Prior del Valle de los Caídos: "No me atrevo a decir que la pandemia sea un castigo de Dios" Santiago Cantera vuelve a denunciar la "persecución" del actual Gobierno, al que acusa de llevar a cabo "actuaciones estalinistas"

El coronavirus no ha pasado de largo por el Valle de los Caídos. Varios religiosos, entre ellos, alguno grave, tuvieron la enfermedad, que "no me atrevo a decir que sea un castigo de Dios", tal y como señala el prior de Cuelgamuros, Santiago Cantera, en una entrevista, en la que vuelve a denunciar la "persecución" que sufren por parte del actual Gobierno, a quien acusa de "actuaciones estalinistas".

"Con respecto a la actual pandemia, no me atrevo a decir que sea un castigo de Dios, porque no lo sé: Él no nos lo ha revelado. Pero lo que no dudo es que se trata de una ocasión de oro para que el ser humano reflexione sobre la debilidad de su propia condición: se creía el amo de todo por medio de la técnica y de la ciencia y en realidad nada puede sin Dios", subraya Cantera, quien lanza un dardo a las autoridades episcopales españolas, apuntando que "parece que estuviéramos más preocupados por cumplir las normas sanitarias (incluso yendo más allá de las señaladas por las autoridades civiles) que por rezar y tratar a Dios en la Sagrada Eucaristía como Él merece".

"Nuevo orden mundial"

"En España todo se está legislando a base de decreto-ley y de órdenes ministeriales", denuncia el prior del Valle, quien apunta que "cuando se habla de 'nueva normalidad', se está aludiendo a una parte de ese “nuevo orden mundial” al que se aspira, con una sinarquía o gobierno global absoluto que controle todos los movimientos y actos de las personas en particular y de la sociedad en su conjunto", avalando las teorías de la conspiración de la que tanto hemos oído hablar últimamente.

En lo tocante al Valle, Cantera arremete contra la Ley de Memoria Histórica, que en su opinión "no se queda sólo en el pasado o en cierta época del pasado de la Historia de España, sino que apunta hacia el futuro: la deslegitimación del régimen del 18 de Julio supone la deslegitimación de la Monarquía reinstaurada por Franco y la deslegitimación, en consecuencia, de todo el régimen del 78, apuntando así hacia el advenimiento de una III República".

"La persecución actual -añade- es a veces más sutil: si evita la violencia directa y procura más el desprestigio mediático, consigue más; lo mismo sucede con el hedonismo capitalista: ha hecho más daño a la fe de los pueblos que decenios de ateísmo doctrinal y persecución comunista".

Es más: "Los proyectos recientes de la izquierda española para crear una Comisión de la Verdad han recordado de lleno este tipo de organismos y actuaciones estalinistas". "Hay ciertos sectores políticos que precisan de la crispación, en parte por ideología y en parte por estrategia", añade el benedictino.

"No se trata simplemente de un revanchismo y de una obsesión con ciertos elementos del pasado –que también hay ese revanchismo y esa obsesión con fantasmas del pasado– sino que va mucho más allá. La actitud de quienes no han querido ver esto por cortedad de miras o por miedo a oponerse a la violencia mediática de los propugnadores de la “memoria histórica” está teniendo y tendrá sus consecuencias", augura.