El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, ha pedido “prudencia” al presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, y le recuerda que “la Iglesia no se puede identificar con ninguna opción política concreta”, en respuesta a las declaraciones de Argüello, en una entrevista enLa Vanguardia, este domingo, en la que plantea al presidente del Gobierno cuáles son las alternativas, a su juicio, ante la situación de bloqueo de la legislatura que ha denunciado: “Cuestión de confianza, moción de censura o ir a elecciones”.
Planellas ha admitido que “como muy bien dice” Argüello, la “situación política está más bloqueada que en julio pasado”. Esto es así, añade, “por el hecho de que un determinado partido político se ha descolgado de la coalición de gobierno, y eso hace un gobierno mucho más débil, con una situación mucho más precaria”.
Sin embargo, “respetando las legítimas opiniones de cada uno”, advierte: “Creo que tenemos que ser muy cuidadosos en la Iglesia con decir que hay que ir a nuevas elecciones o que hay que hacer una moción de censura”. El presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que aglutina a los obispos catalanes, recuerda en este sentido, que la constitución pastoral Gaudium et spes (Alegría y esperanza) determina que “la Iglesia no se puede identificar con ninguna opción política concreta, no está ligada a ningún sistema político”.
Planellas advierte además que hay que “distinguir claramente entre las acciones que los creyentes hacen en nombre propio como ciudadanos, y es muy legítimo que un cristiano pueda decir lo que ha dicho el arzobispo Argüello”, de lo que “se haga o se diga en nombre de la Iglesia o en nombre de los diversos pastores de la Iglesia”. “Por tanto, yo sería muy prudente a la hora de hacer estas afirmaciones y creo que van más allá de lo que puede afirmar, o lo que puede decir, un arzobispo en este sentido”, subraya.
Sin embargo, puntualiza que “la forma concreta más apta para el reconocimiento de esta nacionalidad o de las otras nacionalidades que pueda haber en el Estado español, con sus valores y prerrogativas, corresponde directamente al ordenamiento civil y una vez más no es la Iglesia la que tiene que decir cómo se ha de desarrollar esta realidad”.