El presidente de la CEE, en el Foro La Vanguardia Omella cierra la puerta al sacerdocio femenino: "El sacramento está cerrado para las mujeres"

Omella, en Foros de Vanguadia
Omella, en Foros de Vanguadia

"¿Educamos bien a nuestra sociedad en el amor?", se cuestionó Omella, reclamando una "educación sexual" sana en un tiempo de "fragilidad psicológica de los jóvenes"

"No tienen tan decididas las cosas, y cuando lo quieren revertir [un cambio de sexo, se entiende] ya no están a tiempo. ¿Cuántos suicidios ha habido en EE.UU. por esta razón?"

¿Tenemos derecho a matar a un ser humano? ¿Es la madre la dueña de lo que lleva en su seno? ¿Tenemos derecho a matar la vida?"

"El sacerdocio es para el hombre (...). El sacramento está cerrado [para ellas]. Es un tema teológico muy delicado. Tiene su especificidad desde la Teología”. El cardenal de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, cerró la puerta al acceso de las mujeres al altar, durante los Foros de Vanguardia, organizado ayer por el rotativo catalán en el auditori MGS de Barcelona.

Entrevistado por Enric Juliana y Jordi Basté, y moderados por Ramón Rovira, Omella quiso diferenciar entre la cuestión de la organización y el sacramento. En el primer caso, el purpurado subrayó que el Papa "ha ido abriendo puertas" y puso como ejemplo la inclusión de tres mujeres en la Congregación de Obispos, de la que él también forma parte. "Y es fantástico", aclaró. Cosa bien distinta, admitió, es el acceso al sacerdocio femenino.

Omella, con Enric Juliana
Omella, con Enric Juliana

"Me duelen las prisas"

Omella, que se definió como "un cura de pueblo", fue cuestionado por otros temas polémicos, desde el aborto a la pederastia, o algunas leyes que tratan "cuestiones tan importantes" como la interrupción del embarazo y el cambio de sexo con "prisas". "Me duele las prisas que hay en temas tan importantes", resaltó.

El presidente de la CEE pidió "diálogo y consenso" antes de legislar, y mostró su preocupación por "el sufrimiento de los chavales", que en la actualidad, opinó, están "mucho menos maduros" que en generaciones anteriores. "No tienen tan decididas las cosas, y cuando lo quieren revertir [un cambio de sexo, se entiende] ya no están a tiempo. ¿Cuántos suicidios ha habido en EE.UU. por esta razón?", se preguntó.

Omella, con Juliana y Basté
Omella, con Juliana y Basté

"¿Educamos bien a nuestra sociedad en el amor?", se cuestionó Omella, reclamando una "educación sexual" sana en un tiempo de "fragilidad psicológica de los jóvenes". "Es necesario educar los sentimientos, enseñar a quererse a uno mismo con sus taras y sus virtudes", una tarea en la que han de implicarse los padres y la escuela, para "ayudar a madurar". Sobre el aborto, Omella lanzó preguntas al aire: "¿Tenemos derecho a matar a un ser humano? ¿Es la madre la dueña de lo que lleva en su seno? ¿Tenemos derecho a matar la vida?".

Aborto, celibato y esperanza

En lo tocante a los abusos, Omella quiso deslindar estos delito de la práctica del celibato. Así, subrayó que el porcentaje de abusos a menores entre "el clero célibe es del 2%". "Si los curas se pudieran casar pasaría lo mismo. No es por el hecho de casarse, es por la educación".

El cardenal de Barcelona, no obstante, vislumbró el futuro con esperanza, porque "el corazón tiene hambre" y los jóvenes buscan respuestas, como se ha visto durante la pandemia.

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