Una carta abierta pide al Papa que no autorice la exhumación de Franco "Santidad, no abandone a los católicos españoles"

Franco, en el Valle
Franco, en el Valle Agencias

“Si ceden a las pérfidas pretensiones del Gobierno español se convertirán en colaboradores necesarios de un hecho de imprevisibles consecuencias, todas malas”

Con Pedro Sánchez, “se han profanado templos, se ha insultado, acosado e incluso agredido a sacerdotes, se han retirado Cruces, se ha prohibido la enseñanza de la religión católica en los colegios y se han eliminado todos los crucifijos”, asegura la carta

“Santidad, no abandone a los católicos españoles”. Así reza la carta abierta al Papa Francisco y que, hasta la fecha, han firmado dos centenares de personas, en la que instan al Pontífice a “no autorizar” el acceso a Cuelgamuros para exhumar a Franco, como así ha determinado el Tribunal Supremo. “Si ceden a las pérfidas pretensiones del Gobierno español se convertirán en colaboradores necesarios de un hecho de imprevisibles consecuencias, todas malas”.

En la misiva se recuerda cómo hace ochenta años “los marxistas anti España, anti-dios y contrarios a la libertad del individuo como hijo de Dios” emprendieron “una sangrienta e inmisericorde persecución contra los católicos, un verdadero holocausto que supuso la muerte, en muchos casos tras terribles vejaciones y torturas, de varios miles de sacerdotes y personas consagradas (incluidos 13 obispos), además de varias decenas de miles de ciudadanos anónimos, más, cuyo único delito era creen en Dios”.

España vivió en paz... con Franco

Tras recordar cómo “la práctica totalidad de los obispos españoles” firmó la llamada “Carta Colectiva” en la que bendijo la cruzada de Franco, los firmantes aseguran que “entre 1939 y 1975, bajo la jefatura del Estado del general Franco, España vivió en paz, se hizo un esfuerzo gigante de reconciliación y se alcanzaron cotas de progreso y bienestar muy difíciles de igualar”. Siempre, añaden, “con unas políticas que seguían fielmente las enseñanzas de Ntro. Sr. Jesucristo y los mandamientos de su Iglesia”.

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Tras su muerte, “España dejó de ser un estado confesional, pero cada español era libre de vivir la fe como quisiera”. En España, sigue la carta, “habíamos superado los enormes traumas, rencores y agravios que nos habían llevado a matarnos entre nosotros (…) y la comunidad católica siendo floreciente”.

Zapatero y Pedro Sánchez

Sin embargo, la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero hizo “de un modo irresponsable, contrario a la razón y extremadamente dañino para el espíritu de los españoles”, abrir “de un modo sectario y cainita la herida que tanto había costado cerrar”, con la aprobación de la Ley de Memoria Histórica que, en su opinión, “tiene como objeto reescribir la historia de España”, convirtiendo “a los verdugos en víctimas y a las víctimas en verdugos”.

Ahora, con Pedro Sánchez, “se han profanado templos, se ha insultado, acosado e incluso agredido a sacerdotes, se han retirado Cruces, se ha prohibido la enseñanza de la religión católica en los colegios y se han eliminado todos los crucifijos”, asegura la carta, que denuncia las “amenazas, explícitas o implícitas”, contra la Iglesia en forma de pintadas en algunos templos.

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Estrategia de demolición del catolicismo

“El último paso (por ahora) de esta estrategia de demolición de la esencia y el fundamento católico de nuestra Patria”, sostienen, “es la profanación de los restos mortales del anterior Jefe de Estado en contra de los deseo de la familia” para, a continuación, “desacralizar la Basílica de la Santa Cruz”, o “destruir la grandiosa cruz” que la preside.

“Santidad, sólo la Iglesia puede impedir este desafuero, este ultraje a un templo cristiano que es un inigualable símbolo de reconciliación y concordia”, asumen los firmantes, que pide al Papa que “no autorice el acceso a la Basílica”. “Tienen pleno derecho a negarse y la obligación moral de hacerlo”,, concluye la nota, que apunta que “si ceden a las pérfidas pretensiones del Gobierno español se convertirán en colaboradores necesarios de un hecho de imprevisibles consecuencias, todas malas”.

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