Argüello: “Lo católico está de moda” frente al “relativismo moral” de las sociedades occidentales Más Rosalía que Zornoza: el presidente de la CEE obvia el escándalo del obispo de Cádiz en su discurso en la Plenaria
El presidente de la CEE arremete en su discurso contra la "inhumanidad del aborto", y los "sesgos ideológicos de las leyes de memoria histórica y democrática" que "son un instrumento de polarización ideológica al servicio de los intereses políticos del presente más que cauce para ahondar en la reconciliación que los años de la Transición lograron"
Como si no hubiera ocurrido nada. Los obispos españoles volvieron a encontrarse en Asamblea Plenaria (en la anterior, todavía aguardábamos la recuperación del Papa Francisco, y nadie -salvo quizá el mismo Bergogio- pensaba en Prevost como su posible sustituto) sin más rastro del escándalo Zornoza que el asiento vacío que el todavía obispo de Cádiz y Ceuta dejó en la sala, para alivio de muchos.
En los corrillos episcopales (y periodísticos), el ‘caso Zornoza’ era la comidilla. No es para menos: no en vano, se trata del primer obispo español en ejercicio acusado de abusos sexuales. Sin embargo, nada de eso apareció en el discurso del presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello.
Es más: el arzobispo de Valladolid ventiló en apenas un párrafo de las 40 páginas de su discurso la cuestión de los abusos: “Seguimos trabajando en todo lo referido a la atención a las víctimas de abuso en todo su recorrido de prevención, formación, acogida, cauces para las denuncias, colaboración entre diócesis, congregaciones religiosas y asociaciones. Recibiremos el informe de la Comisión Asesora de Reparación Integral. Además, las tristes noticias que nos han llegado a lo largo de las últimas semanas, acerca de denuncias sobre delitos sexuales cometidos contra menores de edad, nos conducen a todos a profundizar en el doble principio, que queremos alcanzar: un equilibrio justo entre el derecho a la presunción de inocencia y el derecho a denunciar, en el fuero jurídico competente, las ofensas recibidas, ambos, derechos fundamentales que corresponden a todos”.
Apenas una mínima referencia genérica a “las tristes noticias que nos han llegado” y el mismo argumentario utilizado la pasada semana, y tras su encuentro con el Papa, acerca del “equilibrio justo” entre la víctima y el presunto abusador.
Queremos alcanzar un equilibrio justo entre el derecho a la presunción de inocencia y el derecho a denunciar
Sí tuvo ocasión monseñor Argüello para arremeter contra la "inhumanidad del aborto", y los "sesgos ideológicos de las leyes de memoria histórica y democrática", que en su opinión "son un instrumento de polarización ideológica al servicio de los intereses políticos del presente más que cauce para ahondar en la reconciliación que los años de la Transición lograron”. También, para lanzar un guiño a las propuestas vinculadas a J. D. Vance y el movimiento MAGA, y para sacar pecho afirmando que “lo católico está de moda” frente al “relativismo moral” de las sociedades occidentales. Y es que hubo más Rosalía que Zornoza en las palabras del prelado.
Comenzó Argüello recordando al Papa Francisco y mostrando su adhesión a Pedro, explicitada en la visita de este lunes, donde “la Comisión Ejecutiva tuvo la oportunidad de expresarle nuestra obediencia y comunión”. Y, de paso, lo invitaron a visitar España.
"El 'giro' católico"
“El seguimiento por millones de personas de la muerte y posteriores exequias de Francisco, del cónclave y de la elección de León XIV; el jubileo de los jóvenes; las posiciones de la Iglesia en asuntos de gran interés y preocupación como las guerras y los movimientos migratorios, así como otros hechos ocurridos en las últimas semanas han llevado el debate sobre Dios y ‘lo católico’ al debate mediático”, trazó Argüello, citando varios artículos de prensa para argumentar un “giro católico” en España.
“En España, el anuncio del nuevo disco de Rosalía, Lux, ha detonado, de nuevo, un debate”, incidió el prelado, quien aseguró que “existen señales que advierten de que lo católico está de moda o, si se prefiere, de que hay una vuelta a coordenadas espirituales que parecían proscritas”, algo que también se expresa en otros fenómenos como Los domingos. Un momento del discurso en el que se vio al Argüello más auténtico, improvisando e hilando un tema tras otro.
Una búsqueda de la espiritualidad que se produce en el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, que los obispos españoles celebrarán este jueves (20N, para que nadie se confunda), junto a cristianos de otras denominaciones. La conmemoración ha de llevar, según Argüello, a “la promoción de todo ser humano y el respeto de sus derechos fundamentales, especialmente allí donde la dignidad de nuestros hermanos es vulnerada: donde la vida no es respetada como un don sagrado desde su inicio a su fin; donde los seres humanos son discriminados y perseguidos por su fe; donde los pueblos sufren las consecuencias de la violencia y la guerra; donde la desigualdad y la injusticia conducen a la explotación de los más pobres; donde los inmigrantes son rechazados y no acogidos como hermanos o donde, mediante la «trata de personas», se comercia con la vida humana”.
“La escucha más intensa del rumor de Dios y el «giro católico» pueden ser una moda u objeto de manipulación ideológica del desconcierto y las dificultades que viven hoy los jóvenes”, advirtió el presidente de la CEE, quien quiso poner esta realidad en relación con “la crisis de la democracia occidental, víctima del individualismo, carente de vínculos y víctima del relativismo moral que ella misma ha generado”. Los mismos síntomas se aplican al “globalismo, la deconstrucción de la persona y de la familia, los multiculturalismos y las dudas sobre la propia nación”, que “contribuyen al desasosiego”.
