El fundador de Mensajeros de la Paz fue uno de los tres oficiantes de la ceremonia El padre Ángel, tras la boda de Tamara Falcó: "Entre los novios no hubo lágrimas, hubo mucha complicidad"

La boda de Tamara Falcó, portada de '¡Hola!'
La boda de Tamara Falcó, portada de '¡Hola!' Hola

"Todo lo que sea bendecir y cosas buenas, es una chulada. Había mucho amor, gente que se quería, ese día aprovechamos para que se dieran el 'sí, quiero' y que los asistentes también le dijeran a la pareja si les quieren"

"No hubo lágrimas, no ha llorado nadie, en esta creo que si se hubiese llorado habría sido de alegría"

El padre Ángel García, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, fue uno de los tres sacerdotes que ofició la boda de Íñigo Oinieva y Tamara Falcó. El entrevistado confiesa, ante los micrófonos de El programa de AR cómo se sintió en un día tan importante: "Con felicidad, todo lo que sea bendecir y cosas buenas, es una chulada. Había mucho amor, gente que se quería, ese día aprovechamos para que se dieran el 'sí, quiero' y que los asistentes también le dijeran a la pareja si les quieren".

"No hubo lágrimas, no ha llorado nadie, en esta creo que si se hubiese llorado habría sido de alegría", confiesa el sacerdote. Isabel Preysler estaba "con los nietos que le hacían compañía" y Carolina, la otra madre, "se veía emocionada, pero no hubo lágrimas".

"Entre los novios no hubo lágrimas, hubo mucha complicidad entre elllos, se miraban, se sonreían, se acariciaban y al final se besaron. Fue una boda de esas de cuentos de hadas que son reales", sentencia el sacerdote sobre la ceremonia.

El sacerdote confirma los rumores de un pequeño fuego durante la celebración de la boda de Tamara Falcó: "Había que tener algún incidente, que no había pasado nada.. pues había unas velas en el suelo y uno de los sacerdotes se acercó demasiado a las velas, si no es por la hermana de Íñigo que le dijo que no se acercara, que se iba a quemar...".

Sin embargo, el padre Ángel quiere aclarar que todo quedó en una anécdota: "Pero no pasó nada, se chamuscó un poco, pero creo que ni siquiera se dio cuenta él del fuego. Fue un incidente jocoso y curioso, no eran las llamas del infierno...".

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