Desayuna conmigo (sábado, 23.5.20) Tiempos fuertes

Retos mayores

09304662_xl
Como si la actualidad no tuviera relieve suficiente de por sí misma, una mirada hacia las efemérides de este día en el pasado es como para ponernos los pelos de punta. Delante de nosotros mismos tenemos las colas del hambre, los estragos que en nuestra sociedad ha causado el coronavirus y la fuerza con que este maldito bicho está azotando en estos días a toda América, particularmente a la América de influencia hispánica. Muerte por hambre y pobreza, dos terribles tragedias.

images

Tan brutales ataques a nuestra condición de seres humanos, tan descomunales retos para salvaguardar la vida, nos ponen en el brete de realizar una conversión radical de nuestra forma de comportarnos con el planeta en que vivimos y con nosotros mismos. Es muy probable que el mero hecho de continuar siendo en el futuro requiera que no seamos los mismos.  Para ello será de todo punto necesario que el lucro ceda terreno a la gratuidad, que el capitalismo salvaje se civilice y que el parasitismo, parapetado en trincheras políticas y culturales, renuncie al aletargamiento de tantas potencialidades.

Echemos esta mañana un vistazo rápido a esas efemérides fuertes anunciadas, ocurridas un día como hoy en el pasado, con el ánimo sano de no recrearnos en lo que otros sufrieron, sino de sacar alguna lección que aligere nuestra propia carga y nos ahorre estertores.

papaluna-web

En un día como este de 1423, moría el papa Benedicto XIII, el poderoso cardenal Pedro de Luna o “papa Luna” o el antipapa de Peñíscola. Su muerte puso fin a una atroz división interna de la Iglesia católica, división contra la que tanto bregó santa Catalina de Siena, derivada de los intereses de las potencias europeas, de cómo la política ha manejado la Iglesia a lo largo de la historia. Se ponía fin así a uno de los períodos más escandalosos de la historia de la Iglesia, producido tanto por el abuso del poder político en el gobierno de la Iglesia como de las conveniencias de esta a la hora de granjearse el apoyo de los poderosos. De la contundencia y cerrazón de este papa, Benedicto XIII, nos queda la expresión, tan socorrida, de “mantenerse en sus trece” que aplicamos a los muy cabezotas.

savonarola-florencia-ferrara_62_733x491

Unos años más tarde, en 1498, fallecía un día como hoy el dominico Girolano Savonarola, predicador enardecido, confesor del gobernador de Florencia, Lorenzo de Médici, promotor de la famosa hoguera de las vanidades para quemar lujos y escritos licenciosos, paladín de una lucha tenaz contra el lucro, contra la depravación de los poderosos y contra la corrupción de la Iglesia católica. Sus ataques al papa le valieron la excomunión, la prisión y la condena a la hoguera por un tribunal de la Inquisición. Antes de morir, recibió, no obstante, los sacramentos. Su rigorosa vida ascética y su sinceridad y convicción religiosa fueron avales para que, en algunos momentos, se haya intentado llevarlo a los altares.

No obstante, en la larga distancia, Savonarola nos parece hoy un caso claro de que el rigorismo, incluso en la materialización de la fe y en las costumbres pretendidamente acordes con ella, no conduce más que a una intolerancia excluyente que, en última instancia, resulta ser lo más contrario al mensaje cristiano. Los cristianos no deberíamos olvidar que Jesús mismo fue acusado de llevar una vida “regalada” por los dirigentes religiosos cuyo “fariseísmo” él mismo había denunciado, a su vez, con gran ahínco y virulencia.

