Se une "al dolor y pena de tantos por el injusto inventario de hectáreas quemadas" La diócesis de Canarias, solidaria con los damnificados por los incendios

Incendio en Canarias
Incendio en Canarias

"El fuego no puede quemar ese olor a amor comprometido donde todos se convierten en familia", recuerda con las víctimas

"Nuestra diócesis quiere compartir con todos estos momentos de inquietud en la seguridad de que Nuestra Señora del Pino, patrona de aquellos verdes parajes, no dejará que se queme ni la fe, ni la esperanza ni el amor"

Hoy hemos pedido en la misa por los que están sufriendo los daños de estos incendios. Y en la misa había un hombre que ha perdido su trabajo en los montes isleños… y una familia a los que toda su historia fue pasto de las inmisericordes llamas… y una mujer que ha acogido en su casa de Las Palmas de Gran Canaria a unos conocidos de Tejeda… Y es que los incendios siempre son injustos y dolorosos porque aunque intentes razonar con la candela, no atiende a razones...

Nuestra diócesis se une hoy al dolor y a la pena de tantos hermanos canarios que también pasan a formar parte de ese injusto inventario de hectáreas quemadas. Pero somos conscientes, muy conscientes, que hay cosas que el fuego no puede quemar

El fuego no puede quemar el mirar al cielo y ver a Dios por encima de la humareda… Se ennegrece el azul pero se ilumina la esperanza.

El fuego no puede destruir lo que Dios creó. En pocos meses empezarán de nuevo a retoñar en las montañas encenizadas las hierbas y los árboles, las plantas y las flores que no han muerto, solo se han disfrazado temporalmente de negro.

El fuego no puede destruir la solidaridad de los canarios de la isla que tiene forma de corazón. Las llamas se apagarán tarde o temprano pero la solidaridad no es combustible, es permanente.

El fuego no puede quemar la oración ni el sacrificio de tantos que luchan contra las columnas de lo caliente y que como una sola persona ayudan a muchos.

El fuego no puede quemar la fraternidad de tantas personas de otros lugares de España y del mundo que comparten su oración, su preocupación y su cercanía con los canarios. Les llevamos y les llevaremos siempre en el corazón.

El fuego no puede quemar ese olor a amor comprometido donde todos se convierten en familia.

Nuestra diócesis quiere compartir con todos estos momentos de inquietud en la seguridad de que Nuestra Señora del Pino, patrona de aquellos verdes parajes, no dejará que se queme ni la fe, ni la esperanza ni el amor…

¡¡Ánimo hermanos!!

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