que "es necesario asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones"

El arzobispo de Santiago invitó a "fomentar el espíritu creativo y celebrativo, pues la rutina deriva en crisis porque el inmovilismo es insostenible"

"Como peregrinos llegamos ante ti, para pedir tu protección sobre todos los proyectos de nuestras Iglesias locales, así como tu presencia alentadora en los gozos y sufrimientos de nuestro pueblo y de todas nuestras comunidades a las que servimos como pastores". El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, dirigió la Ofrenda al Apóstol Santiago desde la catedral de Compostela, desde la que ofreció al patrón de España "la preocupación y el dolor de los habitantes de La Palma, que llevan ya más de dos meses bajo la erupción del volcán".

63 obispos peregrinaron hasta la tumba del Apóstol para cerrar, junto al Nuncio, en la Misa del Peregrino, su reunión de otoño. "Hoy todavía sentimos el dolor de tantas personas que sufren la ausencia de seres queridos o las consecuencias de la enfermedad: sanitarias, familiares, religiosas, pastorales, sociales y también económicas", glosó Omella ante el Apóstol.

Abusos, pobreza, tierra, techo y trabajo

"Hemos compartido estos días otras causas de sufrimiento. Los abusos cometidos por algunos miembros de la Iglesia nos causan dolor y vergüenza. Pedimos tu fuerza y tu luz para que, en todas las diócesis, podamos encontrar, acoger y acompañar, cara a cara, a las víctimas en la sanación de su dolor", insistió el presidente de los obispos españoles, quien admitió "las dificultades económicas que van dejando, cada vez, más personas en situación de exclusión. Somos sensibles a la preocupación por la tierra, el techo y el trabajo, tantas veces señalada por el Papa Francisco".

"Son ya 11 millones las personas que se encuentran en situación de exclusión social. Sin olvidar a los más de dos millones y medio de personas en situación de extrema vulnerabilidad", recordó Omella, quien pidió a Santiago "que acompañes a cuantos padecen estos sufrimientos y suscites en todos nosotros sentimientos de compasión, a la vez que, compromisos eficaces para hacer verdad que somos un pueblo, y que todos estamos comprometidos unos con otros, y todos con los que más sufren".

"Ponemos en tus manos también el empeño sinodal en el que está embarcada toda la Iglesia"

"Ponemos en tus manos también el empeño sinodal en el que está embarcada toda la Iglesia", culminó el cardenal de Barcelona, antes de la homilía, llevada a cabo por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. "Queremos escuchar, dialogar y discernir lo que Jesús pide hoy a su Iglesia, a través de todas las personas que están invitadas a participar en este camino del Sínodo".

¿Vendrá el Papa a Compostela?

Por su parte, el arzobispo de Compostela, en su homilía, quiso dar la bienvenida a los obispos "a la Casa del Apóstol Santiago" en pleno Año Santo Xacobeo, el primer de la historia en durar dos años, en virtud de la pandemia y de una decisión personal de Francisco. ¿Vendrá el Papa a Compostela? Por el momento, no salió una palabra de boca de los obispos, aunque ya se sabe, es Roma quien debe hacer el anuncio.

En su homilía, Barrio animó a "cultivar la memoria penitencial, reconociendo con humildad lo que hemos podido hacer mal y lo que tal vez podíamos haberlo hecho mejor", dado que "es necesario asumir el pasado para liberar el futuro de las propias insatisfacciones, confusiones o proyecciones".

Omella, durante su ofrenda al Apóstol Santiago en Compostela
Omella, durante su ofrenda al Apóstol Santiago en Compostela

Civilización occidental con el alma mermada

Tras recordar la tradición apostólica "que fundamenta nuestra fe" y que tiene en el Zebedeo a uno de sus principales protagonistas, el arzobispo de Compostela animó a los obispos a ser "peregrinos de la esperanza en una civilización occidental con el alma mermada, donde ya surgen no pocas voces de pensadores fuera del cristianismo, que afirman que necesitamos a Cristo".

"Solamente la fuerza espiritual de la verdad de Cristo puede vencer la debilidad mental y moral que padecemos y ayudarnos a recuperar la confianza para no ser triviales en el discernimiento", insistió Barrio, pidió "no recluirnos para tratar de defendernos de la realidad que nos rodea, sabiendo que la Iglesia no debe alejarse del camino de Cristo ni por el temor ni por el halago".

"Si queremos entender la realidad y entrar en ella, es necesaria la conversión en un horizonte en el que la vida humana estructurada al margen de Dios, la deconstrucción antropocéntrica que padecemos, y la irreligiosidad como despersonalización radical del ser racional en su vinculación con Dios, son retos de la conciencia cristiana y de la misión misma de la Iglesia" finalizó el prelado, animando a "fomentar el espíritu creativo y celebrativo, pues la rutina deriva en crisis porque el inmovilismo es insostenible".

"Vivir en la historia no es someterse a la cultura dominante, es tener la capacidad de cuestionarla y de tomar posición con esperanza, ignorando los ecos catastrofistas", añadió Barrio.

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