Enrique-VIII-y-Catalina-de-Aragon

Por si lo dicho pareciera poco, en este día de 1533, en plena efervescencia protestante, se produce en Inglaterra la anulación del matrimonio entre Enrique VIII y Catalina de Aragón, la hija menor de los Reyes Católicos, hecho que desencadena el surgimiento del “anglicanismo”, con sus peculiaridades dentro del fenómeno más global del protestantismo. Fue esa una ruptura que se basó más en una especie de desgajamiento estructural o institucional que en un alejamiento doctrinal, si bien es preciso reconocer que en todo el acontecer de la Reforma hubo mucha más política que doctrina. De facto, el anglicanismo ha discurrido por cauces mucho más en consonancia con los desarrollos católicos.

44879c_oscar-romero-x200

Todavía, este día nos trae a la memoria el recuerdo de la reciente beatificación en 2015 del hoy ya santo Óscar Romero, pues tres años más tarde, en 2018, fue canonizado por el papa Francisco en la plaza de San Pedro en Roma.  Es el primer salvadoreño en ser elevado a los altares; el primer arzobispo mártir de América; el primero en ser declarado mártir después del Vaticano II; el primer santo nativo de Centroamérica y un santo también incluido, por la trascendencia universal de su apostolado, en el “santoral”, por así decirlo, de las Iglesias anglicana  y luterana.

Romero concebía la Iglesia como un servicio de liberación personal, comunitaria y trascendente. Fue su tenaz lucha por la defensa de los derechos humanos lo que le llevó a dar testimonio de su propia fe en el martirio en que se convirtió su asesinato por parte de fuerzas gubernamentales salvadoreñas.

sbbh.page3

Como curiosidad sabrosa, casi como postre de nuestro desayuno de hoy, hemos dejado para el final la curiosidad de que, un día como este de 1844, en Persia, el joven Báb (puerta), que se tenía a sí mismo como precursor, al estilo de Juan el Bautista, anunciara la inminente aparición del Mensajero que han estado esperando todos los pueblos del mundo. Como no podía ser de otra manera, a tenor del esquema global, tal anuncio provocó pronto una persecución salvaje por parte del clero musulmán dominante. El Báb fue arrestado, apaleado, encarcelado y, finalmente, el 9 de julio de 1850, fue ejecutado en la plaza pública de la ciudad de Tabriz, y unos veinte mil seguidores suyos fueron masacrados en toda en Persia.

He recogido ese hecho como simple curiosidad de una constante en la historia humana, a lo largo de la cual siempre ha habido personajes que se han erigido en elegidos por Dios para anunciar una gran revelación, para ser intermediarios de su gran obra de salvación. El cristianismo también forma parte del esquema general que tiende a meterse a Dios en el bolsillo. No es preciso ahondar ahora en lo que obviamente no deja de ser más que una maniobra “política” para alzarse con un poder que de ninguna manera podría alcanzar el hombre por sí mismo. De hecho, quienes se consideran los legítimos “representantes” de Dios se abrogan un poder sin límites sobre las conciencias de los hombres para llevarlos por el camino que a ellos les conviene.

unnamed (1)

El cristianismo se ha sacudido tal tentación de encima al secundar a un líder que ha sido “servidor” de los hombres y se ha entregado a ellos hasta el extremo de dar su vida en una cruz. Pero la Iglesia no ha seguido ese camino y se ha erigido en un “emporio” de poder absoluto. Ahora bien, ni la Iglesia tiene ese poder, ni Báb era el precursor que decía ser, ni ninguna de las revelaciones divinas, más o menos privadas, que en el mundo se han reivindicado como tales, tienen la representación divina que dicen tener. La obviedad para un creyente convencido debería ser que Dios no puede excluir a nadie; que ningún pueblo tiene derecho a considerarse como su elegido; que no sería realmente Dios si se revelara solo a unos pocos privilegiados y que no hay hombre ni ser que él no ame. En el ser que cada uno somos Dios se está revelando permanentemente, se nos está dando, nos está amando. Para hablar en este contexto de excepciones o exclusiones tendríamos que referirnos a “no seres”. El hecho mismo de que seamos prueba fehacientemente que todos hemos sido “elegidos” y que todos “somos amados”.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

Volver arriba