“Algunas ideologías y prejuicios proyectan problemáticas y mensajes que fracturan", denuncian Los obispos dicen que los migrantes “revitalizan” España, pero les piden reconocer “las señas propias”

Temporeros recogiendo fresa
Temporeros recogiendo fresa EFE

“Migrantes, misioneros de esperanza”, es el lema de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año se celebra el domingo 5 de octubre, y con motivo de lo cual los obispos españoles, a través de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española (CEE) han escrito un mensaje

Los migrantes “están revitalizando con su juventud, sus valores, su trabajo, sus vidas, sus familias, su fe, sus ideales, la realidad social y eclesial de nuestro país y de nuestras comunidades parroquiales"

Valoran también los obispos “los esfuerzos que desde la Iglesia y la sociedad se están haciendo para crecer como comunidades acogedoras”, asegurando que “son muchas las iniciativas pequeñas y silenciosas que, desde el reconocimiento de la dignidad de la persona, se están desarrollando

“Migrantes, misioneros de esperanza”, es el lema de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año se celebra el domingo 5 de octubre, y con motivo de lo cual los obispos españoles, a través de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española (CEE) han escrito un mensaje, el primero sobre una temática que está muy presente en la realidad política y social española, y que en las últimas semanas ha vivido sucesos muy graves como la llamada a “la caza del migrante” en la localidad murciana de Torre Pacheco.

No se esperaba que en su mensaje los obispos españoles hiciesen alusión a este asunto, en el que –también– hay diferentes sensibilidades en el seno del Episcopado, pero se veía muy difícil abordar la cuestión de cara a esta Jornada Mundial pasando por alto estos hechos y, efectivamente, no lo hacen, pero hay que hacer casi una exégesis para encontrar las pistas en la que los prelados encuadran su reflexión sobre esta cuestión polarizada y polarizante.

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Pero las ahí. Por ejemplo, cuando afirman que los migrantes “contribuyen a revitalizar la fe y promueven un diálogo interreligioso basado en valores comunes. En definitiva, ellos están revitalizando con su juventud, sus valores, su trabajo, sus vidas, sus familias, su fe, sus ideales, la realidad social y eclesial de nuestro país y de nuestras comunidades parroquiales, además de hacerlo en sus propios países de origen”.

Pero junto con este reconocimiento, los obispos también les hacen una llamada en su mensaje: “Deseamos que, desde vuestra propia identidad, enriquezcáis nuestra cultura desde el necesario diálogo y reconocimiento de las señas propias de las comunidades de acogida. Juntos estamos llamados a un «nosotros» distinto que nos ayudará a crecer en humanidad y fraternidad”.

"Factores concretos de esperanza"

“Los migrantes y refugiados se convierten en muchos de nuestros contextos sociales y eclesiales en factores concretos de esperanza en un mundo que tiene mucha fatiga para afrontar su propio futuro”, señalan los pastores en su mensaje, e invitan “a fijarnos en los migrantes, hombres y mujeres concretos, con rostros e historias particulares llenas de vida y dignidad”, porque “solo cuando nos acercamos desde esta clave personal se nos permite abrir el horizonte y atinar mejor en nuestro juicio y percepción del fenómeno”.

En este sentido, reconocen que se trata de “un hecho estructural de esta época” ante el que “algunas ideologías y prejuicios proyectan problemáticas y mensajes que fracturan, culpabilizan y deforman. Solo un conocimiento, aproximación y cercanía ante sus historias con-cretas nos pueden ayudar a seguir avanzando en la construcción de «comunidades acogedoras y misioneras», como hemos propuesto en nuestra reciente exhortación pastoral”.

En este punto, valoran también los obispos “los esfuerzos que desde la Iglesia y la sociedad se están haciendo para crecer como comunidades acogedoras”, asegurando que “son muchas las iniciativas pequeñas y silenciosas que, desde el reconocimiento de la dignidad de la persona, se están desarrollando: los Corredores de Hospitalidad, el Proyecto Hospitalidad Atlántica, la Mesa del Mundo Rural, las experiencias de acogida de congregaciones religiosas, parroquias y otras entidades tanto en la vida social y eclesial”.

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