Desayuna conmigo (domingo, 26.7.20) Discernir el mal y el bien

Segunda paternidad

Abuelosjesus-pixabay-260718

La liturgia de este domingo nos lleva a un tema predilecto para este blog, el de los valores y contravalores de la vida, pues a eso se reduce el espinoso tema del “imperio del mal”, tan enigmático, fabulesco y apocalíptico de suyo. El bien son los valores y el mal, los contravalores. Todo lo que favorece la vida humana es un valor y todo lo que la deteriora, un contravalor. Los valores engendran el cielo y los contravalores, el infierno. Donde quiera que vayamos, llevamos con nosotros mismos no solo el cielo, sino también el infierno.

JWMQ7M74B5BC5AYYVX3G2I5RAA

El joven Salomón, contando con el beneplácito divino, para gobernar como es debido a su pueblo le pide a Dios una sabiduría cifrada en un corazón dócil y en el discernimiento claro de su cometido para hacer lo correcto. En nuestros días, cuando circulan tantas noticias falsas interesadas, este discernimiento quizá sea la más ardua labor de todo buen gobernante, pues, por lo general, se gobierna, sin reconocerlo jamás, en función de los propios intereses y no de los del pueblo.

San Pablo, por su parte, se mete en honduras algo enmarañadas para declarar que Dios llamó a los predestinados para justificarlos y glorificarlos, pero no deja claro que, inevitablemente y para siempre, toda criatura de Dios está “predestinada”. Si Dios tuviera preferencias, entraría en tal contradicción consigo mismo que se autodestruiría. Toda obra suya es buena y, aunque tenga un desarrollo no conveniente, es decir, malo, retornará a Él para ser definitivamente “glorificada”. A veces pienso que yo debo de ser muy burro porque, aunque en mi cabeza no cabe otra verdad ni más clara ni más sólida que esa, hay muchos que se empecinan en meter en el infierno para siempre a la inmensa mayoría de la humanidad.

hqdefault

Y llega, en el evangelio de hoy, el aluvión Jesús, patentando y clarificando las cosas con su “tesoro escondido”, su “comerciante de perlas”, su “red de pesca”, pues todo eso es o a todo eso se parece el “reino de los cielos” que él predica, es decir, el reino de los predestinados, el reino del postrer y definitivo discernimiento del bien y del mal, cuando hayan desaparecido por completo las lágrimas de los ojos y el crujir de dientes.

Puede que la Teología y la Iglesia y la Historia arrojen sobre nosotros muchas dudas y tinieblas a la hora de analizar en profundidad el desarrollo de un cristianismo plural, y a veces incluso alocado, a lo largo de sus veinte siglos de existencia, pero la verdad es que no deberíamos sentir hoy ninguna perplejidad sobre cómo vivió Jesús y qué predicó. A estas alturas deberíamos tener muy claro y estar muy seguros de que no hay otra forma de ser cristianos más que la de imitar a Jesús y convertirse en su altavoz. Otra cosa es que queramos hacerlo o no o que nos contentemos con disimularlo o, peor aún, que queramos sacarle a ese hecho alguna rentabilidad para nuestra propia comodidad y progreso. Hallar el tesoro escondido requiere esfuerzo, la perla es cara y ser un buen pez exige mucha brega en el agua. No, no es buen cristiano ni buena criatura divina quien se da golpes de pecho, soporta rituales cansinos y recita interminables letanías suplicatorias, sino quien imita a Jesús y colabora en la implantación de su reino.

