Mensaje para el Día de la Caridad: "Vivimos tiempos de crisis acumuladas” Los obispos denuncian las "polarizaciones y tensiones" que alcanzan a "la política, la cultura y la religión"

Política e ideologías
Política e ideologías

La CEE invita "a todos los cristianos, y de manera especial a cuantos trabajáis en la acción caritativa y social, a abrir los ojos al sufrimiento de nuestros hermanos más pobres, a escuchar sus clamores y a dejarse tocar el corazón para ser oportunidad y esperanza para todos ellos"

“Nos duele profundamente la situación de las personas que sufren una precariedad laboral creciente, especialmente los jóvenes y las familias; viven situaciones de exclusión social cada vez más severas (…); no pueden acceder o permanecer en una vivienda, porque esta ha pasado de ser un derecho a ser un lujo”

“Nos preocupa la desvinculación social creciente en nuestro entorno”, plantea el mensaje, que lamenta cómo “en este mundo en el que predomina lo virtual y líquido, las relaciones se vuelven frágiles”, lo que lleva a “no responsabilizarse suficientemente del otro y se traduce en crisis de cuidados y de pertenencia”

“Lo que tú hagas, como tú te sitúes en el mundo y ante los otros, puede abrir puertas, dar vida, aliviar la soledad, sanar el alma, hacer que otros y otras sientan que la vida brota nueva en ellas”

“Tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad. Somos esperanza”, es el lema de los obispos españoles para el Día de la Caridad, que se celebra este domingo, festividad del Corpus Christi. En su mensaje, la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social recuerda el vínculo entre el “misterio de la Eucaristía” como “misterio de amor y de esperanza” para invitar “a todos los cristianos, y de manera especial a cuantos trabajáis en la acción caritativa y social, a abrir los ojos al sufrimiento de nuestros hermanos más pobres, a escuchar sus clamores y a dejarse tocar el corazón para ser oportunidad y esperanza para todos ellos”.

“Nos duele la situación de las personas y familias afectadas por la crisis”, claman los obispos, que insisten en que “vivimos tiempos de crisis acumuladas”, desde la pandemia a la guerra en Ucrania, pasando por la crisis energética y social, que “ha acrecentado la pobreza y la desigualdad y ha alimentado la desesperanza”.

Tomando como base el último Informe Foessa, la CEE desgrana “algunas situaciones sangrantes en nuestro país”, en el que 1 de cada 4 personas está en situación de exclusión, unos 11 millones de personas; 1 de cada 3 no tiene ingresos suficientes para vivir dignamente; Un 7% de la población no tiene ningún ingreso; o un 17% tiene un gasto excesivo en vivienda.

"No podemos permanecer como espectadores"

“Nos duele profundamente la situación de las personas que sufren una precariedad laboral creciente, especialmente los jóvenes y las familias; viven situaciones de exclusión social cada vez más severas (…); no pueden acceder o permanecer en una vivienda, porque esta ha pasado de ser un derecho a ser un lujo” o ”huyen de la violencia de tantos lugares del mundo, de la pobreza extrema o de la persecución y viven en situación de irregularidad administrativa, sin papeles y sin derechos”, sostiene el mensaje episcopal, que añade que “ante esta realidad no podemos permanecer como espectadores, ni siquiera como meras voces críticas, sino que estamos llamados a “ser parte activa en la rehabilitación y auxilio de las sociedades heridas”.

Pobreza
Pobreza

“Se nos invita, porque celebramos el sacramento del amor y de la esperanza, a ser agentes de vida buena y nueva”, reclaman los obispos, que insisten en “trabajar por un mundo más justo y fraterno”, con el ejercicio de una caridad que “no puede ser meramente paliativa, debe ser preventiva, curativa y propositiva”.

Crisis de cuidados y de pertenencia

“Nos preocupa la desvinculación social creciente en nuestro entorno”, plantea el mensaje, que lamenta cómo “en este mundo en el que predomina lo virtual y líquido, las relaciones se vuelven frágiles”, lo que lleva a “no responsabilizarse suficientemente del otro y se traduce en crisis de cuidados y de pertenencia”.

También, añade la nota, “vivimos en una sociedad fuertemente ideologizada, que lleva a polarizaciones y tensiones en los ámbitos de la economía, de la política, de la cultura, incluso de la religión”. Frente a ello, reclaman un “diálogo inclusivo” y la responsabilidad de cada uno. “Lo que tú hagas, como tú te sitúes en el mundo y ante los otros, puede abrir puertas, dar vida, aliviar la soledad, sanar el alma, hacer que otros y otras sientan que la vida brota nueva en ellas”.

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