Munilla fulmina a un cura que llamó "hereje" e Inválido" a Francisco La 'fachosfera católica', ¿en peligro?: La Sacristía de la Vendée, forzada a disculparse por desear la muerte al Papa

Tres de los curas protagonistas de La Sacristía de la Vendée
Tres de los curas protagonistas de La Sacristía de la Vendée

Se creen por encima del bien y del mal, con la verdad absoluta, ya sea para criticar el amor entre dos personas, con nombres y apellidos, o para insultar o, incluso, desear la muerte del Papa Francisco. Son curas relativamente jóvenes, formados en seminarios ultraconservadores, 'juanpablistas' a tope y que desde la llegada de Francisco al papado se han dedicado a boicotear cualquier intento de reforma, especialmente en lo tocante a la moral sexual

"Soy un cura cancelado", se ríe Francisco José Vergara después de conocer la sanción, que se produce después de denunciar por herejía tanto al prefecto de Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, como al Papa Francisco. "Ahora faltaría que me condenaran de Roma por herejía, cuando les estoy acusando yo de herejes", se mofa en un vídeo publicado hace tres días. El clérigo ha renunciado a su salario, pero no a sus ideas.

Otros se permiten el lujo de rezar por la muerte del Papa, sin que sus diócesis, por el momento, les llamen al orden

Se creen por encima del bien y del mal, con la verdad absoluta, ya sea para criticar el amor entre dos personas, con nombres y apellidos, o para insultar o, incluso, desear la muerte del Papa Francisco. Son curas relativamente jóvenes, formados en seminarios ultraconservadores, 'juanpablistas' a tope y que desde la llegada de Francisco al papado se han dedicado a boicotear cualquier intento de reforma, especialmente en lo tocante a la moral sexual. Se les conoce familiarmente como la 'fachosfera católica'. 

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A lo largo de esta década, sacerdotes como Patxi Bronchalo o Jesús Silva han campado a sus anchas, sin que los obispos de Getafe o Madrid les dijeran nada. Eso sí: intentando no sobrepasar ciertos límites, como las críticas directas al Papa Francisco o a su doctrina. Algo que otros clérigos, como el conocido como páter Góngora (Almería) o Francisco J. Delgado (Toledo, aunque de 'reserva' en Denver), acompañados de clérigos hijos de quienes ejercieron como 'carniceros' durante la dictadura argentina sobrepasaron impunemente.

Algunos de los protagonistas

Ahora, parece que algunas cosas empiezan a cambiar, aunque todavía de forma tibia. Especialmente tras las duras críticas a 'Fiducia Supplicans', y la movilización pública contra un documento magisterial que encabezaron algunos sacerdotes, de forma pública, tanto el Arzobispado de Madrid como la diócesis de Toledo (cuna de muchos de los curas ultras) tuvieron que salir al paso y exigir a los curas que elminasen sus nombres, algo que hicieron casi todos (entre ellos José Manuel Alonso Ampuero, Julio Alonso Ampuero, José María Cabrero, así como el polémico ex ecónomo de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Diufaín Mora), pero no Francisco J. Delgado, sin que tuviera sanción alguna por parte de su obispo.

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Munilla, sancionando a un ultra

Hasta hoy. Francisco José Vegara, uno de estos curas, ha sido sancionado ni más ni menos que por José Ignacio Munilla, quien le ha prohibido oficiar en público después de que no cejara en su empeño de calificar de "hereje" a Francisco, así como de denunciar que había sido elegido de manera inválida. Curiosamente, un Munilla que esta misma semana exigía la retirada de 'Fiducia Supplicans' y que, junto a Jesús Sanz, se ha posicionado como uno de los grandes críticos de las reformas de este pontificado.

“Desde hace meses, tanto el Obispo, como otros por él designados, se han reunido con el sacerdote Vegara Cerezo para escucharle, dialogar y, por último, ante su reiterada postura, amonestarle por escrito. En este tiempo, también, se han constatado posibles condicionantes personales que pueden estar afectando a su comportamiento y al adecuado ejercicio de su ministerio pastoral”, explica el Obispado en una nota remitida a la agencia ACI. 

"Soy un cura cancelado", se ríe el clérigo después de conocer la sanción, que se produce después de denunciar por herejía tanto al prefecto de Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández, como al Papa Francisco. "Ahora faltaría que me condenaran de Roma por herejía, cuando les estoy acusando yo de herejes", se mofa en un vídeo publicado hace tres días. El clérigo ha renunciado a su salario, pero no a sus ideas.

Tampoco lo han hecho otros, reunidos en torno a un canal de Youtube denominado 'La sacristía de la Vendèe' donde (tal y como adelantaba esta mañana Vida Nueva), el párroco toledano Gabriel Calvo Zarraute ha afirmado que reza "mucho por el Papa -Francisco- para que pueda ir al cielo cuanto antes". Una afirmación que provocó las risas de los otros clérigos presentes en la retransmisión, sin que ninguno de ellos le reconviniera por desear la muerte al Pontífice. 

El siguiente en saludar, el sacerdote Charles Murr, se unía igualmente "a las oraciones del padre Gabriel para el santo padre", a lo que Calvo Zarraute añadía que son "muchos con esa intención". "A ver si rezamos más fuerte", llegó a aseverar Francisco J. Delgado Martín. Por el momento, la diócesis de Toledo no ha contestado a la pregunta de si sancionarán las declaraciones públicas de dos de sus sacerdotes deseando la muerte del Papa. Pero da la sensación de que, al fin, la 'fachosfera católica' ha llegado a un límite que sus pastores no deberían tolerar.

De hecho, poco tiempo después de la publicación de esta noticia, La Sacristía de la Vendée ha tenido que emitir un comunicado en el que aseguran que "sentimos pesar por el desafortunado comentario, dicho en tono de humor, sobre 'rezar por que el Papa se vaya al Cielo cuanto antes'. Es un comentario de mal gusto y, aunque no expresa deseos de la muerte del Papa, como algunos medios maliciosamente han difundido, comprendemos que se pueda entender de esa forma".

En todo caso, y aunque dejan claro que "no nos disculpamos", sí "lamentamos los problemas ocasionados a nuestros obispados respectivos ante la llegada de protestas" y "reiteramos nuestra adhesión al Papa Francisco (...). Rechazamos los ataques contra el Papa y la unidad de la Iglesia y aquellos que niegan la legitimidad del ministerio del Papa". O sea, contra sí mismos. Sea.

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