Los obispos esperan un 'otoño' caliente con la silla de Luis Argüello vacante ¿Quién será el próximo (o la próxima) secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal?

Sala de prensa de la CEE
Sala de prensa de la CEE

Los obispos auxiliares de Madrid (José Cobo), Toledo (César García Magán) y Compostela (Francisco José Prieto) ganan enteros frente a la propuesta inicial de Omella, el obispo de Teruel, José Antonio Satué, sin desdeñar la posibilidad de que la elegida sea Raquel Pérez Sanjuan, actual secretaria de la Comisión de Educación, o el actual vicesecretario, Carlos López Segovia. El papel de Fernando Giménez Barriocanal, clave para conocer el futuro

¿Quién sucederá a Argüello como secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal? ¿Habrá secretario, y además portavoz, o la norma no escrita de incluir ambas responsabilidades en el mismo cargo se mantendrá? ¿Seguirá siendo obispo, o se abrirá el camino, emprendido en otras latitudes, para que sea un laico o, quién sabe, una mujer? ¿Hay algún sacerdote 'escondido' esperando un nombramiento sorpresa?

Sigue siendo secretario general, y portavoz, pero en la práctica ya no ejerce. Desde el pasado 30 de julio, momento en que tomó posesión de la sede de Valladolid, Luis Argüello dejó un hueco difícil de cubrir en la Casa de la Iglesia. "No vamos a encontrar un perfil como el suyo", comentan a RD trabajadores de Añastro, que confiesan cómo, desde hace semanas, no son pocos los obispos que han pedido a Argüello que reconsidere su decisión y aguante en el puesto unos meses más. Pero el flamante arzobispo sonríe y niega con la cabeza: la decisión está tomada.

¿Quién sucederá a Argüello como secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal? ¿Habrá secretario, y además portavoz, o la norma no escrita de incluir ambas responsabilidades en el mismo cargo se mantendrá? ¿Seguirá siendo obispo, o se abrirá el camino, emprendido en otras latitudes, para que sea un laico o, quién sabe, una mujer? ¿Hay algún sacerdote 'escondido' esperando un nombramiento sorpresa? Son muchas, muchas, las dudas que se presentan en la sede de la Conferencia Episcopal, que de refilón observa con preocupación los movimientos de Moncloa en lo que se prevé como un 'otoño caliente', tanto en el interior de la Casa de la Iglesia como en sus negociaciones con el Gobierno en materia fiscal y en los temas que, de tanto en tanto, resucitan en este país de blancos y negros: el Valle de los Caídos, el aborto y la eutanasia, la reforma educativa... son sólo algunos de ellos.

Hoy por hoy, nadie sabe quién ocupará el despacho de Argüello en la primera planta de la calle Añastro, muy cerca del del presidente, en la misma ala que la sala de la Plenaria, donde el próximo mes de noviembre los obispos habrá de optar por un candidato, entre los que están surgiendo, que no son muchos. Nadie quiere ocupar un puesto difícil, que coloca al elegido en un foco mediático que pocos pueden torear (Argüello, salvo sonoros errores en el caso de la pederastia, fue un maestro en ello, así como el añorado, por algunos, Martínez Camino, que ha llegado a ser propuesto por algunos prelados, aun a sabiendas de que se trata de un nombramiento vedado salvo sorpresa mayúscula).

Argüello
Argüello

Posibles candidatos

El nombre que más ha sonado hasta la fecha y que, hasta hace pocas semanas, parecía seguro, es el del obispo auxiliar de Toledo, César García Magán. Sin embargo, otros posibles candidatos han surgido con fuerza desde el momento en que Argüello informó que no había marcha atrás: entre ellos, el candidato propuesto por el todavía secretario general, que no es otro que el obispo auxiliar de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto. Los avances en la alta velocidad potencian este nombramiento, que además vendría a 'reparar' el 'no' que Julián Barrio dio, hace cuatro años, a la posibilidad de que su entonces auxiliar (y hoy obispo de Astorga, Jesús Fernández) ocupara el puesto. El final del Año (doble) Compostelano y la cercana salida del arzobispo facilitarían esta posibilidad.

Precisamente las comunicaciones complican las posibilidades del que, para muchos, es el candidato del cardenal Omella, el obispo de Teruel, José Antonio Satué. El prelado, que trae de Roma ideas renovadores sobre cuál debiera ser el funcionamiento de la Casa de la Iglesia, tiene en su contra dos factores: que apenas lleva meses como prelado en la capital de la España vaciada (una diócesis con poca población, pero muy grande), y que no hay trenes, ni autovías, que conecten Madrid con Teruel. Y esta realidad, en principio tan pedestre, dificulta sobremanera el ejercicio de un cargo que requiere mucha presencia en la capital.

José Cobo, durante el breafing en la sede de la CEE
José Cobo, durante el breafing en la sede de la CEE

El otro gran candidato, probablemente a su pesar (aunque seguramente sea el más preparado) es el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo, uno de los más deseados entre el personal de Añastro, que valora su personalidad afable y su facilidad comunicativa. Un obispo, además, que se encarga del trabajo con migrantes y refugiados, una de las 'caras amables' de la Iglesia en una sociedad como la española a la que cada vez le cuesta más valorar la presencia de lo católico en la vida pública sin que suene a naftalina o a movimiento ultra. El problema con Cobo está en la sucesión (todavía no planteada) de un cardenal Osoro que regresó de Roma con el respaldo del Papa para continuar con su misión. Una situación que no se repite en el caso de otro auxiliar, Arturo Ros, que podría quedar liberado tras la que, dicen, inminente marcha del cardenal Cañizares.

Raquel Pérez Sanjuan, de la CEE, durante el evento de la Fundación Edelvives
Raquel Pérez Sanjuan, de la CEE, durante el evento de la Fundación Edelvives

¿Y si no fuera un obispo?

¿Y si no fuera un obispo? Por primera vez en mucho tiempo, y con la salvedad de José María Gil Tamayo (al que todos daban por puesta la mitra, como así sucedió), esta posibilidad está sobre el tapete. Y en ese punto, muchas de las miradas se dirigen a Raquel Pérez Sanjuan, secretaria de la Comisión de Educación y una persona muy valorada por su capacidad de trabajo y su claridad en el análisis. Falta saber si un club tan selecto y exclusivo como el de los obispos españoles sabría dar el paso y otorgar a un laico (y más una mujer) una responsabilidad que, con la reforma de la Curia en la mano, debería estar en manos de profesionales. Y Raquel, laica perteneciente a la Institución Teresiana, lo es.

También, el gran 'tapado' para muchos, que no es otro que el vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE y ex presidente de COPE (algunos dicen que dejó este puesto a finales de curso para ocuparse del control de la Casa de la Iglesia y las negociaciones con el Gobierno), Fernando Giménez Barriocanal. Una posibilidad que él desmiente aludiendo que es feliz con su puesto, a tiempo completo, en la universidad, pero que bastantes prelados ven como una posibilidad real, tal vez la única, en un momento especialmente difícil en las relaciones Iglesia-Estado y con muchos otros cambios internos por llegar, entre ellos el de la comunicación corporativa de la CEE.

La otra opción es la apuesta por la continuidad, optando por el actual vicesecretario, Carlos López Segovia, a quien no se le conocen dotes para lidiar con la Portavocía, aunque todo puede darse. También, la de la sorpresa, el 'conejo en la chistera', que nadie duda que puede sacarse llegado el momento. Personas capacitadas para ocupar ambos cargos (secretaría y/o portavocía) los hay. Tal vez falte voluntad para dar un paso que el Papa está animando a que se dé en toda la Iglesia. También, en la española.

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