Apenas 45 minutos para un acto que suele durar más de dos horas La Semana Santa de Ávila vive su Vía Crucis más fugaz en el interior de la catedral

Vía crucis en el interior de la catedral abulense
Vía crucis en el interior de la catedral abulense EFE

La Semana Santa de Ávila, declarada de Interés Turístico Internacional, ha vivido en la madrugada de este Viernes Santo su Vía Crucis más fugaz, en el interior de la catedral de El Salvador, ya que las adversas condiciones meteorológicas han obligado a renunciar a realizar el recorrido de 2,5 kilómetros en torno a la muralla

En apenas 45 minutos, las 400 personas que han participado en este acto penitencial han completado las catorce estaciones dentro del principal templo de la Diócesis, cuando lo habitual es que el recorrido exterior se prolongue algo más de dos horas, en un trayecto espectacular, en torno al principal monumento de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad

La Semana Santa de Ávila, declarada de Interés Turístico Internacional, ha vivido en la madrugada de este Viernes Santo su Vía Crucis más fugaz, en el interior de la catedral de El Salvador, ya que las adversas condiciones meteorológicas han obligado a renunciar a realizar el recorrido de 2,5 kilómetros en torno a la muralla.

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En apenas 45 minutos, las 400 personas que han participado en este acto penitencial han completado las catorce estaciones dentro del principal templo de la Diócesis, cuando lo habitual es que el recorrido exterior se prolongue algo más de dos horas, en un trayecto espectacular, en torno al principal monumento de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

La última vez que se produjo una circunstancia similar fue en el año 2011, cuando las inclemencias meteorológicas hicieron que el Vía Crucis tuviera que desarrollarse, como este año, por el interior de la primera catedral gótica de España.

A las 5.30 de la madrugada, con puntualidad suiza, se ha iniciado una de los actos más emblemáticos de la Semana Santa de Ávila, aunque esta vez bajo cubierto, en un acto presidido por Luis Carlos Hernández, delegado episcopal para las Cofradías y la religiosidad popular.

Tronos a refugio en la seo abulense

La meteorología no solo ha condicionado el desarrollo del Vía Crucis Penitencial, sino también buena parte de la Semana de Pasión abulense, que ha visto cómo se han tenido que suspender todas las procesiones del Jueves y el Viernes Santo, mientras que de las tres del Martes Santo, solo se desarrolló la mitad de La Estrella, cuyos tronos se tuvieron que 'refugiar' también en la seo abulense.

En este templo siguen estando ambos pasos, junto a los que tenían que haber procesionado ayer y los que participarán esta tarde, si la meteorología no lo impide, en la procesión del Santo Entierro, organizada por el Real e Ilustre Patronato de Nuestra Señora de las Angustias y Santo Sepulcro.

Una de las tallas que tenía que haber salido el Jueves es una de las más veneradas y simbólicas de la Semana Santa de Ávila, que ha presidido el Vía Crucis desde el trascoro de la Catedral: el Santísimo Cristo de los Ajusticiados, una talla del siglo XVI.

Bajo su mirada, se ha desarrollado este acto penitencial organizado por el Real e Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, el más antiguo de la Semana de Pasión abulense, con la participación de unas 400 personas, una cifra muy alejada de las cerca de 2.000 que suelen realizar el recorrido en torno a la muralla.

El recorrido habitual del vía crucis por el recinto amurallado de Ávila
El recorrido habitual del vía crucis por el recinto amurallado de Ávila Junta de Cofradías de Ávila

Durante tres cuartos de hora, los fieles han dado la vuelta a la catedral por su interior, partiendo junto a la imagen del Santísimo Cristo de los Ajusticiados y finalizando nuevamente junto a esta talla muy venerada por los abulenses, que en la mañana del Jueves Santo dejó su 'casa' habitual, en la ermita del Humilladero, para trasladarse a la Catedral.

Conocida inicialmente como Cristo de la Buena Muerte, debido a la serenidad de su rostro, esta talla pasó a denominarse posteriormente Santísimo Cristo de los Ajusticiados, teniendo en cuenta su vinculación con los presos, a los que acompañaba en sus últimas horas.

Libertad a uno de los presos

En 1953, el Patronato de la Santa Vera Cruz y el Consejo Diocesano de Jóvenes de Acción Católica, impulsores del Vía Crucis de Penitencia a partir de 1935, solicitaron a las autoridades civiles un acto de perdón, mediante el cual se concedía la libertad a uno de los reos en la antigua cárcel, donde se hacía una parada.

Una vez finalizado el Vía Crucis, muchos de los asistentes han cumplido con la tradición de reponer fuerzas desayunando un chocolate con churros o porras.

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