Cómo será la Iglesia de la postpandemia (II): los curas Un clero envejecido que tendrá que 'aprender' una liturgia de desinfección

El obispo de Jerez, con guantes y mascarilla
El obispo de Jerez, con guantes y mascarilla

¿Cómo serán los ritos religiosos en el futuro? RD les ofrece una guía, paso a paso, sobre algunos de los aspectos que más preocupan a los fieles en la Iglesia del futuro. Hoy, hablamos del clero

Veremos curas con guantes y mascarillas, acostumbrándose a limpiarse con hidrogel antes y después de dar las formas

65,5 años. Esta es la edad media de los 23.000 sacerdotes españoles que, cada día, celebran los sacramentos. El clero de nuestro país es población de riesgo y, como tal, serán de los últimos en retornar a esa 'nueva normalidad' de la que habla el Gobierno.

¿Qué tendrán que hacer los sacerdotes españoles en la postpandemia? En primer lugar, cuidarse. Al ser población de riesgo, muchos de ellos deberían abstenerse de celebrar ante el público durante, al menos, las dos primeras fases. Algo que se antoja imposible sabiendo que el pastor necesita a su pueblo cerca. Y muchos ya están 'calentando' después de más de un mes sin poder celebrar la misa en público.

La limpieza, fundamental

Lo que sí resulta evidente es que el clero tendrá que aprender una nueva 'liturgia', adaptada a las medidas de higiene y seguridad, y con menos personal. Mientras dure la desescalada, el sacerdote no tendrá a su lado a varios acólitos y monaguillos. Muchas cosas tendrá que hacerlas solo, como le ocurre al Papa Francisco en sus misas en Santa Marta.

Fieles con mascarillas

Además, veremos curas con guantes y mascarillas, aunque lo fundamental será acostumbrarse al uso de soluciones hidroalcohólicas antes, durante y después de dar la comunión, así como una desinfección de los cálices, las vestimentas sacerdotales o el mantel en el altar. 

Menos fieles, más misas

Dado que la asistencia a los servicios religiosos será más reducida (un tercio de aforo en la primera fase, la mitad en la segunda), es más que previsible que muchos sacerdotes, sobre todo en pequeñas localidades, aumenten el número de misas, lo que redundará en mucho más trabajo, y mucha más precaución, para el sacerdote, que además deberá recordar nuevos usos: desde la comunión en la mano al saludo de la paz.

Muchas cosas van a cambiar en las iglesias, y el clero tendrá que hacer una importante labor pedagógica ante el pueblo de Dios, explicando qué se puede y qué no hacer y, en la medida de lo posible, desarrollando itinerarios para ir y regresar de la comunión, cómo colocar a los fieles u organizar las salidas. En este sentido, muchos curas se convertirán, sobre todo al principio, en auténticos 'guardias de tránsito'. 

En otro momento, les hablaremos de los donativos, los confesionarios y cómo se impartirán el resto de sacramentos.

Operarios fumigan un templo católico en Italia
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