La primera de hoy, claramente de cal, viene fuerte. Los políticos, cuando llegan mal dadas y hay episodios de cuartos mal usados o claramente robados, hablan siempre de que “rodarán cabezas”, metafóricamente claro, aunque la cosa no siempre haya sido metáfora. Pero la religión es, o debería ser, más seria que la política y en ella lo de cortar cabezas ha sido muchas veces real, pero no como linchamiento de corruptos sino como martirio de justos. Juan el Bautista, el predicador apocalíptico por antonomasia y el precursor mesiánico, sufrió este tipo de martirio, al parecer, porque su predicación no gustaba o apretaba los tornillos morales al caprichoso rey Herodes. Hoy lo celebramos litúrgicamente porque todo martirio es, a la postre, un día de gloria en el que el Dios de la fe sale triunfante y el mártir es glorificado.

Es muy enigmática la referencia que en Lucas 7,28 hace Jesús de él: “Os digo que, entre los nacidos de mujer, no hay nadie mayor que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él”. El más grande de los nacidos, pero más pequeño que el menor del reino de los cielos. Difíciles preguntas nos salen al paso a ese respecto: ¿hay hombres no nacidos de mujer? ¿Hay jerarquías o clases sociales en el reino de los cielos? Esto me recuerda lo de “preferir ser cola de león a cabeza de ratón”. Juan es, sin duda, el mayor de los profetas y el más radical a la hora de allanar los caminos del Mesáis, caminos de arrepentimiento y penitencia. Jesús, en cambio, es un profeta más universal y pleno, el no nacido de mujer, el reino de Dios personificado, el desenlace de cuya misión será mucho más duro y cruel que la decapitación del Bautista.

Continuamos nuestro desayuno con otra de cal, en este caso pavorosa, pues hoy se celebra también el “día internacional contra los ensayos nucleares”. Digamos, en el contexto en que estamos,  que todo ensayo es precursor o anuncio de la realidad sometida a experimento y, por ello, que todo ensayo nuclear entraña un gran peligro de exterminio. Poco después de los lanzamientos de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki los días 6 y 9 de agosto de 1945, se hizo el primer ensayo nuclear en el desierto de Alamogordo de Nuevo México y, tras él, se han hecho ya más de dos mil. Es necesario parar esta locura. En 2009, la ONU declaró el 29 de agosto como día internacional contra estos ensayos para conmemorar la clausura del polígono dedicado a ensayos nucleares de Semipalatinsk, de Kazajistán, clausura que se llevó a efecto el 29 de agosto de 1991. La lucha contra las armas nucleares sigue abierta, pues, mientras existan países que las posean, la humanidad no estará libre de hecatombes indescriptibles e incluso del peligro de su propia extinción.

El desayuno nos depara ahora una de arena al celebrarse hoy también el “día mundial del videojuego”, celebración organizada en 2008 por las principales revistas de videojuegos del mercado. Los videojuegos se han convertido en una forma de vida que en poco tiempo ha llegado a todos los rincones del mundo. Las tecnologías móviles han expandido de tal manera el mercado de videojuegos que hoy es rara la casa en la que no haya una consola de Nintendo, Play Station o XBOX. Aunque los primeros y más rudimentarios videojuegos se crearan en los años cuarenta, su potencialidad lúdica no alcanzó todo su apogeo hasta los años setenta. En la actualidad, son el entretenimiento preferido de millones de personas, sobre todo niños. Se han convertido en un gran negocio que da trabajo a muchas personas, pero también en un gran peligro para el desarrollo de otros entretenimientos, como el deporte al aire libre, que son sumamente importantes para un desarrollo físico saludable. A muchos padres y abuelos hoy nos produce fatiga y preocupación ver a nuestros hijos y nietos, niños o adolescentes, “enganchados” como lapas a sus consolas.

También la música nos aporta una de arena al recordarnos que, un día como hoy de 1966, tuvo lugar la última actuación de los Beatles en San Francisco ante más de cuarenta mil personas. Los Beatles fueron la banda musical reconocida como la más exitosa comercialmente y la más alabada por la crítica en la historia de la música popular y de la música rock. Y, además, por esa época todavía era un niño Michael Jackson, nacido un día como hoy de 1958,que llegaría a ser reconocido como el “rey del Pop”, y cuyas contribuciones a la historia de la música y del baile, propiciadas por su peculiar forma de vivir, lo convirtieron en una figura internacional de la cultura popular durante más de cuatro décadas. Su muerte, ocurrida en junio de 2009, tan sorprendente y envuelta en enigmas, provocó conmoción general. Su funeral, transmitido en directo, fue seguido en todo el mundo.

En la mesa del desayuno de hoy todavía nos queda espacio para recordar, una vez más, la conciencia cívica y la valentía de Jesús Neira, fallecido un día como hoy de 2015, el profesor que fue agredido en 2008 por defender a una mujer cuando estaba siendo maltratada, y también para mencionar siquiera, por haber muerto un 29 de agosto, a dos grandes artistas del celuloide, como fueron nuestro Paco Rabal, fallecido en 2001, y la gran actriz sueca, prototipo femenino reconocido en todo el mundo,  Ingrid Bergman, fallecida en 1982. 

De Paco Rabal nos queda la imagen de un hombre con fundamento, de un incansable trabajador y de un gran actor, capaz de meterse de lleno en la piel lo mismo de un bandolero que de un aristócrata o de personajes prototipo de la España profunda. Ingrid Bergman, por su parte, es considerada un mito del séptimo arte y una de las estrellas más importantes en la historia del cine. La hondura de su personalidad y la hermosura de sus facciones enamoraron a muchos de los millones de hombres que la contemplaron extasiados en las pantallas de los cines.

Cal y arena, canto e imagen para este sábado de tránsito climático, de adelanto casi invernal tras un tórrido verano, de insoportables calenturas víricas y de estadísticas de contagios que congelan la sangre. Todo ello nos llega envuelto en el eco de la voz profunda e insobornable del Precursor que nos advierte la urgencia de preparar los caminos del Señor, del primer mártir de la nueva iglesia, de la comunión entre los seres humanos que irrumpe en el mundo con la persona de Jesús de Nazaret. No hay tiempo que perder: toca salvar la humanidad del coronavirus, poner en las manos de tantos hambrientos algo que comer y generar la esperanza que sostiene la vida. Ingentes tareas para un tiempo apasionante como el nuestro, anfiteatro sin igual para gestas heroicas, para magnos conciertos de solidaridad. Por difíciles que estén las cosas o precisamente por ello, nunca una Iglesia como la nuestra, tan alicaída y desorientada como parece, tuvo las oportunidades tan claras para irrumpir en la cultura humana con la extraordinaria fuerza del mensaje de esperanza que se le ha confiado.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com