Desayuna conmigo (martes, 4.2.20) Un bicho que nos devora
¡Bendita ciencia!
Hablar de cáncer no hace mucho era hablar de muerte segura, razón por la que, cuando alguien de nuestro entorno lo padecía, procurábamos incluso ocultárselo para no impactarlo negativamente. Los pasos que se han venido dando con tanto esfuerzo en la búsqueda de soluciones han hecho renacer las esperanzas de tal manera que hoy la abordamos como una enfermedad de tantas, seria pero no fatal, pues hemos logrado que se cure un porcentaje importante de cánceres. Afortunadamente, son muchos los seres humanos que siguen adelante con los estigmas de una agresión muy peligrosa.
Pero. en cualquier caso, el cáncer arrastra consigo dolor y preocupación. Duele la carcoma del cuerpo y duelen sus agresivos tratamientos de quimio y radio, y preocupa muy seriamente verse uno abocado nada menos que a la muerte. La congoja psicológica que provoca ennegrece por completo el horizonte humano cuando se ceba en niños pequeños. ¡Qué contrariedad y qué impotencia ante tan gran dolor! A muchos padres les gustaría pagar el tributo de sus vidas si con ello pudieran salvar las vidas de sus niños desahuciados. El día 15 de este mismo mes se celebra el día internacional del niño con cáncer, un día para sensibilizarse a fondo con cuantas familias padecen semejante atropello en la vida de alguno de sus hijos.
Por mucho que reflexionemos y por mucho que nos animemos unos a otros, cuando el cáncer prende en nuestro cuerpo, la preocupación e incluso la depresión se apodera por completo de nuestra mente. Necesitaremos mucho temple, primero, para aceptar la difícil encrucijada en que nos mete la vida y, después, para cooperar con una gran fuerza de voluntad a los efectos beneficiosos de cualquier intervención quirúrgica que sea precisa o de cualquier tratamiento que se nos aplique, por doloroso que sea todo ello.
La Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer y la Unión Internacional contra el Cáncer promueven este Día Mundial contra el Cáncer con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad. Estamos acostumbrados a ver huchas por doquier para recaudar aportaciones voluntarias a la investigación sostenida que se está llevando a efecto con vistas a conocer mejor la enfermedad y hallar los mejores remedios. Por nuestra parte, son muchas las cosas que afortunadamente podemos hacer para prevenirlo, evitando conductas propensas a desencadenarlo o sometiéndonos periódicamente, sobre todo en los casos de riesgos genéticos, a exploraciones que diagnostiquen la enfermedad en sus inicios, antes de que la invasión destructiva que conlleva se apodere fatalmente de alguno de nuestros órganos vitales.
Sin necesidad de ahondar más en el tema para nuestra reflexión de hoy con vistas a la conciencia sugerida, bástenos saber, groso modo, que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer en algún momento de su vida. En el mundo se diagnostican cada año más de 14 millones de casos nuevos. Y, a pesar de lo mucho que ya se ha avanzado en su tratamiento, es una enfermedad que provoca unos diez millones de muertes al año, aproximadamente el 10% de todas las muertes.
Estamos viviendo hoy un día que debería tener mucha importancia para cada uno de nosotros, pues es inevitable que suframos los estragos del cáncer en algunos de nuestros seres queridos y muy probable que también lo podamos padecer nosotros mismos. Nunca entenderemos por qué en la vida hay que soportar cargas tan pesadas, pero, como cristianos, sabemos que hay una mano providente y amorosa que orquesta todos los acontecimientos.
Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com