Tres son los puntos que atraen mi atención esta mañana perezosa de otoño, con los caminos cubiertos ya por tantos millones de hojas secas que dan buena fe, por un lado, de la caducidad de la hermosura y de la vida, y, por otro, de que, en el ciclo vital, reflejo del ciclo eterno, nada se pierde, porque lo que ha sido vida y belleza vuelve muerto a la raíz como estiércol. Pulmones limpios, soltería bien encarrilada y humanitarismo hasta el despojo de lo necesario son los tres temas que atraen poderosamente mi atención esta mañana y que brindo gustoso, como nutritivo desayuno, a los valerosos y sacrificados lectores que se atrevan con ellos.

El segundo miércoles de noviembre este año, es decir hoy, se celebra el “día mundial de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica”, con las miras puestas en “educar a las personas sobre este tipo de padecimiento e incentivar en los países una mejor política de atención para las personas que la sufren”. Tabaco, aire contaminado y productos químicos tóxicos son sus desencadenantes, fuentes de las que únicamente manan porquerías que se alojan corrosivamente en nuestros pulmones. A todos ellos se ha venido a sumar en nuestros días, y con qué fuerza, el maldito coronavirus que tanto nos trae de cabeza y tanto condiciona nuestra vida actual. La del pulmón es una enfermedad muy engorrosa por afectar las vías respiratorias y, obviamente, muy mortífera.

Tengo que confesar que, a lo largo de la década de los setenta, padecí una seria bronquitis crónica debido al tabaco. Fue esa una época muy convulsiva y exigente de mi vida, durante la que me tocó trabajar muy duro, pero fueron tiempos durante los que mi cabeza debió de quedarse sin inteligencia. Recién iniciada la siguiente década (exactamente el 25.2.81), la sensatez retornó de golpe a ella y, de un plumazo, las tres cajetillas de pitillos diarias no solo fueron a la papelera, sino que desaparecieron por completo de mi horizonte vital con un rip definitivo. Dura decisión que me hizo andar por la vida unos días como pollo sin cabeza, pero muy seguro de dónde estaba el norte. Lo confieso muy arrepentido y con el ánimo de ayudar a cualquier lector que esté afectado por el tabaquismo a que aleje de sí cualquier sensación de victimismo y a que corte con el tabaco de un tajo y por lo sano. Es un buen consejo de un buen amigo que sabe de lo que habla. Seguro que, además de ahorrar mucho dinero, ahora que anda tan escaso, ganará muchísima salud y cordura.

Es obvio que, hoy y todos los demás días, debemos cuidar nuestros pulmones, pues basta que dejen de funcionar unos poquitos minutos para dar al traste con nuestra vida. Su vitalidad es equiparable a la del corazón, órganos ambos que, de no funcionar como es debido, terminan apagando el cerebro y cargándose la vida. De ahí que el tabaco, la contaminación del medio ambiente y el manejo de productos tóxicos merezcan especial atención y cuidado. Además, no olvidemos que la pandemia que padecemos se debe a un virus principalmente respiratorio y ya vemos la virulencia con que el bichito se está llevando tantas vidas por delante.

El día de hoy tiene la particularidad, como vemos en nuestro propio frontispicio, de ser el 11 del 11, fecha a la que la ONCE añade, como efecto publicitario, el significado numérico de sus siglas, resultando "el once del once de la once" de su reclamo para un sorteo especial. Pues bien, siendo el 1 signo de soltería en China, nada tiene de particular que allí se designara esta fecha como la del “día del soltero”, ya que la fecha expresa la soltería por cuadruplicado. Y, desde luego, en China es un día importante debido a que más de 20 millones de jóvenes varones solteros tienen problemas para encontrar pareja. Es justificable que el GuanggunJie, como lo llaman ellos, buscara contrarrestar o incluso menospreciar el día de los enamorados, pero lo cierto fue que, por el interés de las multinacionales, la celebración de la soltería derivó pronto en un consumo exagerado, lo mismo que ha ocurrido con otros días y fiestas como, por ejemplo, el “black Friday” americano o la Navidad cristiana.

