Con una instalación del artista italiano Roberto Lucifero La fachada de la embajada de España ante la Santa Sede "cuenta su historia"

Instalación fachada de la embajada de España ante la Santa Sede
Instalación fachada de la embajada de España ante la Santa Sede

La fachada de la embajada de España ante la Santa Sede cuenta desde hoy "su historia" a los romanos y los turistas, gracias a una instalación artística de carácter efímero

Desde hoy y hasta finales de año, la embajada española, que da nombre a una de las plazas más famosas del mundo, muestra una instalación del artista italiano Roberto Lucifero que recrea la relación entre el España y la Corte papal en el siglo XVII

En la inauguración participaron junto con la embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá, el subsecretario de Asuntos Exteriores español Luis Manuel Cuesta y el cardenal Lorenzo Baldisseri

La embajadora dijo que continuarán los actos por los 400 años con un ciclo conferencias, un par de jornadas abiertas y quizá una visita del papa Francisco el 8 de diciembre

La fachada de la embajada de España ante la Santa Sede cuenta desde hoy "su historia" a los romanos y los turistas, gracias a una instalación artística de carácter efímero que refleja algunos momentos de la historia de esta sede diplomática, la más antigua del mundo, con motivo de las celebraciones por sus 400 años.

Desde hoy y hasta finales de año, la embajada española, que da nombre a una de las plazas más famosas del mundo, muestra una instalación del artista italiano Roberto Lucifero que representa los antiguos estandartes que colgaban de los edificios más importantes, pero usando las nuevas tecnologías.

La instalación conmemorativa quiere recrear la relación entre el España y la Corte papal en el siglo XVII, cuando el palacio Monaldeschi de Roma fue alquilado para ser la sede estable de los embajadores españoles en 1622, antes de pasar definitivamente a manos de la corona española en 1654.

La obra, concebida con la fisionomía de un rostro humano, muestra en uno de los ojos de la fachada un "tapiz tecnológico" en el que se observa a Don Íñigo Vélez de Guevara, VIII Conde de Oñate, quien adquirió la sede diplomática en 1647, mientras que a la derecha se puede ver a Diego Velázquez retratando al papa Inocencio X bajo la mirada de Doña Olimpia Pamphilj, una de las tejedoras en la sombra del papado de su cuñado, el pontífice.

En la puerta de la fachada, como una boca que invita a entrar, otro de los tapices representa la maqueta dorada de la maquina pirotécnica realizada por el francés Claude Lorrain en 1637 por encargo del embajador don Manuel de Moura con motivo de la subida al trono de Fernando de Habsburgo.

Además se podrán leer tres mensajes "que son lo que el edificio quiere decir de sí mismo" y lo que representó esta sede diplomática durante siglos, según Lucifero: "Arte y poder, dialogo y paz y fe y razón".

"Siempre ha sido una Embajada que ha unido la cultura española con la italiana y en la que se vivió un auténtico Siglo de Oro, el momento más intenso de las interrelaciones entre Espala, Italia y la Santa Sede", explicó.

Para recrear un "barroco digital" que imite la pintura en lienzo se ha utilizado un pvc microforado capaz de dejar pasar la luz y el aire para evitar que se mueva con el viento y se estropee con la lluvia. Y se ha elegido sólo el banco y el azul ultramarino, un color que en la época costaba casi más que el oro y que da profundidad a los diseños, explicó el artista.

En la inauguración participaron junto con la embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá, el subsecretario de Asuntos Exteriores español Luis Manuel Cuestay el cardenal Lorenzo Baldisseri.

Invitados y turistas participaron en la puesta escena de bailes y música de la banda romana "Brama" para dar una sensación de "fiesta y celebración a pesar del momento dramático que estamos viviendo", como dijo la embajadora.

Celaá explicó que había pedido a Lucifero que representase sobre todo la historia del siglo XVI de la Embajada, cuando "España estaba en pleno auge y era el adalid del mundo católico, la salvaguarda del mundo católico".

La embajadora dijo que continuarán los actos por los 400 años con un ciclo conferencias, un par de jornadas abiertas y quizá una visita del papa Francisco el 8 de diciembre cuando acuda ante el obelisco con la estatua de la virgen de la Inmaculada frente a la embajada: "Nosotros le invitamos a todo, a un chocolate, a lo que sea...".

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