Desayuna conmigo (martes, 8.9.20) Natividad, fuente de Navidad

Cooperación

unnamed
En este día mundial de la alfabetización y de los periodistas, cometidos ambos que se cifran en las palabras, el doble nacimiento que titula esta reflexión matinal nos habla, básicamente, del nacimiento de lo más preciado de lo humano, el seno virginal que prestará la humanidad necesaria para que la divinidad habite entre nosotros. Celebramos hoy, pues, un cumpleaños abierto y activo, el nacimiento de la madre humana de un niño divino, madre por ello del Viviente eterno, engendrado por amor en el seno de la Trinidad. Y también madre de todos los vivientes en los que el Viviente eterno ha fijado su morada. La Natividad, que potencia lo humano, nos lleva hoy de la mano a la Navidad como injerto divino. Digamos sencillamente que hoy celebramos el cumple de la madre que nos hermana a todos los humanos.

Natividad-de-la-Virgen-María-3

Importa poco que carezcamos de datos históricos fiables sobre un acontecimiento que es lo más natural del mundo. Sin duda, María nació en algún momento y en algún lugar, de unos padres en el seno de una sociedad judía. Que la trascendencia de su persona requiera la narrativa de singularidades y hasta de proezas milagrosas, bien está para los relatos de entretenimientos épicos. Pero al creyente piadoso le basta ver en todo ello la mano providente que guio, guía y guiará todos nuestros pasos. Realmente, no es lo sobrenatural lo que fundamenta, sustenta y mantiene de por sí la fe de un creyente, sino su inserción en la vida de cada día. En otras palabras, no es el milagro de hacer que un tullido se ponga a caminar de repente lo que provoca la fe de un creyente, sino el hecho mismo de la vida del tullido. De ahí que podamos  afirmar que no es la vida para la religión, sino la religión para la vida, como tampoco es el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre. En definitiva, hoy celebramos un hecho tan  natural como que la Virgen María nació algún día en algún lugar. 

Mogarraz-2011_1480

Son miles los pueblos y ciudades que han hecho de esta fecha y de ese acontecer el eje de su vida religiosa local, cifrando en su celebración el patronazgo de sus más emotivas festividades. Imposible siquiera aludir a todas las advocaciones marianas que por doquier celebran hoy su festividad. A este humilde cronista el día no le deja más salida que traer a colación recuerdos concretos de su propio entorno de fervoroso niño cristiano, católico, apostólico y romano. Habiendo nacido al amparo de una de las Vírgenes de agosto, la Virgen de las Nieves de Mogarraz, crecí al de una de las Vírgenes que se posesionaron de nuestras montañas como lugares desde donde es más fácil otear las necesidades de los devotos para prestarles mejor los auxilios pertinentes. Me refiero a la Virgen de la Peña de Francia, situada a algo más de mil setecientos metros de altura en un picacho, soberbio mirador de muchos pueblos y territorios. Al serrano que mira esperanzado hacia las alturas, esperando que su mirada de dolor se alivie con el bálsamo de la de su virgen, poco le importa que su historia se vea envuelta en la leyenda, pues es la suya una mirada real en busca de una dádiva necesaria.

hospederia-pena-de-francia

Recuerdo vivamente aquellos últimos años cuarenta y primeros cincuenta del siglo pasado en los que, en la tarde del día de ayer, trepábamos por empinados caminos de guijarros sueltos, a veces con los pies descalzos, para depositar en lo más alto el amor inconmensurable a la Madre de Dios que allí habita. Provistos de nutritivas viandas, pasábamos la noche como Dios nos daba a entender, por lo general ateridos de frío y con los músculos agarrotados, tratando de dormir algo en algún rincón mientras esperábamos la madrugada para el inicio de rezos, desfiles al camerino-trono de la gran Señora y bulliciosas procesiones por los alrededores del Santuario. Fervor, cánticos emotivos y toneladas de esperanza quedaban depositados allí como tributo necesario para gozar de buena salud y de los mínimos bienes necesarios para subsistir.

santina-de-covadonga-virgen-de-covadonga

El recuerdo me arrastra irresistiblemente a aquí mismo, a unos pocos kilómetros de mi casa de Mieres, para zambullirme en la riada humana que desfilaba paciente a la cueva de Covadonga para depositar sus cuitas a los pies de una aguerrida y complaciente Señora, heroína de todas las batallas y conquistas. Estando allí, delante de ella, he cometido algunas veces la herejía de no fijarme en la infinita bondad y hermosura del lugar que viste lujosamente a una Virgen pequeñita y galana, enclavada en viva roca y con una cantarina fuente a sus pies, sino en el pálpito de los cientos de miles de seres humanos que convertían tan singular lugar en sagrario o relicario de sus más íntimas vivencias, ilusiones y aspiraciones. Entonces sí, sintiéndome bien acoplado a sus latidos, las inquietudes intelectuales se amansaban, el corazón se avivaba y el lacrimal cumplía generosamente su más hermosa función. ¡Cuántos miles de seres humanos se han sentido allí indefensos polluelos, cobijamos por las cálidas alas de la Santina, pero dispuestos a la reconquista y restauración de vidas rotas o tiradas por la borda!