Subrayemos de paso, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, que la estructura social de la Iglesia católica se cimienta en la soltería, dividida esta en dos sectores claramente diferenciados: el de los solteros varones que mandan y el de las mujeres solteras que obedecen como esclavas. Hasta podría decirse que los célibes eclesiásticos no tienen esposas, pero tienen esclavas. Sé que caricaturizo, pero merece la pena hacerlo como aldabonazo orientado, al mismo tiempo, al celibato obligatorio de los clérigos y a la sumisión de las religiosas, cuyo voto de castidad tiene otro sentido, y a la situación general de las mujeres en la Iglesia, aunque, por lo general, son las que siguen dando vida a los templos. Son dos grandes problemas que están lejos todavía de encontrar la solución anhelada. Nuestra Iglesia nunca podrá ser fiel cadena transmisora del evangelio para la sociedad mientras se empeñe en formar una especie de gueto que vive al margen de ella. Es un auténtico dolor constatar que todos los días son para nuestra Iglesia el 11 del 11, fecha anodina, perdida en la nada y sin Navidad ni Pascua.

Finalmente, la fecha de hoy trae a nuestra palestra o pone encima de  nuestra mesa la seductora figura del humanitario obispo de Tours, San Martín, el archiconocido jinete romano que partió su capa en dos para abrigar a un pobre, aterido de frío. No es de extrañar que el buen soldado se bautizara y viviera un tiempo como eremita y que, una vez nombrado obispo de Tours, en su diócesis reinara el amor a los pobres y a los necesitados. Se dice de él que fue el primero en ser declarado santo sin haber sufrido martirio. Es el patrón de Francia y dela guardia pontificia, pero debería serlo también de todo el clero, sobre todo del "alto".

Su gesto ha inspirado encomiables actividades humanitarias en muchas partes del mundo. Hoy no puedo menos de dedicarle unos segundos a la “Asociación Humanitaria de Labradores, Industriales y Obreros” que, en Moreda de Aller, a unos doce kms de Mieres, se creó en el año 1905, antes de que se echaran a andar tantas ONG como se han creado en nuestro tiempo. Dejemos constancia de que, en consonancia con la festividad, el dinero recaudado con las cuotas de sus numerosos socios se destina íntegramente a ayudar a los pobres y a los necesitados y que su gran fiesta, la “fiesta de los humanitarios de Moreda”, se financia con otras aportaciones.

En la actualidad, la asociación se llama “Sociedad de los Humanitarios de San Martín”. Cada año se celebra su fiesta este día con un gran desfile de carrozas y una misa cantada, acompañada de gaitas. En 1984 fue declara fiesta de interés turístico. Era esa una época en la que los asturianos residentes en Bélgica fletaban aviones para acudir a la mejor fiesta del otoño asturiano. Entre sus características, cabe destacar la “puya'l ramu” (una subasta de distintos tipos de panes, sobre todo de escanda, que se hace en el mismo atrio de la iglesia parroquial a la salida de la misa) y la comida de hermandad a base de fabada, “casadielles”, que son un dulce de pasta y nuez, y panchón,  que es un postre tradicional hecho con pan de escanda, manteca y azúcar.

Esta gran fiesta allerana, la mejor del otoño asturiano, se inicia la tarde anterior con un gran pregón y se continúa, tras el desfile de carrozas, la misa y la comida, con una gran chocolatá para los niños a media tarde, con bailes al anochecer y fuegos artificiales. Un gran ambiente de cantaríos en todos los bares de la villa le da gran animación. La pena será que este año el coronavirus le quitará todo su esplendor festivo, pero no amilanará a los moredanos y a otros alleranos, que también son miembros de la asociación, para continuar con la ejemplar tarea humanitaria que los caracteriza.

Obviamente, el día nos invita a vivir con las ínfulas de los jóvenes que nunca dejamos de ser, aunque tengamos ochenta años; a mantener vivos nuestros pulmones, evitando que respiremos porquerías, y a echarle pecho a la vida compartiendo lo que tenemos, que siempre será mucho si con ello se puede aliviar a algún necesitado. ¿Hay un programa más hermoso que este para ofrecerlo a un cristiano que lo sea de hecho, no de boca? Lo dudo. Jóvenes, limpios y humanos son tres atractivas atalayas a conquistar cada día. Reparemos en que Jesús lo cumplió a la perfección, a rajatabla, y remachemos sin ambages, como punto final, que fumar es un gran pecado y que no compartir lo que nos sobra e incluso algo de lo necesario, también.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com