En este contexto surge, en EEUU, el “complejo tecnológico autoritario” que “tiene en el vicepresidente James David Vance, converso católico, su enlace político”, subrayó Argüello, quien subrayó “la presencia católica en este momento de la historia”.
Dilexi Te y el informe Foessa
El arzobispo de Valladolid sí dedicó una parte relevante de su discurso a ‘Dilexi Te’, el primer texto programático del pontificado de León XIV, que el presidente de la CEE vinculó directamente con el Papa Francisco. “El papa continúa sumergiéndose en el río de gracia cantado por Francisco en su última encíclica y nos sitúa ante este amor que brota del corazón de Cristo”, una “fuerza poderosa que transforma vidas y corazones”, señaló Argüello, quien también glosó el último informe FOESSA, que “nos describe una sociedad en transformación” en el que se vinculan la crisis demográfica, la precariedad laboral y un modelo de desarrollo “ecológicamente insostenible”, que unido a la pobreza y la desigualdad nos lleva a una “sociedad del miedo, que provoca un repliegue individualista en el ‘Sálvese quien pueda’”.
Otro de los grandes elementos del discurso inaugural de Argüello vino al denunciar “la inhumanidad del aborto, detrás de las cortinas de humo y las estrategias” de “distracción y de polarización”. “La sociedad occidental ha escondido completamente la cuestión del aborto bajo la alfombra”, denunció con vehemencia Argüello, quien incidió en que “la tragedia de 73 millones de abortos al año en el mundo, cien mil en España, se ha normalizado. Hemos llegado a un punto de extrema irracionalidad en materia de bioética al servicio de la biopolítica”.
“El atajo del aborto para solucionar problemas que exigen políticas públicas a favor de la familia y de la vida es síntoma del debilitamiento moral de nuestra democracia”, señaló el presidente de la CEE, antes de recordar el otro gran acontecimiento de esta semana: los 50 años de la muerte de Franco y la proclamación de Juan Carlos I, que “marcan el final de una etapa y el comienzo de otra en la sociedad española”. También en la Iglesia, trazó el prelado, resumiendo las homilías de los cardenales Marcelo (en el funeral) y Tarancón (en la coronación).
La Iglesia, el Franquismo y los sesgos ideológicos
“La Iglesia vivió con el régimen de Franco una relación singular. Comienza con el apoyo de la carta colectiva de 1937 y el agradecimiento ante la extraordinaria persecución religiosa sufrida con miles de muertos y represalia dos por razón de su profesión católica”, admitió Argüello, quien incidió en la creación de la HOAC como primer movimiento de crítica al régimen. Juan XXIII, el Concilio y Pablo VI supusieron un cambio en la relación de la Iglesia con el régimen hasta llegar al sistema democrático actual.
Estos próximos tres años deberían ser de «purificación de la memoria», contaminada por los sesgos ideológicos de las leyes de memoria histórica y democrática que, justamente, quieren rehabilitar y honrar a víctimas de la dictadura y enterrar dignamente a quien seguían en fosas y cunetas, pero son, principalmente, un instrumento de polarización ideológica al servicio de los intereses políticos del presente
“En el año 2028 celebraremos los cincuenta años de la constitución”, recordó el presidente de la CEE, quien lanzó una andanada contra el Gobierno Sánchez. “Estos próximos tres años deberían ser de «purificación de la memoria», contaminada por los sesgos ideológicos de las leyes de memoria histórica y democrática que, justamente, quieren rehabilitar y honrar a víctimas de la dictadura y enterrar dignamente a quien seguían en fosas y cunetas, pero son, principalmente, un instrumento de polarización ideológica al servicio de los intereses políticos del presente más que cauce para ahondar en la reconciliación que los años de la Transición lograron, en gran parte”.
A este punto dedicó Argüello parte de su diatriba final: “¿Qué principios y valores prepolíticos asumimos como sociedad? ¿Cuáles son las causas profundas de «la crisis de las democracias liberales y el auge de autoritarismos populistas de derecha e izquierda? ¿Cómo revitalizar la vida democrática y asegurar principios básicos como la separación de poderes, el principio de legalidad, la dignidad de cada ciudadano y el bien común? ¿Cómo abordar juntos los desafíos del mundo global y sus cambios acelerados?”, se preguntó.
“Los católicos, en el respeto a la conciencia y en la promoción de conciencia, estamos llamados a estar presentes en la vida pública para colaborar en la edificación de una vida social justa a través del elogio de la razón, la amistad social y la acción iluminada por la Doctrina Social de la Iglesia”, recalcó Argüello, quien insistió en que "no basta con ser objetor de conciencia", y recordando al fallecido cardenal Sebastián y su deseo de que “los católicos españoles puedan llegar a ser los más leales y decididos defensores de la democracia”.
Sólo al final, al relatar el programa de la Asamblea Plenaria, hizo el presidente de la CEE una mínima referencia a los abusos (sin nombrar al ‘presente’ Zornoza), para culminar haciendo suyo el discurso de Francisco a la Curia en 2023: “Sesenta años después del Concilio, seguimos de batiendo sobre la división entre ‘progresistas’ y ‘conservadores’, pero esta no es la diferencia: la verdadera y principal diferencia está entre ‘enamorados’ y ‘acostumbrados’”.