Desayuna conmigo (sábado, 8.2.20) Por tierra, mar y aire

De la universidad a la calle

Veinte mil leguas de viaje submarino

Un día como hoy de 1818, nacía Julio Verne y, noventa años después, lo hacía Tierno Galván. Verne es el padre de la ciencia ficción y Tierno Galván, el “viejo profesor”. Sin duda, ambos tienen su hornacina en el templo de una cultura humana enriquecida con sus notables contribuciones, el primero como visionario de avances científicos todavía por llegar, detalladamente descritos en sus entretenidas narraciones literarias, y el segundo por la repercusión política de una trayectoria asentada sobre el estudio y la docencia.

Poder de la imaginación

¿Quién no ha pasado muy buenos ratos leyendo las inolvidables novelas de Julio Verne? Su viva imaginación fabricó escenarios de ficción en los que, sirviéndose de increíbles artefactos, invita al lector a vivir atrevidas aventuras. Su imaginación no conocía fronteras para domesticar cielos, tierras y mares.

¿Quién, de haberse parado a escuchar alguna vez al viejo profesor, no se habría dejado guiar por el preciosismo con que dibujaba las más afiladas garras del marxismo? Confieso que, en los inicios de la democracia, seducido por la armonía, aparente o real, de sus exposiciones con el evangelio cristiano, en unas votaciones generales me decanté por su partido. Otros muchos lo hicieron y lo siguieron manteniendo vivo en su posterior matrimonio mal avenido con el socialismo español. Me sorprendieron entonces las aceradas acusaciones, tan ardorosamente defendidas por algunos, sobre que aquel profesor de procederes tan suaves era, en realidad, un hábil manipulador de un populismo facilón que cantaba melodías al oído, un lobo disfrazado de cordero.

Enrique Tierno Galván

Así, pues, hoy nos salen al paso una entretenida literatura de ciencia ficción y el magisterio de un profesor que fue capaz de adentrarse en su más lozana madurez en el mundo juvenil para animar la movida madrileña, trasladando la universidad a la calle. Literatura, filosofía, política y diversión son, de suyo, importantes valores que campean por algunas de las dimensiones vitales del hombre, sobre todo por la epistémica. Pero también pueden ser utilizadas de modo incorrecto para producir deterioros de la conducta humana, como cuando desorientan a los seres humanos, generan odios e incitan a levantarse en armas.

De ahí que debamos tener en cuenta qué cosas nos merece la pena leer dentro de lo poco que hoy leemos y qué pensamientos elegimos como guía de nuestras vidas para no salirnos del camino de salvación y despeñarnos por algún acantilado oculto. No es cuestión de que ahora nos detengamos en escudriñar qué libros han resultado, a lo largo del desarrollo de la cultura humana, un auténtico veneno para emponzoñar las mentes de quienes se han sentido seducidos por sus contenidos, libros que han descompuesto armonías y emborrachado a muchos hasta ser capaces de matar sin compasión alguna a cuantos les salían al paso.

frases-julio-verne

No hace mucho hemos recordado los exterminios de Auschwitz y de toda la segunda guerra mundial. En nuestra memoria colectiva de españoles siguen desgraciadamente activas todavía las masacres ocurridas un poco antes en nuestra incívica guerra civil. Y, por más que algunos lo pretendan, jamás podrán borrarse de los libros de historia los terribles genocidios de las dictaduras bolcheviques. Una humanidad alocada y febril, pero que, para desgracia nuestra, no es solo cosa del pasado, pues todavía son perceptibles los gritos de cuantos fueron vilmente ejecutados ayer mismo en la guerra de los Balcanes y de cuantos lo están siendo hoy mismo en los conflictos armados de Oriente Medio y de África. Impotentes, hoy estamos inmersos en una barbarie más salvaje que la primitiva ley de la selva, en la que el más fuerte mataba por comida, pues ahora lo hacemos también por placer y rapiña.

La Biblia de Gutenberg

Los cristianos tenemos como base de nuestra fe los libros de la Biblia, libros que confesamos que contienen la revelación, aunque no seamos ni siquiera capaces de imaginar qué es eso. Son libros que en otro tiempo fueron prohibidos, pero que ahora son recomendados, sobre todo los libros de los Evangelios. El papa Francisco sugiere que los llevemos incluso en el móvil para que nos acostumbremos a leerlos cada día como alimento de nuestro espíritu. Seguramente lo mejor sería llevarlos grabados en la mente y, lo óptimo, encarnados en nuestra propia vida. Otros creyentes tienen otros libros, igualmente sagrados, como guías de sus vidas y de sus oraciones.

Importancia de la Biblia

Se trata de libros sagrados que, al hablarnos de un Dios todopoderoso y compasivo, deberían ser siempre y en toda circunstancia herramientas de unión y paz entre todos los hombres, no como los artefactos de guerra en que tantas veces se han convertido en el pasado. La tierra, el mar, el aire, la universidad y la calle son escenarios donde al hombre se la da la posibilidad de acoplar su papel a su identidad, es decir, de comparte humanamente, no como la cruel fiera de la que tantas veces ejerce. De cada uno de nosotros depende no solo lo que uno mismo haga, sino también parte de lo que haga la sociedad en su conjunto.

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

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