Desayuna conmigo (jueves, 27.2.20) Escalera de color

De Constantino a san Ignacio y de la Seguridad Social al trasplante de órganos.

Consejo de san Ignacio

Al asomarnos a los eventos que, hace más o menos tiempo, ocurrieron en este 27 de febrero, nos encontramos con acontecimientos que bien pudieran merecer nuestra atención en el desayuno de un día que nos llega sobrecargado de virus apocalípticos y de políticas demasiado cortoplacistas y partidistas. ¡Que aproveche, amigos! ¡Subamos los peldaños de la escalera de color que el día nos ofrece!

Constantino en el concilio de Nicea

1.- En un día como hoy del ya lejano s. III, en el año 272, nacía Constantino, conocido después como “el Grande”, emperador romano que tuvo una importancia de primer orden para la implantación del cristianismo en el mundo occidental. Retengamos, aunque nada más sea, el hecho mismo de facilitar su expansión al darle carta de naturaleza en el mundo romano. Constantino detuvo las persecuciones, les dio libertad de culto a los cristianos y facilitó la celebración del primer concilio de Nicea que, con su Credo, sentó las bases doctrinales de la evangelización de todo el mundo romano.

Al final de sus días, él mismo se convirtió al cristianismo con la enorme repercusión que tuvo el hecho de que el mismo emperador romano se hiciera cristiano. Por todo ello, nada más natural que haya ocupado un pedestal en la historia del cristianismo. Celebremos hoy, pues, su cumpleaños, por muy lejos que nos caiga en el tiempo, como hombre que facilitó que la maravilla y la bonanza del evangelio cristiano llegaran hasta nosotros.

Ignacio de Loyola

2.- En contraposición a ese reconocimiento, también en un día como este, pero del año 1767, el rey Carlos III, conocido como el mejor alcalde de Madrid, expulsó a los jesuitas de todos los dominios de la monarquía española (de España fueron expulsados 2641 y de las Indias, 2630). Sin duda, aun manteniendo la solidez rocosa que le imprimió san Ignacio a una orden con cierto carácter militar, los jesuitas siempre se han movido por las “periferias” y eso, quiérase o no, es sospechoso para algunos de los que se proponen dominar la sociedad, tanto que les ha acarreado serios contratiempos a lo largo de sus más de quinientos años de historia. 

Carlos III justificaba su expulsión: por gravísimas causas relativas a la obligación en que me hallo constituido de mantener en subordinación, tranquilidad y justicia de mis pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias que reservo en mi real ánimo, usando la suprema autoridad que el Todopoderoso ha depositado en mis manos para la protección de mis vasallos y respeto a mi Corona.

Primer jesuita en el Vaticano

Tras esa expulsión, debida a que el rey creía que fueron los instigadores del motín de Esquilache, seis años después Clemente XIV suprimió la orden de los jesuitas a instancias del monarca español. La orden fue reestablecida en 1814, pero los jesuitas volvieron a ser expulsados de España en dos ocasiones más: en 1835 durante la Regencia de María Cristina de Borbón y en 1932 bajo la Segunda República. Los jesuitas siempre han estado en las vanguardias de la Iglesia católica sin renunciar a ser sus más acérrimos defensores, una posición muy incómoda porque no deja de ser susceptible de sospechas. A nadie debería extrañarle que este papa luche por hacer fructífero el evangelio cristiano en las periferias y que hable con tanta convicción de una “Iglesia en salida”. De casta le viene al galgo, casta, desde luego, muy jesuítica y muy evangélica.

La Seguridad Social

3.- Mencionemos siquiera que un día como hoy de 1908 en España se creó el Instituto Nacional de Previsión, institución que fue matriz, ya en democracia en el año 1978, del INSALUD, del INSS, del INSERSO y del ISM. Nadie puede cuestionar hoy la enorme importancia que todas estas instituciones tienen en el desarrollo de la vida de los españoles. Por muchos que sean los problemas derivados de la lista de espera de la Seguridad Social y por problemático que resulte el pago de pensiones aceptables a una población envejecida, los españoles somos unos ciudadanos muy privilegiados en el mundo en cuanto a salud y bienestar social se refiere. La gran calidad de vida de que hoy gozamos, ni siquiera soñada en el pasado, hace que los mayores vivamos muchos más años y que, precisamente por ello, seamos un gran problema para la tesorería general del estado.

El poder de salvar vidas

4.- Hoy se celebra el día internacional del Trasplante de órganos. Ser donante de sangre o de órganos es uno de los actos más humanos, un gesto de solidaridad y de empatía que requiere que algo de nuestro cuerpo pase al cuerpo de uno de nuestros semejantes. Por leves que sean, todas las donaciones entrañan algún riesgo. Para orgullo nuestro, España está siendo líder en la donación de órganos. Aun así, tampoco en este campo nos libramos de las listas de una espera que a veces resulta letal para el necesitado de trasplante. En una sociedad en la que todos los días se queman o se entierran muchísimos órganos susceptibles de ser trasplantados, lo lógico sería que ningún paciente tuviera que esperar más que el tiempo que requiera la logística del trasplante, salvo que existan dificultades añadidas por las características especiales del órgano requerido. No sé cómo habría que proceder para contar con un banco de órganos suficiente para responder a cualquier demanda, pero lo incomprensible es que, mientras hay personas desesperadas a la espera de un trasplante, todos los días se inhumen o incineren miles de órganos servibles.

Encuentro del papa con los jesuitas

Variado y rico desayuno el que hoy se nos ha servido en la mesa: holgura para los cristianos con Constantino, dificultades sobrevenidas para los jesuitas con Carlos III y Clemente XIV, respiro para los españoles en el universo de la Seguridad Social y, finalmente, una puerta de esperanza para quienes necesitan remendar o incluso sustituir una parte de su cuerpo. Estando en cuaresma, no estaría demás armarse de un bagaje solidario, tan esencial para entender el cristianismo y animar la donación de sangre y de órganos. Construir un mundo mejor, hermoso proyecto de nuestra cuaresma, requiere esfuerzos y sacrificios. Los cristianos somos los mejor posicionados para lograr tan excelente cometido, la excelencia que, en la foto de portada de este texto, nos alienta a compartir el mismo san Ignacio.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin.com

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