Rouco Varela presenta la JMJ en el Nueva Economía Fórum “El anteproyecto de muerte digna no es una ley de eutanasia”

(Jesús Bastante).- La Iglesia no entra en guerra con el Gobierno por la futura ley de muerte digna. Es más, considera que "no es una ley de eutanasia". Así lo aclaró esta mañana el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, durante un desayuno en el que presentó algunos detalles de la Jornada Mundial de la Juventud, que traerá a Benedicto XVI a Madrid la tercera semana de agosto. La armonía es absoluta, y la "colaboración excelente" entre Gobierno, Comunidad, Ayuntamiento e Iglesia. Y la mal llamada "ley de eutanasia" no será un punto de choque.

"Yo no he leído el texto del anteproyecto de ley. Lo han leído algunos colaboradores, y el juicio primero es que no es una ley de eutanasia. No tengo opinión sobre los detalles", apuntó el cardenal de Madrid, presentado por Marcelino Oreja y escuchado muy de cerca por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, y destacados socialistas como Álvaro Cuesta o Carlos García de Andoin. También, escoltado por diputados del PP como Jorge Fernández Díaz o Federico Trillo. No faltó la presencia eclesiástica, aunque sólo le acompañaron dos obispos: el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña; y el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez.

Rouco Varela abrió su intervención recordando los orígenes de las Jornadas Mundiales de la Juventud, nacidas del ímpetu del beato Juan Pablo II. "Esos jóvenes eran hijos de los jóvenes de mayo del 68", recordó. Ahora, cuando restan menos de cien días para que arranque la JMJ de Madrid, Rouco subrayó que este acto supone "un acto muy maduro de la historia de estas jornadas".

"Los jóvenes no sólo exhiben su gozo en el botellón, también en ocasiones de fe", como cuando Benedicto XVI anunció, en Sydney, que la JMJ de 2011 se celebraría en Madrid. El cardenal hizo un repaso del programa de la JMJ, que tendrá lugar del 15 al 21 de agosto, en el que destacó dos momentos clave de la JMJ: la vigilia de jóvenes con el Papa en Cuatro Vientos y el Via Crucis de imágenes de toda la Semana Santa española desde Cibeles hasta la Puerta del Sol.

"La estampa de Madrid cambiará esos días", auguró Rouco Varela, quien aseguró que estas jornadas, con base religiosa, afectan a toda la sociedad. En este momento hay inscritos 400.000 jóvenes de 182 países, lo que, en palabras de Rouco, "nos da una idea de la importancia" del acto. "Dar a conocer a esos jóvenes cómo la fe moldea la vida, la realidad social y las expresiones culturales, científicas y sociales es bueno, en un momento en que el mundo se globaliza".

Las expectativas, que hablaban de más de dos millones de jóvenes, se han canalizado a la baja. "Nuestra experiencia nos dice que se inscriben un tercio de los que vienen. "Las previsiones hablan de medio millón de jóvenes durante la semana, un millón en la Vigilia, y que se superen los dos millones en la misa del domingo". De hecho, se ha pedido al Gobierno la expropiación temporal de algunos terrenos anejos a Cuatro Vientos para que puedan ser ocupados por los jóvenes que acudan a ver al Papa el 20 de agosto por la noche.

Y es que la colaboración con las autoridades está resultando "excepcional". "Sin ellos, la Jornada no sería posible". Rouco evitó polemizar con las relaciones Iglesia-Estado, argumentando que "no soy yo la persona más apropiada para hablar de este asunto. La Iglesia está en relación con la comunidad política, pero el marco de referencia lo establecen la doctrina del Concilio Vaticano II y los Acuerdos Iglesia-Estado". ""No nos preocupa que se pueda manipular la visita del Papa. No creo que nadie pretenda hacerlo, pero tampoco pienso que sea posible manipularla", recalcó el cardenal, quien recordó que el Pontífice se encontrará con los Reyes, los Príncipes, el presidente del Gobierno y el líder de la oposición.

El presidente del Episcopado no quiso dar cifras sobre los costes de organizar un evento de este tipo en época de crisis, pero sí subrayó que "no hay cosa más económica que rezar. Los jóvenes duermen en el suelo, se pagan su comida y los gastos de viaje". Tampoco no supo responder sobre si sería la Iglesia, u otra institución, quien asumiría el déficit, o lo hizo a la gallega. Sí recalcó, sin embargo, "que Madrid esa semana acoja a centenares de miles de jóvenes no creo que no tenga efectos económicos positivos para la ciudad".

"Queremos que esa experiencia de catolicidad que produce la JMJ entre los jóvenes del mundo sirva para el camino de la paz, a medio y largo plazo, pueda ser prometedor y seguro", añadió el cardenal de Madrid, quien recalcó la "presencia fundamental" del Papa para el éxito de las jornadas. "Si a los jóvenes no les convoca el Papa, no vienen. Necesitamos al Papa para que haya Jornada Mundial de la Juventud", reconoció Rouco Varela, quien incidió en que los jóvenes se sienten atraídos por Benedicto XVI, como antes lo hicieron con Juan Pablo II. "Es el Papa. A él se le considera en función de la fe. La JMJ no se comprende sin el Papa".

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