Los prelados denunciados son Braulio Rodríguez, Francisco Cerro, García Magán y el auxiliar de una diócesis vecina El Papa recibe a los obispos españoles con una denuncia sobre la mesa de encubrimiento contra 4 prelados de la víctima del ‘Karadima de Toledo’

Pedro FRancisco Rodríguez Ramos
Pedro FRancisco Rodríguez Ramos

Ante el silencio del dicasterio romano, tras la sentencia civil, la víctima del ‘Karadima de Toledo’ volvió a denunciar su caso no solo en Doctrina de la Fe, sino que las denuncias pertinentes se encuentran en el Dicasterio para los Obispos, en el Dicasterio para el Clero y hasta en Secretaría de Estado

Los obispos de Toledo denunciados y cuya identidad conoce el Papa son el arzobispo emérito, Braulio Rodríguez, el arzobispo titular, Francisco Cerro, asi como el obispo auxiliar, monseñor García Magán

Los obispos han sido denunciados por actuar contra ‘Vos Estis Lux Mundi’ (contra los arts. 1.1, 5, 6, 7.1, entre otros), contra ‘Come una madre amorevole’ y contra lo establecido canónicamente desde 2009 en el can.1389 y en la reforma posterior del libro VI del CIC

¿Bajará el Papa a lo concreto y les dirá algo a los obispos de Toledo denunciados o al obispo de Málaga, que encubrió al cura que drogaba y abusaba de mujeres?

El pasado 19 de octubre, la Audiencia Provincial de León condenaba a siete años de cárcel, al pago de una indemnización de 40.000 euros y a la prohibición de aproximarse a menos de 250 metros de la víctima al sacerdote Pedro Francisco Rodríguez Ramos por un delito de abuso sexual continuado sobre un menor del seminario menor de Toledo entre 2005 y 2007.

La sentencia, recurrida por el abusador, constata asimismo la evidente protección de la diócesis de Toledo al sacerdote victimario, porque sólo apartó al cura del contacto con menores en 2021, aunque tuvo conocimiento del caso 12 años antes de tomar las primeras medidas cautelares. Un caso claro de encubrimiento, que puede afectar a varios obispos.

Braulio y Cerro

De hecho, tras las mentiras vertidas públicamente y en reiteradas ocasiones por parte de los ordinarios de la Archidiócesis de Toledo, el caso fue denunciado el año pasado por vía canónica ante la congregación para la Doctrina de la Fe, presidida entonces por el cardenal Ladaria, al que la víctima pidió protección en varias ocasiones.

Ante el silencio del dicasterio romano, tras la sentencia civil, la víctima del ‘Karadima de Toledo’ volvió a denunciar su caso no solo en Doctrina de la Fe, sino que las denuncias pertinentes se encuentran en el Dicasterio para los Obispos, en el Dicasterio para el Clero y hasta en Secretaría de Estado.

Según fuentes canónicas consultadas por RD, después de aumentar la presión por parte de varios obispos españoles (a través de email y vía telefónica) y ante la ausencia de notificación alguna por parte de Doctrina de la Fe, la víctima puso en conocimiento del Santo Padre el encubrimiento constante y continuado de tres obispos de Toledo y uno de una diócesis vecina.

Los obispos de Toledo denunciados y cuya identidad conoce el Papa son el arzobispo emérito, Braulio Rodríguez, el arzobispo titular, Francisco Cerro, asi como el obispo auxiliar, monseñor García Magán, que desempeña también la labor de secretario general de la Conferencia episcopal española.

Cerro y Braulio
Cerro y Braulio

Además de ponerlo en conocimiento del Papa, la víctima del Karadima de Toledo denunció a los prelados ante el dicasterio de Obispos por calumnias, difamación, emisión de comunicados falsos, abuso de poder, encubrimiento y omisión.

De hecho, en la propia sentencia aparece recogido cómo el cura condenado reconoce que el entonces arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, tuvo conocimiento del caso desde 2009, desmontando así la versión publicada por el arzobispado en distintos comunicados.

Los obispos han sido denunciados por actuar contra ‘Vos Estis Lux Mundi’ (contra los arts. 1.1, 5, 6, 7.1, entre otros), contra ‘Come una madre amorevole’ y contra lo establecido canónicamente desde 2009 en el can.1389 y en la reforma posterior del libro VI del CIC.

Según el Motu Proprio ‘Come una madre amorevole’, del 4 junio de 2016, “el obispo diocesano puede ser removido sólo si objetivamente ha faltado de forma grave a la diligencia que requiere su función pastoral en el caso de abuso de menores”.

Pontificia comisión para la protección de menores

Sobre este caso, ya se pronunció la Pontificia Comisión Para la Protección de Menores del Vaticano, tal como publicó el Diario de León, instando a retirar del ministerio pastoral a todos cuantos colaboraron en agravar el sufrimiento de la víctima del sacerdote Pedro Rodríguez Ramos:

“No debería haber lugar en el ministerio pastoral para alguien que agrave a sabiendas el sufrimiento de las víctimas de abusos sexuales. Instamos a los líderes de la Iglesia a que sean modelos de atención pastoral a las víctimas en sus palabras y en sus acciones”, explica el organismo vaticano.

Es evidente que el Papa está descontento por la gestión episcopal de los abusos del clero en España, a pesar de la reciente aprobación del plan de reparación integral de las víctimas. ¿Mostrará su descontento a todos los obispos reunidos? ¿Bajará a lo concreto y les dirá algo a los obispos de Toledo denunciados o al obispo de Málaga, que encubrió al cura que drogaba y abusaba de mujeres? No suele ser un procedimiento habitual, pero Francisco ya nos tiene acostumbrados a romper moldes, sobre todo cuando se trata de defender a las víctimas.

Catedral de Toledo

Volver arriba