Jesús Sanz reclama a las Administraciones "menos ideología fútil y más solidaridad útil" El obispo de Zamora, con ganaderos y agricultores: "Les empujan a la ruina económica y a abandonar el campo"

Tractores protestando en las calles de Zamora, ayer
Tractores protestando en las calles de Zamora, ayer

Fernando Valera invita "a toda la sociedad a una profunda reflexión sobre el significado del trabajo del campo, a valorar y apoyar las felices experiencias de cooperativismo que fortalecen el sector, a reconocer el esfuerzo de quienes producen los alimentos que llegan a nuestras mesas, a entender las dificultades por las que atraviesan los productores y a aceptar su legítimo derecho a la huelga como recurso inevitable para obtener el beneficio proporcionado que buscan"

Insta a las administraciones públicas a "posibilitar que los hombres y mujeres del campo puedan seguir desarrollando su actividad en beneficio de toda la comunidad y asegurar su relevo generacional", "superando el asistencialismo y generando márgenes justos de beneficios en la cadena de producción y distribución de los alimentos"

El campo se mueve. Agricultores de todo el país sacan sus tractores a la calle para protestar contra las dificultades que encuentran para sobrevivir en el actual contexto de crisis. ¿Qué dice la Iglesia? Por el momento, sólo dos obispos han querido "elevar su voz a favor de quienes trabajan incansablemente para alimentar a nuestras comunidades, generando actividad en la zona rural, desempeñando un papel fundamental en la gestión sostenible del territorio y sosteniendo la identidad de nuestra historia y tradiciones", tal y como se lee en una carta escrita por Fernando Valera, obispo de Zamora.

Junto a él, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, quien ha reclamado a las Administraciones "menos ideología fútil y más solidaridad útil".

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En su misiva, Valera se solidariza con la "crítica situación que atraviesan" las gentes de campo "por las exigentes normativas ambientales, las fluctuaciones en los precios de los productos, la escasa flexibilidad de la Política Agraria Común y las consecuencias de la sequía", que "les empuja a la ruina económica y al consiguiente abandono de sus explotaciones".

En este sentido, el obispo de Zamora recalca que "no podemos vivir de espaldas a este sector", porque "descuidarlo acarrearía graves consecuencias para la vida y para la economía de nuestra provincia". "Su grito desesperado no debería pasar desapercibido para la comunidad, porque no es el problema de unos pocos sino de todos", reflexiona el prelado, quien invita "a toda la sociedad a una profunda reflexión sobre el significado del trabajo del campo, a valorar y apoyar las felices experiencias de cooperativismo que fortalecen el sector, a reconocer el esfuerzo de quienes producen los alimentos que llegan a nuestras mesas, a entender las dificultades por las que atraviesan los productores y a aceptar su legítimo derecho a la huelga como recurso inevitable para obtener el beneficio proporcionado que buscan".

Protesta de tractores en Zamora
Protesta de tractores en Zamora

Vocaciones sagradas

"Para los cristianos la agricultura y la ganadería son vocaciones sagradas", señala el prelado, quien insta a las administraciones públicas a "posibilitar que los hombres y mujeres del campo puedan seguir desarrollando su actividad en beneficio de toda la comunidad y asegurar su relevo generacional", "superando el asistencialismo y generando márgenes justos de beneficios en la cadena de producción y distribución de los alimentos".

"Pido a la comunidad cristiana que ore por el trabajo digno de todos, especialmente por el de los agricultores y ganaderos de nuestra provincia. Les pido también a estos que, en medio de tanta incertidumbre, no pierdan la esperanza de ganar su sustento de una forma digna y de esta manera puedan atender a las necesidades materiales, sociales, culturales y espirituales de sus familias", finaliza su escrito Valera. 

Desamparo notable

Por su parte, Jesús Sanz escribe en su perfil de 'X' que "agricultores y ganaderos, cuyos campos y cabañas están bajo mínimos con un desamparo notable por algunas administraciones varias".

"Gente honrada en su duro trabajo q expresan sus derechos conculcados en toda Europa", señala el arzobispo de Oviedo, quien clama por "menos ideología fútil y más solidaridad útil" para este colectivo.

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