Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación Los obispos, preocupados por la España vaciada, reclaman "una verdadera ecología integral"

La España rural, un reto para la evangelización
La España rural, un reto para la evangelización

"Necesitamos escuchar y acoger el grito de la tierra y el grito de lo humano como lugar de encuentro y de salvación", afirma el departamento de Ecología Integral de la CEE

El cuidado de la Casa Común pregonado por la Iglesia no arranca «de un voluntarismo heroico ni de una ideología», sino que «nuestra motivación no puede tener otro fundamento que el que sustenta a la creación y a toda la historia de la salvación, que es el amor gratuito y consagrado de Dios». Así lo asegura el departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española, que ha dado a conocer su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación del próximo 1 de septiembre.

En este sentido, el mensaje subraya que es «el crucificado resucitado» quien «nos abre el horizonte del verdadero sentido de una ecología integral». Con la resurrección de Jesús, «todo está llamado a la vida y a la plenitud», porque los católicos «creemos en la resurrección de los muertos y en la vida del mundo futuro». Bajo estas premisas, «necesitamos escuchar y acoger el grito de la tierra y el grito de lo humano como lugar de encuentro y de salvación». Un encargo que «tiene como horizonte la realización del bien común».

Ecología integral
Ecología integral

Para lograr, la CEE insta a «avanzar en la participación y compromiso en lo social y en lo público, tanto desde actitudes personales y familiares ­–en la vida diaria–, como profesionales y comunitarias». Y hacerlo de la mano del resto de confesiones religiosas, así como de todos los hombres de buena voluntad.

Preocupación por la España vaciada

En el mensaje, que tiene por lema ¿Una casa para todos? Renovando el Oikos de Dios, el departamento de Ecología Integral también expresa su preocupación por «la realidad del mundo rural y lo que venimos llamando “la España vaciada”», donde «necesitamos concretar nuestro compromiso como creyentes y ciudadanos, pues forma parte de una verdadera ecología integral».

A la luz de las «situaciones de crisis que nuestros pueblos están viviendo», como el envejecimiento o la falta de servicios, «es el momento de actuar y de tener en cuenta las necesidades vitales de nuestra realidad rural para que, en lugar de vaciarse, pueda llenarse y ser fuente de riqueza para nuestra sociedad en general».

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