Desayuna conmigo (miércoles, 19.2.20) Lignum crucis

Bellezas a rabiar

Lignum crucis de santo Toribio de Liébana
La celebración hoy de san Beato de Liébana, monje del monasterio de San Martín de Turieno, conocido en la actualidad como “monasterio de santo Toribio de Liébana” (Cantabria) por albergar los restos mortales de este obispo de Astorga y el “lignum crucis” supuestamente traído por él de Jerusalén, nos acerca a los Picos de Europa, un territorio paisajístico de excepcional belleza, para sumergirnos en todo un océano de espiritualidad. Beato de Liébana es un santo que influyó mucho en la cultura religiosa de su tiempo y cuajó exposiciones teológicas que siguen alimentando la fe en nuestros días.

Santo Toribio de Liébana

El arrianismo envolvente, el adopcionismo toledano, combatido por él a muerte, y la visión apocalíptica de la invasión musulmana de España a la que dedica gran parte de sus análisis teológicos son hoy sedimentos que están en la base de nuestro ser y de nuestro pensamiento.

Es curioso constatar, por ejemplo, que el adopcionismo del arzobispo de Toledo, Elipando, contra el que tanto escribió, tiene consonancias mucho más claras y definidas con las investigaciones históricas sobre Jesús de Nazaret que las precisiones dogmáticas. Me refiero a quienes sostienen, tras meticulosos análisis históricos, que Jesús mismo no tuvo conciencia de su divinidad durante su vida y que, solo tras su muerte y resurrección, fue elevado por san Pablo a la condición de “Cristo celestial”.

Peregrinación a santo Toribio de Liébana

En el año 2012, con motivo del año santo lebaniego y de la celebración del quinientos aniversario de la Bula Papal Lebaniega tuve la oportunidad de asistir con algunos antiguos compañeros de estudios a una misa muy emotiva durante la que se entronizó su famosísimo “lignum crucis”, dicen que el trozo más grande que se conserva de la cruz donde murió Jesús.

En el desayuno de hoy solo quiero compartir con los lectores un recuerdo muy emotivo. Una mente analítica puede que presentara muchas objeciones o dudas que, en aquel preciso momento, fueron resueltas con contundencia por la emoción viva que embargaba a cuantos abarrotábamos aquel templo. La verdad fue que, en los cantos y en el partir y compartir el pan empapado en vino, se me respigaban las carnes.

adoración de la cruz

Ante esa emoción tan intensa, provocada por un simple trozo de madera sobre el que no dejan de plantearse dudas de si realmente formó parte o no de la cruz de Jesús, uno no puede menos de preguntarse cuál debe ser el tirón que las verdaderas perlas que nos han llegado de Jesús como pronunciadas por él y, sobre todo, el ejemplo supremo de su vida. Sobre todo, a los que nos llamamos cristianos no debería extrañarnos lo más mínimo que haya gentes, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, que sienten ese tirón y revolucionan sus propias vidas renunciando a haberes y derechos muy básicos de la vida, tales como la propia voluntad, el propio cuerpo, la propia fortuna y el propio tiempo.

Beato de Liébana

Frente al mayúsculo escándalo de tantos clérigos y religiosos que, tras liarse la manta a la cabeza, han tirado por atajos no solo al saltarse sus votos, sino también al cometer delitos sexuales, y al quizá menos impactante pero no menos determinante escándalo de los abusos de poder de la clerecía, es de justicia destacar la pléyade de hombres y mujeres totalmente fieles a las condiciones impuestas por su consagración y a la muchedumbre de cristianos sencillos que realmente pasan por la vida haciendo el bien, compartiendo su tiempo e incluso los bienes que les proporcionaría una vida de “mayor calidad” en cuanto a lo económico se refiere. Pienso que ellos son los auténticos “lignum crucis”, imborrables sellos de garantía del cristianismo por el despliegue de su amor en beneficio de todos los demás.

Procesión del Lignum crucis en Avilés

El día que asistí a misa en el monasterio de santo Toribio de Liébana me postré ante el “lignum crucis” con intensa emoción, seguramente arrastrado por el desbordamiento de espiritualidad en que me vi envuelto. Hoy me complace hacerlo, con una emoción todavía más honda y motivada, ante cuantos seres humanos regalan su tiempo y sus haberes a los demás. Ojalá, amigo lector, que tú seas uno de ellos.

Correo electrónico: ramonhernadezmartin@gmail.com

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