"Las medidas para apoyar y proteger a los más vulnerables son una buena noticia. No dejemos a nadie tirado en el camino". Con un sencillo tweet, el cardenal de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Carlos Osoro, avala la nueva ley de Protección a la Infancia y la Adolescencia.
Una normativa que apuntalará la defensa de los derechos de los menores en España, y que actuará duramente contra la prescripción de los delitos y la lucha contra los abusos. Aunque la Iglesia no ha sido citada literalmente en el anteproyecto de Ley, lo cierto es que el articulado obliga a todas las instituciones que trabajan con menores a denunciar cualquier caso que llegue a su conocimiento.
En Madrid, el Arzobispado lanzó hace meses el proyecto 'Repara' de atención a las víctimas de abusos en la Iglesia, uno de los más reconocidos por parte de las asociaciones de supervivientes. La futura ley también consagrará la aporofobia como delito, y velará por el cuidado y protección de los colectivos más vulnerables, como las personas mayores. Un trabajo por el que la Iglesia española está velando desde hace tiempo.