valoresdefinicion-de-los-valores-humanos-4

Resumiendo, solo se es cristiano siéndolo, es decir, siguiendo a Jesús y haciendo el bien, cosa que requiere desarrollar los valores totales de la vida humana, en la pugna abierta y permanente a que los someten sus correspondientes contravalores. Los valores no son un ramillete de cualidades éticas, sino el alimento adecuado de todas las dimensiones humanas, que van desde una nutrición conveniente, el adecuado abrigo del cuerpo y una buena salud hasta una relación filial con Dios, pasando por el desarrollo de una economía fructífera, por el disfrute de la belleza, por el fomento de la bondad, por el desarrollo de unas sosegadas y pacíficas relaciones sociales y políticas y hasta por la práctica honrada de las muchas actividades lúdicas que jalonan nuestra existencia. La regla es muy clara: valor es todo lo que favorece nuestra vida; contravalor, todo lo que la deteriora. No hay que confundir de ningún modo valor con placer y contravalor con dolor, pues, si bien muchas veces coinciden, muchas otras ocurre todo lo contrario: la droga y el alcohol, por ejemplo, que se persiguen con ahínco por el placer que producen, son claramente contravalores, deterioros evidentes de la vida humana.

fotonoticia_20190726002946_1024

Este domingo nos invita, por otro lado, a vivir a fondo nuestra “segunda paternidad” al celebrarse hoy el “día de los abuelos”. Hablo de “segunda paternidad” por lo que personalmente me toca con mis dos nietos, pues si bien la responsabilidad de sus vidas compete a sus propios padres, la situación que vivimos nos lleva a los abuelos a sentirnos responsables no solo de la vida de nuestros hijos, sino también de la de nuestros nietos. De hecho, la inmensa mayoría de los abuelos actuales estamos mucho más pendientes del trabajo y de cómo les van las cosas a nuestros hijos y del enrevesado y oscuro futuro al que han de enfrentarse nuestros nietos que de nuestros propios deterioros físicos por la edad.

1564141389417

Para los cristianos, que este día apunte a la celebración de los abuelos de Jesús es solo una referencia o desiderátum de algo supuestamente santo e ideal, porque la verdad es que de san Joaquín y de santa Ana sabemos muy poco, por no decir nada. Pero fueron los abuelos de Jesús y, si este es nuestro paradigma y el norte de nuestra vida, ellos debieron de ser los mejores abuelos imaginables. Que, además, este día se celebre a propuesta de la Fundación Mensajeros de la Paz, la encomiable obra promovida y sostenida por el “mierense” universal que es el Padre Ángel no deja de ser una gran satisfacción para este plumilla aficionado, afincado sólidamente en Mieres desde hace casi nueve lustros, aunque hoy me encuentre a muchos kilómetros de distancia añorando la benignidad de su clima.

mezquita-cordoba_1254217016

Varios otros temas relacionados con esta fecha requerirían aquí una atención que no podemos prestarles. Así, hoy se celebra también el “día internacional de la defensa del ecosistema manglar”, cuyo adecuado mantenimiento contribuye poderosamente a la biodiversidad del planeta. Además, un día como hoy del año 711, tras la batalla de Guadalete, los musulmanes entraron en España, tema reverdecido en nuestro tiempo por sus estrambóticas reivindicaciones sobre Al-Ándalus y la Mezquita de Córdoba. Asimismo, me complace recordar que, un día como hoy de 1857, se creó en La Felguera, casi al lado de mi casa, la Fábrica Duro y Compañía, que fue el centro siderúrgico más importante de España. Y, tal vez deplorando sus secuelas para muchos cubanos y muchos españoles residentes en Cuba, no deberíamos olvidar que en 1953 se creó en la isla el “Movimiento 26 de julio” que desencadenó el desarrollo político que todavía sigue vigente allí.

padre-nuestro-700x454

Como cristianos, deberíamos pedirle hoy al Dios de nuestra fe que nos ayude a discernir lo conveniente no solo en torno al virus que nos azota, sino también al camino que debemos seguir para contrarrestar el inmenso dolor que la crisis económica está causando en España y en otras muchas partes del mundo. Sabemos que hemos sido predestinados y que, en su momento, seremos también glorificados, pero no tenemos claro el camino que nos lleva al tesoro que buscamos ni damos con la perla que perseguimos y, claro, así no engordamos lo debido para no ser desechados de las redes amorosas con que Dios trata de atraparnos. Lo digo porque, cuando uno se siente desanimado y sin fuerzas, lo mejor que puede hacer es pedir ayuda. Pidámosla.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

Volver arriba