"¡Cómo pagaré al Señor todo el bien que me hizo!”, afirma el sacerdote El Padre Ángel celebra su 83 cumpleaños rodeado de los sintecho, antes de cerrar la iglesia de San Antón por el coronavirus

El Padre Ángel inciensa a la Virgen de Covadonga
El Padre Ángel inciensa a la Virgen de Covadonga

Hoy al mediodía cerrará la iglesia de San Antón para cumplir con recomendaciones del Gobierno de la Comunidad de Madrid

San Antón no se cerrará del todo, porque permanecerá abierta la capillita lateral, con el Santísimo expuesto, para que la gente pueda acercarse a rezar. Y los sintecho se trasladarán a desayunar al comedor de Vara del Rey y a cenar, como siempre, al restaurante Robin Hood de la calle Bravo Murillo

El Padre Ángel ha pedido a todos sus curas que atiendan todas las llamadas urgentes que les haga la gente y que se desplacen a sus casas, si así se lo piden, para llevarles la comunión

¡Larga vida al icono de la solidaridad, al cura que ha conseguido hacer de su iglesia un imán para los pobres y un hospital de campaña para los descartados!

A las 8:00 de la mañana, el Padre Ángel celebró en su iglesia de San Antón una misa para los más íntimos (entre los que no faltaron los sintecho, por supuesto), para celebrar su 83 cumpleaños. A su lado, en el altar, el padre Valentín, su mano derecha.

En los bancos, más de 60 sin techo, por los que ofreció la eucaristía, mientras les decía: “Así como el Papa les dijo a las madres que siguiesen amamantando a sus críos en la misa de la Sixtina, yo también os digo que podéis seguir desayunando, mientras celebramos la eucaristía”. Entre los voluntarios que les atienden, el ex secretario general de la UGT, Cándido Méndez.

Hoy era un día especial para el fundador de Mensajeros de la Paz. Primero, por ser el día de su cumpleaños. En segundo lugar, porque hace hoy cinco años que cumplió su sueño de abrir una iglesia 24 horas que, desde 2015, se ha convertido en el hogar de los sintecho y el oasis de los pobres y de la gente sencilla. Y, en tercer lugar, hoy al mediodía cerrará la iglesia de San Antón para cumplir con recomendaciones del Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Padre Valentín y Padre Ángel
Padre Valentín y Padre Ángel

Pero San Antón no se cerrará del todo, porque permanecerá abierta la capillita lateral, con el Santísimo expuesto, para que la gente pueda acercarse a rezar. Y, por supuesto, los sintecho se trasladarán a desayunar al comedor de Vara del Rey y a cenar, como siempre, al restaurante Robin Hood de la calle Bravo Murillo.

Además durante los 14 días de cierre parcial de la iglesia, las misas y el rosario se podrá seguir por streaming en www.sananton.net Porque, como dice el Padre Ángel, “hay que seguir viviendo la fe en época del coronavirus”.

Precisamente en esa clave, el párroco de San Antón ha pedido a todos sus curas que atiendan todas las llamadas urgentes que les haga la gente y que se desplacen a sus casas, si así se lo piden, para llevarles la comunión. “Queremos cumplir la petición que hizo ayer mismo el Papa Francisco de que los sacerdotes acudan a cuidar a los enfermos de coronavirus y les lleven, si lo solicitan, el consuelo de la comunión”, explica el Padre Ángel.

El Padre Ángel desayuna con los sintecho
El Padre Ángel desayuna con los sintecho

El evangelio de Marcos de la misa decía: “El que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir”. Y alguien a mi lado comentaba: “Se le puede aplicar al Padre, que se pasó toda su vida sirviendo a los más necesitados”.

En unas breves palabras de felicitación, el Padre Valentín se unió a “tanta gente que te apoya y te quiere”. Y añadía: “Doy gracias al Señor por estar cerca de ti, apoyando tu obra. Porque, como dice el Evangelio, no hay mayor timbre de gloria para una persona que servir y ayudar a los demás, como tú hiciste siempre”.

Antes de concluir la sencilla ceremonia, el Padre Ángel dio “gracias a Dios por mis 83 años y, porque, con el salmista, puedo decir: '¡Cómo pagaré al Señor todo el bien que me hizo!”. Y, en la iglesia, estalló un aplauso sentido, entre vivas de los sintecho, mientras todos los presentes entonaban el “cumpleaños feliz”. ¡Larga vida al icono de la solidaridad, al cura que ha conseguido hacer de su iglesia un imán para los pobres y un hospital de campaña para los descartados!

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