Broche a la jornada de los españoles en el Jubileo de los Jóvenes "Somos peregrinos, no turistas, somos sínodo", clama Argüello en su homilía en la plaza de san Pedro

Día grande' para la numerosa delegación española -más de 30.000 jóvenes- la vivida este viernes en Roma para el Jubileo de los Jóvenes, que concluyó en la plaza de San Pedro con una eucaristía presidida por el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, junto a los cardenales Juan José Omella y José Cobo, y concelebrada por una cincuentena de obispos y unos 700 sacerdotes
"La Iglesia es otra permanente escuela de ensanchar el nosotros, de abrir a una fraternidad que no brota de nuestros puños, sino del Espíritu Santo que nos ha ungido, y que nos permite decir Dios, Padre Nuestro"
"Queremos sellar una alianza de esperanza, que este Jubileo sea la oportunidad de ofrecer una alianza de esperanza a quien quiera escucharnos, a quien quiera compartir con nosotros algún tramo del camino.
"Queremos sellar una alianza de esperanza, que este Jubileo sea la oportunidad de ofrecer una alianza de esperanza a quien quiera escucharnos, a quien quiera compartir con nosotros algún tramo del camino.
'Día grande' para la numerosa delegación española -más de 30.000 jóvenes- la vivida este viernes en Roma para el Jubileo de los Jóvenes, que concluyó en la plaza de San Pedro con una eucaristía presidida por el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, junto a los cardenales Juan José Omella y José Cobo, y concelebrada por una cincuentena de obispos y unos 700 sacerdotes.
"La esperanza no defrauda porque el amor de Dios derramado en nuestros corazones ha puesto en vuestras vidas un vestido de alabanza que hace posible que vivamos para la alabanza de la gloria de Dios, renunciando a la vana gloria", comenzó diciendo el presidente del Episcopado español.
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"Hemos sido confirmados con un perfume de alegría, somos cristianos, somos ungidos, el Cristo, el Ungido, ha querido compartir con nosotros su misma unción, el mismo sello del Espíritu Santo, y así como un pueblo que vamos ensayando progresivamente decir 'nosotros'", prosiguió Argüello.
"Hemos constituido un 'nosotros diocesano' que hoy expresa un 'nosotros' de la Iglesia en España para disponernos así y mañana, en la tarde, y en la eucaristía solemnísima del domingo en la mañana, poder decir un nosotros en la Iglesia, una, santa, católica y apostólica", enfatizó el arzobispo castellano.

"Sólo un corazón ungido puede vivir un nosotros permanentemente abierto, porque hay nosotros que se cierra sobre sí mismo, también en la Iglesia, en las realidades comunitarias, a veces pronunciamos un nosotros pequeño", reconoció en una homilía que fue hilando sin papeles.
Frente a ello, proclamó que "la Iglesia es otra permanente escuela de ensanchar el nosotros, de abrir a una fraternidad que no brota de nuestros puños, sino del Espíritu Santo que nos ha ungido, y que nos permite decir Dios, Padre Nuestro".

"Y como pueblo que dice nosotros, queremos abrir esta fraternidad a la familia humana, a nuestros conciudadanos, a vuestros compañeros de estudios, de diversión, a vuestras propias familias, a los diversos lugares de donde venimos, para ofrecer este nosotros que ayude a nuestros contemporáneos a abrir su corazón y poderse encontrar así con quien es la fuente que nos abraza", exclamó el arzobispo.
"Queremos sellar una alianza"
"Queremos sellar una alianza de esperanza, que este Jubileo sea la oportunidad de ofrecer una alianza de esperanza a quien quiera escucharnos, a quien quiera compartir con nosotros algún tramo del camino. Queremos ofrecer la alegría del Evangelio y así dar testimonio en nuestras calles y plazas de la belleza de creer en Dios, dar testimonio de una comprensión de la persona, del cuerpo, de la sexualidad vinculada al amor y a la transmisión de la vida, dar testimonio de una forma diferente de plantearnos la economía, la cultura, la política. Dar testimonio de una cercanía singular-isisma a los pobres, queriendo acoger en nuestra casa y en nuestro corazón a quienes están solos, a quienes sufren cualquier tipo de dolor, a quienes vienen de lejos"
En este sentido, Argüello afirmó que "hace falta que seamos confesores de la fe en la plaza pública, es importante que confesemos que el Señor tiene fuerza y poder para vencer a las estructuras del pecado". "Jesús es el Señor, somos la Iglesia, queremos la paz en el mundo, haznos, Señor, instrumentos de tu paz", invitó a repetir el arzobispo, siendo coreado por miles de gargantas al unísono. "Somos peregrinos, no turistas de un turismo espiritual, somos sínodo", concluyó Argüello su homilía, respondida por un aplauso que recorrió la plaza.

Antes de la eucaristía, la Plaza de San Pedro se convirtió este viernes en una auténtica fiesta española al reunir a más de 30.000 jóvenes en una jornada marcada por la música, la oración y los testimonios personales de fe.
Los peregrinos españoles, el segundo grupo más numeroso tras los italianos, tiñeron la plaza de verde con camisetas repartidas por la CEE, que organizó el encuentro con una orquesta, un coro, dirigido por el sacerdote Toño Casado, y un grupo de bailarines contemporáneos.

Desde las cuatro de la tarde, cuando se abrieron las puertas de acceso para el inmenso grupo de peregrinos españoles, la emblemática plaza vivió una celebración alegre y multitudinaria, en la que también participaron 50 obispos y cerca de 700 sacerdotes españoles que acompañan a los jóvenes durante estos días, informa EFE.
Otro de los momentos centrales del acto fueron los testimonios de jóvenes que compartieron su experiencia de fe, entre ellos una joven de Astorga (León) que explicó su primera crisis de fe y una pareja de recién casados que narró su experiencia con el matrimonio.

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