Desayuna conmigo (lunes, 5.10.20) Hábitat y arquitectura

Docencia, entretenimiento y muerte

a2
Sin pretensiones de exhaustividad, podría decirse que los puntos cardinales de la existencia humana son salud, comida, vivienda y educación. Obviamente, nos referimos a cuatro valores claros de la vida humana, sometidos en todo momento a la tensión que sobre ellos ejercen sus correspondientes contravalores: la enfermedad, el hambre, la intemperie y la ignorancia. En el seno de cada dualidad valor-contravalor hay infinidad de puntos de referencia que van, por ejemplo, desde el moribundo a la salud excelente, desde el muerto de hambre al deleite gastronómico, desde vivir bajo un puente a hacerlo en un palacio real y desde la necedad a la maestría. Es decir, cada uno de ellos admite muchos grados: de perfección los valores y de deterioro, los contravalores.

C03C88B8BCB554FE5A2B91DA51A28743

Lo dicho viene a cuento de que la mañana nos fuerza a dirigir hoy una mirada intensa, en primer lugar, a uno de ellos, a la vivienda, pues hoy se celebra, por un lado, el “día mundial del hábitat” y, por otro, el “día mundial de la arquitectura”, orientados ambos a la mejora del habitáculo humano. Digamos de paso que este concepto, el de habitáculo, tiene una gran transcendencia metafórica para los cristianos, pues no en vano decimos que Dios habita en nosotros mismos y en los templos e incluso que Jesús vive en los sagrarios, en cuyo caso, por tratarse de tan alto huésped, se propugna que sus moradas sean lo más excelsas posible: seres humanos virtuosos, templos llenos de riquezas y sagrarios y copones recubiertos de oro.

109945_barrio-pobre

Fue en 1985 cuando la ONU propugnó el día del hábitat, a celebrar el primer lunes del mes de octubre, con la pretensión de que el desarrollo de las ciudades se hiciera de forma sostenible y garantizara a todos los ciudadanos el derecho a una vivienda digna para refugio de sus familias. El desencadenante fue la observación de que, desde hacía ya unos años, cada vez más personas abandonaban sus hogares rurales para trasladarse a las ciudades en busca de una vida menos dura. De seguir el mismo ritmo y de no planificarse adecuadamente estos trasvases de población, se prevé que en el 2030 más del 60% de la población mundial habrá convertido las periferias de las grandes ciudades en hacinamientos insalubres, en espacios de pobreza, delincuencia, contaminación y enfermedad.

VG20P1F2_221359

En este año de coronavirus, al vernos obligados a permanecer en nuestros hogares todo el tiempo para estar seguros, nos hemos percatado de que una vivienda no solo debe tener un espacio suficiente, sino también permitirnos trabajar, vivir y salir al exterior para tomar el sol y el aire, pues todos ellos son servicios básicos. En otras palabras, no basta disponer de cuatro paredes y un techo para hablar de vivienda, pues vivir requiere un “recinto humano”. De ahí que este año se busque, con la celebración de este día, una vivienda digna para todos en recintos urbanos bien planificados.  A tal efecto, la ONU ha creado incluso un “premio a los asentamientos humanos” para alentar a los países a que procuren solucionar sus propios problemas. Dejemos siquiera constancia de que en algunos lugares de España se están llevando a efecto iniciativas para recuperar viviendas de esas características en los espacios rurales.

centro-fin

Solo un año después, en 1986, la Unión Internacional de Arquitectos se vinculó con el desarrollo urbano sostenible de la ONU al proponer la celebración, también este mismo lunes, del “día mundial de la Arquitectura”, tema al que cabría añadir el “día mundial de las ciudades”. que también a propuesta de la ONU se celebra el último día de este mismo mes de octubre. Los arquitectos, conscientes de lo que nos jugamos este año de pandemia, buscan un urbanismo mejor, pues, insistimos, la vivienda, además de procurarnos un techo, debe abrir su espacio al trabajo y al esparcimiento.

2765002

En segundo lugar, el día nos fuerza a dirigir nuestra mirada a otro de los puntos cardinales que hemos señalado, a la enseñanza, pues hoy se celebra también el “día mundial de los docentes”, celebración promovida por la UNESCO y la OIT para homenajear una de las profesiones más valiosas de la sociedad. La elección de esta fecha se debió a que, en este mismo día de 1966, se organizó una Conferencia Intergubernamental Especial sobre el Estado de los Docentes para discutir no solo sobre sus deberes, sino y sobre todo sobre sus derechos. En este año tan peculiar, de tanta desorientación sobre el coronavirus, se les pide a los docentes, ni más ni menos, que sean ellos los que lideren la crisis y reinventen el futuro. Seguro que de ejercer como es debido tales funciones, tan propias de su profesión, en los tiempos que corren no habría ni tantas deficiencias sanitarias ni tantas crisis económicas, pues la prevención y una cierta austeridad en los comportamientos son líneas “maestras” de toda sociedad que se precie. Para ello, los docentes necesitarán, por un lado, que los políticos les den juego y, por otro, que los ciudadanos secundemos sus iniciativas y los apoyemos, sobre todo respetando el rango social que les corresponde, que debería ser uno de los más altos de la sociedad, y facilitando que tengan el nivel de vida que merecen.

Captura-de-pantalla-2019-07-18-a-las-1.53.01-p.-m.-640x358

La mañana nos sorprende, además, con un entretenimiento “sui generis”, el de las películas del género de aventuras “James Bond”, el famoso y nunca vencido agente 007, que llevan ya casi sesenta años cautivando a millones de espectadores. Se trata de 28 película que van desde la primera, titulada "Doctor No", protagonizada por Sean Connery y Úrsula Andrews, estrenada en Londres en 1962, hasta la última, "No Time to die", que se verá muy pronto en las pantallas de todo el mundo, pues está previsto que se entrene el próximo mes de noviembre. Fue en 2012cuando se inició esta celebración, en el cincuenta aniversario de la aparición de la primera película de la serie.

Horrores-Humanos-La-Orden-del-Templo-Solar

La mañana se despide con el regusto amargo de destrucción y muerte que nos dejan dos grandes locuras históricas. Una, buscando una utopía política imposible, castigó muy severamente la zona de las Cuencas Mineras asturianas en las que vivo, la revolución de octubre, iniciada un día como hoy de 1934. Otra, llevando a sus últimas consecuencias una sugestión mística natural, arrastró a un suicidio colectivo, ocurrido en suiza en 1994, a 48 personas que eran miembros de la secta “Orden del Templo Solar”.  El espacio disponible no nos permite más que dar cuenta de tan trágicos y luctuosos acontecimientos, ocurridos un día como hoy.

1512721844_hWyISmNB

En resumen, hoy hemos tocado tres de los cuatro puntos cardinales señalados: vida, vivienda y enseñanza, tres banderas del quehacer humano que la Iglesia católica debería, a nuestro entender, enarbolar muy alto, mucho más incluso de lo que teóricamente ya hace. La “Iglesia en salida” que propugna el papa Francisco debería sentar sus reales en las periferias para sacar del analfabetismo y la superstición a muchos de los que viven en ellas, tras luchar a brazo partido para procurarles también a ellos, como templos y habitáculos que son de Dios, una vivienda y una vida dignas. Desgraciadamente, en el mundo en que vivimos hay miles de millones de seres humanos cuya forma de vida es prueba fehaciente de que nuestra acción evangélica falla.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

Volver arriba