articulo-fichero_739197_20180908.jpg,950,380,0

Muy hondo, en la memoria, me queda la vivencia, una tarde-noche como la de ayer, de la hermosísima procesión de los candiles en Miranda del Castañar, pueblo al ladito del mío, cuya patrona es la Virgen de la Cuesta. Todos los mirandeños acompañaban la procesión de su Virgen desde la ermita que tiene como trono, a mitad de una ladera que sirve de base a la pequeña meseta sobre la que se asienta el pueblo amurallado, hasta la iglesia parroquial. Llevada en andas, la de la Cuesta ascendía por el empinado camino empedrado que entra en el poblado por la puerta oeste de sus murallas, para pasearse, después, por estrechas callejuelas hasta ser entronizada en la plaza mayor, delante de la iglesia. Abarrotado todo el trayecto, de algo más de medio kilómetro, por una multitud de devotos y alumbrado por la luz de cientos de candiles de aceite, de los de antaño, jóvenes danzarines, ricamente ataviados con ricos trajes serranos, bailaban incansables cuesta arriba y cuesta abajo, a lo largo de todo el recorrido, para honrar finalmente a su patrona, a las puertas del templo parroquial, con los bailes típicos de la Sierra de Francia.

unnamed (1)

Sirvan estos pequeños recuerdos para avivar la emoción de este día, en el que la madre de todos nosotros cumple años. Seguro que, en un día como este y siempre, ella nos regala una mirada maternal, protectora y defensora, y que este año en concreto, viéndonos tan atribulados por los estragos que en nuestras familias está causando el coronavirus, nos ayuda a comprender a fondo que uno de sus más hermosos atributos es el de ser “salud de los enfermos”. La angustia que provoca una enfermedad, sobre todo cuando el diagnóstico la califica de incurable, requiere un gran coraje para afrontarla sin derrumbarse. Seguro que, en ese trance, la convicción de tal invocación aporta una fuerza redoblada para seguir viviendo el tiempo que la vida todavía dure. 

alfabetización

El día de hoy es propicio, además, para prestar atención a otras celebraciones mundiales o internacionales interesantes, como las ya mencionadas de la alfabetización y de los periodistas, a las que se suman las de la fibrosis quística y de las terapias, junto con la de los cooperantes. Imposible de todo punto prestarles un momento de atención, pero ahí quedan reflejadas como tema de preocupación que requiere nuestro apoyo, pues todos los días mundiales e internacionales se celebran con el doble propósito de atraer nuestra atención sobre un problema concreto y recabar, en lo posible, nuestra colaboración para resolverlo.

patriciadiacooperante193

Aplaudamos, sin embargo, el esfuerzo de la Agencia Española de Cooperación Internacional al declarar, en el año 2006, el día de hoy como “día del cooperante”, en homenaje a cuantos deciden trabajar por los menos favorecidos en cualquier parte del mundo. En la actualidad, unos tres mil españoles trabajan como tales, sobre todo en África y América. La fecha se debe a la declaración que, en este día del año 2000, la ONU hizo para todo el milenio, fijándose como meta la erradicación de la pobreza y todas las condiciones negativas que sitúen a una sociedad por debajo de otra, como por ejemplo la falta de comida, de vivienda, de abrigo y de educación, objetivos a los que hoy debemos añadir la preocupación prioritaria por la salud de los muchos millones de seres humanos en los que se está cebando el coronavirus.

eca-jesus-de-nazaret_20328030_20191227134556

Que un día como este, en el que tantos pueblos se alegran celebrando conmovidos un cumpleaños tan singular como el de la Madre de Dios, que siempre es “salud de los enfermos” por haber engendrado al Viviente, ella nos haga presente la Navidad y nos regale la vida abundante que su hijo vino a traernos, la misma que tantos miles de cooperantes en todo el mundo tratan de llevar a cuantos ni siquiera pueden sobrevivir por ellos mismos. Es este un hermoso día que nos invita al continuo renacer evangélico, renacimiento que tanto le costó entender a Nicodemus y que es un milagro diario que se produce cada vez que un ser humano trata de ser mejor persona.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

Volver arriba