La Archidiócesis de Valladolid, en cambio, mantuvo la celebración de la misa en la catedral, que arrancó a las ocho de la tarde. Apenas minutos antes, se había recuperado la luz. La ceremonia estuvo presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello.
Algo que también sucederá esta tarde en Madrid, donde el cardenal Cobo -que anoche pudo ponerse en camino hacia la capital, en un rápido viaje de ida y vuelta a Roma- presidirá, a las 19 horas, una misa en La Almudena.
En la basílica de Begoña, en Bilbao, el obispo Joseba Segura presidió la misa por el descanso de Francisco, una vez se restableció la luz minutos antes de las seis de la tare. Con bancos llenos, y opciones (velas, celebración en el exterior) por si acaso no regresaba la corriente. El dinero que se recogió en la colecta de ayer, se destinará íntegramente a Tierra Santa.
Tres mensajes del papa
Joseba Segura señaló la libertad que tenía el papa para plantear asuntos complejos y comprometidos y destacó tres mensajes: "la dignidad de los pobres, la necesidad de cuidar la casa común y la promoción de una cultura de paz".
En este último punto recordó el mensaje `Urbi et obi´ que proclamó el domingo de Pascua el papa pidiendo "un verdadero desarme" y "una paz justa para Ucrania".
Por contra, el arzobispo de Pamplona, Florencio Roselló, ha decidido suspender el funeral por el Papa Francisco que se había organizado para este lunes a las 20 horas en la catedral de Pamplona, tras conocer la situación provocada por el apagón del suministro eléctrico que afecta desde este lunes a Navarra y al conjunto de la Península Ibérica.
"Dadas las circunstancias que nos ha traído el apagón eléctrico, y después de valorar las informaciones que están llegando (muchos lugares sin luz, etc.), considero oportuno suspender el funeral del Papa que iba a tener lugar en la catedral de Pamplona. Lo dejamos para los próximos días", explica el arzobispo. En un mensaje, Roselló traslada "un cordial saludo, mi bendición y mi deseo de que todo pase pronto".
Como anécdota, lo sucedido en Campo de Gibraltar, donde el obisop de Cádiz, Rafael Zornoza, impuso la confirmación a un grupo de jóvenes de Algeciras en una iglesia medio a oscuras, con la luz de las velas, y megáfono en mano.