Carta abierta de una víctima de abusos a menores en la Iglesia "Jamás traicionaré al niño que ustedes destruyeron, son los culpables de cometer y encubrir el mayor de los crímenes"

Protestas en Astorga
Protestas en Astorga Agencias

"Es tomarse en serio: ¿no contestar a las cartas enviadas?, ¿no dar audiencia?, ¿no dar trámite a las denuncias de abuso presentadas?"

"Son ustedes unos miserables y unos sinvergüenzas. Sin reparo hago esta afirmación porque ya no les tengo miedo, aunque sigan en el empeño de provocarme más dolor, daño, impotencia y angustia"

Como víctima de la Iglesia católica de abusos sexuales, quiero manifestar:

Mi profunda y absoluta decepción por las actuaciones y el infame comportamiento de los obispos que se han burlado y se burlan de las víctimas. Mienten al decir “que reconocen los abusos” y “la apertura de oficinas de atención a las víctimas” y para colmo, mienten cuando declaran que “la Iglesia es la única que se ha tomado en serio los abusos”. Es tomarse en serio: ¿no contestar a las cartas enviadas?, ¿no dar audiencia?, ¿no dar trámite a las denuncias de abuso presentadas?

Eso no es atención a las víctimas, eso se llama MENTIR.

¿Cómo se puede acompañar a las víctimas sin “saber” y sin “querer saber” el daño causado? Si el Papa y el presidente de la Conferencia Episcopal tuvieran un poco de decencia, ya les hubiesen expulsado de sus ministerios. En mi caso particular, la Iglesia siempre me ha tratado mal como víctima de abusos sexuales; y lo peor, es que se han burlado de mi dolor, de niño cuando los sufrí y de hombre, cuando lo denuncié.

Son ustedes unos miserables y unos sinvergüenzas. Sin reparo hago esta afirmación porque ya no les tengo miedo, aunque sigan en el empeño de provocarme más dolor, daño, impotencia y angustia.

Reunión de los obispos

Pero ahora ya no me callarán: He alzado mi voz

Jamás traicionaré al niño que ustedes destruyeron, son los culpables de cometer y encubrir el mayor de los crímenes.

Una súplica: “Atiendan a sus víctimas” o al menos, “No se rían de ellas”.

Sean personas antes que obispos, sean seres humanos más empáticos, sensibles, justos y compresivos con las víctimas que han denunciado, denuncian y tristemente denunciarán.

Dejen de causar tanto dolor con su ignorancia, apatía e indiferencia y dejen de mentir para ocultar sus crímenes. No podrán limpiar la Iglesia si en este momento decisivo, deciden lavarse las manos.

Jamás en toda la eternidad, repararéis el daño que habéis causado.

Carta abierta de una víctima de abusos a los obispos de la provincia eclesiástica de Oviedo by Jesús Bastante on Scribd

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