Desayuna conmigo (jueves, 6.2.20) Dos mujeres, dos “polos”

Revisión cultural y una condolencia

La Tumba de Antígona de María Zambrano

En este mismo día de 1988 moría Carmen Polo, la mujer de Franco, y tres años más tarde, en 1991, lo hacía la escritora y filósofa María Zambrano. No es cuestión de que hoy nos adentremos en las peculiaridades de sus vidas, tan diferentes, sino de que tomemos buena nota de que la cultura humana, a pesar de sus silencios y olvidos interesados, se ha ido construyendo a lo largo del tiempo con los inestimables aportes de tantísimas mujeres que han dejado buena huella en la historia del devenir humano.

Carmen Polo

Con lo de “dos polos” del título, aprovechando el oportunismo del apellido de la primera, quiero dar a entender tanto la legitimidad como la diferencia esencial de sus vidas y subrayar su condición de mujeres influyentes en el desarrollo de la vida de los españoles, sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado. Ambas están en las antípodas, como los polos de la Tierra, pero han sido ejes de la conciencia de lo femenino en España.

Recordemos de la primera que fue una mujer de mucho carácter, aristócrata y altiva, nacida en el seno de una familia “de casta” que, en el momento de su noviazgo, se oponía a que se emparejara con un militar de mucho menor rango social, considerado entonces como una especie de “torerillo” de poca monta, maletilla que terminó convirtiéndose con el tiempo no solo en gran figura, sino incluso en un “miura” a quien nadie se atrevió a molestar o contradecir durante tantos años y que campó a sus anchas por los páramos de una España enfrentada, retrasada y humillada. Pues bien, puede que mucha de la bravura del general convertido en caudillo no fuera propia sino de una mujer indomable, exigente hasta la tiranía.

María Zambrano

Reparemos en que la segunda, María Zambrano, es una mujer de gran inteligencia, luchadora y humilde, que dejó profunda huella en el campo muermo del pensamiento español, regado solo por las escasas lluvias de algunos pensadores y escritores sobresalientes. Sus reflexiones sobre las funciones de la filosofía y de la poesía, tan novedosas, tardaron mucho tiempo en tener el reconocimiento público merecido. De la filosofía dijo que “es una preparación para la muerte y el filósofo, el hombre que está maduro para ella”, pensamiento que tiene muchísima más enjundia que la que pudiera reflejar una lectura rápida y superficial. También dijo, en una síntesis esclarecedora de su obra, que “filosófico es el preguntar y poético, el hallazgo”.

Desigualdad hombre-mujer

Si ayer era santa Águeda la que polarizaba nuestra reflexión matinal, atrayendo nuestra atención sobre el papel primordial que la mujer ha desempeñado a lo largo de la historia de la humanidad, hoy son estas dos mujeres, tan distintas y distantes, las que vienen a demostrarnos, con la misma evidencia y fuerza de que el movimiento se demuestra andando, que también ellas son protagonistas de la historia humana.

Creo que desde que tengo uso de razón, he visto siempre en la mujer la condición de una persona que, siendo totalmente igual a mí en derechos, solo es diferente por las funciones inherentes a su sexo. La situación a que hoy hemos llegado en todo lo referente al mundo familiar y social demuestra claramente que muchas de las funciones supuestamente femeninas no eran tales.

Igualdad hombre-mujer

¿Dónde queda lo de que el hombre trabaja para sufragar los gastos del hogar y la mujer se ocupa de las labores domésticas? ¿Quién se cree hoy, a pesar de lo que pudiera pensarse por los crímenes machistas, tan vilmente ejecutados por machos apocados, que el hombre es el “sexo fuerte”? ¿Tenemos acaso los hombres mejor predisposición que las mujeres para el endiablado manejo de la informática o para el complicado gobierno de una empresa o de una nación? ¿Por qué ha sido tan difícil a lo largo de los tiempos entender y aceptar que la mujer no es un ser inferior al hombre y que, por tanto, en la democracia su voto vale lo mismo? ¿Acaso el rendimiento de su trabajo es inferior al del hombre y por ello su salario ha de ser menor?

Maria Zambrano en el exilio

Recuerdo a propósito de este último interrogante que, al preguntar a la dirección de una empresa inglesa de fabricación de cierres de seguridad muy conocida, con la que negociábamos su importación a España en los años setenta, la razón de por qué en la cadena de montaje no había más que mujeres, su respuesta fue que ellas lo hacían mejor y producían más, tras lo cual me adujo razones muy evidentes que no es preciso repetir aquí por obvias. ¿Por qué, entonces, en algunas sociedades la mujer sigue todavía condenada a formar parte del harén de algún vicioso, a dedicarse a dar placer a los hombres y, a veces, a desempeñar los trabajos más duros y denigrantes?

Poca fuerza tiene la vocecita que emite este blog, pero ello no es óbice para gritar desde él, invocando el sentido común, para que despertemos y admitamos que el mundo cultural, tal como nos alimenta a nosotros mismos, es mérito también de muchas mujeres y que, sin ellas, ni nuestra especie ni nuestras riquezas serían tales.

Kirk Douglas

Tras esta ducha de femineidad matinal, séame permitido dejar aquí constancia de mi condolencia por la muerte de Kirk Douglas, un actor tan desenvuelto y risueño, que, en sus desenfadados papeles de protagonista en el cine, nos ha hecho pasar muy buenos momentos con el derroche que siempre ha hecho de su masculinidad.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

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