El presidente de la CEE admite que Roma les ha dado un plazo de tres años para "reconstruir" los seminarios españoles Omella: "No vamos a hacer batallas para hacer caer gobiernos"

Sin más compañía episcopal que la del portavoz, César García Magán, pero flanqueado a la derecha por el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, el presidente de la Conferencia Episcopal española, Juan José Omella, acudió al que probablemente será su último desayuno del Nueva Economía Fórum como líder de la Iglesia española. La respuesta de la Iglesia ante los abusos, el 'informe Cremades', la reunión con el Papa, el futuro de las vocaciones, pero también la amnistía, la polarización ideológica y la crispación social fueron algunos de los ejes del encuentro con el purpurado, brillantemente presentado por el director general de la Fundación Pablo VI, Jesús Avezuela.

Omella, quien se borró de cualquier posible mediación entre ERC y el Gobierno: "Nadie me ha propuesto nada, esa línea, descartada", sí admitió que, con motivo de la amnistía, España vive "una situación compleja, tensa, no es fácil". "Nos preocupa la polarización ideológica y la crispación social", recalcó Omella, quien insistió en que "la Iglesia no entra en la política, intenamos dar principios morales que pueden ayudar".

"Tendremos que aprender a respetarnos y a convivir, siempre con respeto", respondió ante la algarada de Abascal contra Pedro Sánchez.

La Constitución no es una norma sagrada

En este sentido, recordó la reciente nota de la CEE, en la que los obispos "queremos alentar un diálogo social entre todas las instituciones que componen la sociedad, que cultive la escucha y evite posiciones inflexibles y excluyentes (...), en el marco del ordenamiento jurídico de Derecho que nos dimos en la Constitución". ¿Se puede cambiar la Constitución? "Nada es sagrado en estas normas que nos damos", pero para cambiarlas pidió "diálogo y acuerdos, buscando siempre el bien común, donde uno gana algo y pierde algo, y eso es lo que buscamos".

Nosotros no controlamos las personas y los grupos. Queremos trabajar con las personas y trabajar codo a codo por el bien común

"No vamos a hacer batallas para hacer caer gobiernos, lo propio de un cristiano y de un demócrata es proponer valores", respondió a preguntas de RD sobre los polémicos rezos del Rosario en Ferraz contra lo que sus convocantes hablan de "golpe de Estado" de Sánchez. "Nosotros no controlamos las personas y los grupos. Queremos trabajar con las personas y trabajar codo a codo por el bien común".

Sobre su relación con el Gobierno, el presidente de la CEE resaltó su "cordial relación" con el ministro Félix Bolaños. "Hablamos con toda sinceridad y tranquilidad, y no he percibido en ningún momento una aversión a esos acuerdos o a los conciertos". "Sí que quieren que los acuerdos cn la Iglesia se tengan en cuenta las normativas del Ministerio de Educación", apuntó, dejando clara una tesis: "No a la estatalización de la educación".

"Dios ya no interesa"

Sí se mostró preocupado el purpurado acerca de la secularización de la sociedad. "Dios ya no interesa, somos indiferentes ante Dios, eso es grave", admitió, señalando la soledad, la pobreza o el aumento de suicidios entre los jóvenes. "Convivencia social: trabajar juntos para construir una sociedad más justa, crear puentes y no muros en la sociedad es tan importante".

Parte mollar del desayuno estuvo en la crisis de los abusos. En este sentido, Omella mostró su "tristeza y dolor" por "el silencio que han sufrido las víctimas". "Es importante escucharlas, ojalá esto lo hagamos con los demás estamentos de la sociedad, que también ha producideo víctimas", señaló, advirtiendo que no se trataba de una excusa, sino "una llamada de atención a que también los otros hagan lo que le han obligado a hacer a la Iglesia". 

"Nuestro propio plan de reparación" sin esperar a Cremades

En este punto, anunció el "plan de reparación" que ya está abordando la Iglesia, sin esperar a la auditoría Cremades, que en principio el bufete va a entregar a los obispos a finales de esta semana. "Queremos escuchar, acompañar y reparar integralmente. ¿También económica? también. Una reparación que será económica pero señalamos que en los casos que tiene un recorrido judicial, la indemnización la establecerán los tribunales; si no hay recorrido, por prescripción o fallecimiento del victimario, si hay certeza moral, habrá reparación también. Y el responsable de la indemnización siempre es el victimario, pero subsidiariamente será la diócesis o la institución religiosa a la que pertenezca ese abusador".

"Tenemos nuestro propio plan de reparación" reiteró, subrayando que Cremades "lo entrga un poco tarde, cuando lo entrega ya tenemos un trabajo hecho", destacando la labor del Defensor del Pueblo y las investiaciones periodísticas, y sin dejar de volver a denunciar la extrapolación de los resultados de la encuesta de GAD3, que "hace daño, con no sé qué intención". 

"Vamos a esperar al informe Cremades, pero con lo que ha hecho El País, el Defensor del Pueblo y la propia Iglesia, tendremos más o menos una cifra. Pero lo que nos importa es cada persona. Por uno solo merecería todo el trabajo que se ha hecho. Lo importante es que hemos focalizado el problema en las víctimas, en cada una. Vamos a ver cada persona, en qué situación vivió....", zanjó Omella.

Reunificar seminarios

Sobre el futuro de los seminarios españoles, el presidente de la CEE advirtió que "o cuidamos la formación en serio, o perderemos una oportunidad de adaptarnos a los tiempos", y recalcó que Roma les ha dado "un plan de tres años de reconversión de los seminarios, para seguir preparando bien esa reconstrucción, rehabilitación de seminarios, tendrán que agruparse muchos, seguramente".

¿Están todos de acuerdo? "Los obispos somos disciplinados, aunque algunos critican al Papa".

Preguntado por su sucesión, resaltó que "yo acabo en marzo, y no puedo ser reelegido, a Dios gracias. Fiel a su estilo socarrón, hizo un repaso sobre su biografía eclesiástica y episcopal, y dejó claro que "tengo ganas de descansar". Y dio "una pista": tendría que ser elegido un candidato con 71 años como máximo, lo cual en principio no inhabilitaría a ninguno de los dos candidatos por los que se le preguntó: el cardenal Cobo y el arzobispo Argüello. "Buscaremos lo que más convenga en ese momento", zanjó.