El Bautismo político liberador e la Iglesia y de todos con la Humanidad

Celebramos hoy la Fiesta del Bautismo de Jesús: Bautizarse es decidirse por Jesucristo para seguirlo. Seguirlo, ¿para qué?

Para hacer en este mundo lo mismo que El hizo. ¿Qué hizo Jesús?

Juan 1,29-34:

Nos cuenta este Evangelio que Juan, al ver a Jesús que venía hacia él para ser bautizado, exclamó: "Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

Decidir deriva del verbo latino “decidere” que significa “separar, cortar”. Por tanto, decidirse por Jesucristo, o sea, bautizarse, significa en primer lugar cortar con todo lo que es contrario a El y a su mensaje. Jesús viene a quitar el pecado del mundo, es decir, a cortar con todo aquello que daña y hace sufrir al hombre: la injusticia, la opresión, la esclavitud, la miseria, la emigración forzosa, los desplazamientos, el abuso de poder, la desigualdad, la explotación del hombre por el hombre, la violencia de género, los engaños, las falsedades, la violencia militar, las guerras, el hambre, la ambición, la idolatría del dinero y del poder, la corrupción política y social de alta y baja intensidad, el abuso de la naturaleza…

En sentido contrario, bautizarse, o sea, decirse por Jesucristo significa optar por todo lo que El optó en su vida. Jesús con su bautismo da un cambio radical a su vida, y opta por los oprimidos del mundo que en su tiempo eran más del 95 % de la población (curarlos, alimentarlos, rehabilitarlos…), haciéndolo desde la opción por la justicia, la fraternidad, el amor a todos y a todo, la solidaridad, la libertad,  la igualdad, la vida, la esperanza…;  y el rechazo de los ricos y sus riquezas, el rechazo de los poderosos y su poder, tanto político como religioso.

La Iglesia hoy, a través del sínodo universal, necesita bautizarse como Jesucristo para dar un giro radical y total a su vida para desprenderse de riquezas, de poder, de influencias, de privilegios, y optar por la justicia, la solidaridad, la igualdad, la fraternidad universal, con preferencia por los más empobrecidos.

Y la Iglesia de España en concreto: devolver las inmatriculaciones, renunciar a privilegios como la exención  del pago del IBI y las recaudaciones millonarias a través de la X a su favor en el IRPF; alejarse  de toda ostentación, huir de toda corrupción  moral como el horror de la pederastia, (que algún obispo intenta como disculpar diciendo que fuera de la Iglesia aun hay más), gastando muchos millones en indemnizar a los abusados, en vez dedicarlos a los empobrecidos en África, la India, Suramérica, Bangladés, etc., que se están muriendo de hambre, de sed, de frío, de enfermedades curables; encarcelados, emigrando forzados, muriendo en el desierto abrasados por el sol de día y de frío bajo cero de noche, o ahogados en el Mediterráneo, o caminando descalzos por el desierto de Arizona, bebiendo su propia orina para no deshidratarse, malviviendo en los CIEs, deportados, etc.

Es espantoso que la Iglesia Oficial tuviese tantos millones guardados en vez de haberos dedicado a la causa de los empobrecidos del mundo. No hacen caso ninguno a Jesús que dice: “anda, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y tu ven y sígueme”.  La Iglesia oficial se alejó de tal manera del Evangelio, que su credibilidad está por los suelos en todo el mundo con gravísimo daño para la causa del Mensaje Liberador de Jesucristo, por tanto para el bien de la humanidad. Sin un compromiso liberador con los oprimidos, la Iglesia nunca será creíble.Por eso, los miembros más valorados de la Iglesia son aquellos que luchan por la causa de los empobrecidos sobre todo en el Tercer Mundo.

1.-Bautismo de los cristianos y bautismo de los hombres: Ese mismo Bautismo lonecesitamos los cristianos, cada uno de nosotros, porque en este mundo de hoy hay una tarea inmensa que realizar, pues estamos plagados de problemas por todas partes: hambre de una gran parte de la humanidad, injusticias clamorosas, desigualdades exorbitantes  y crecientes de 1 a 600 (mientras una persona trabajando gana 1 otra gana 600, y algunos aun mucho más sin dar golpe), emigrantes (llegaban a 281 millones en 2020) y desplazamientos forzados, campos de refugiados lamentables (Cox's Bazar en Bangladesh con 800.000, Dadaab y Kakuma en Kenia  con 539.000. Fuente: ACNUR) torturas entre personas, guerras, dictaduras, violación de los derechos humanos, violencia de género, animales torturados y maltratados, incendios que matan millones de animales y plantas en la mayor selva tropical del mundo, la amazónica,  (75.592 focos de incendios a septiembre de 2021 de donde nos llega el 20 % de del oxígeno que respiramos; en 2022 han ardido en la Unión Europea 786.049 hectáreas; desigualdad y marginación de la mujer en muchas economías, culturas y religiones; niños secuestrados y adiestrados para matar o vendidos, engordados y desguazados para negociar con sus órganos, como en Benín y otros países de Africa y América; explotación, contaminación y adulteración de la tierra, el agua y las plantas; corrupción masiva e invasiva a nivel mundial… Gobernantes que parecen monstruos con ambición de dominarlo todo. En fin, que mirar para el mundo deprime al más optimista. Por eso: ¡Qué gran bautismo necesitamos los cristianos y los hombres de nuestro tiempo!

2.-Todos tenemos que bautizarnos como Jesucristo, es decir, dar un cambio radical a nuestras vidas para pensar y luchar por la humanidad, por toda la Naturaleza, por el futuro de todos y de todo.  Esto hace que  la proclamación del mensaje del Evangelio, con nuestros hechos y nuestras palabras sea más urgente que nunca y no hay nadie imprescindible en esta labor. Todos somos necesarios, porque necesario es su mensaje para todos los seres humanos y para toda la creación. Es un mensaje que por su contenido se hace creíble por si mismo para todo ser humano que valore la justicia, el amor, la igualdad, la fraternidad, la paz, la solidaridad, la vida, la dignidad de la persona humana y de la creación. Es un bautismo de compromiso de todos con el Ser Humano y la Creación, seamos creyentes, agnósticos, ateos, librepensadores…, porque todos somos absolutamente necesarios para garantizar y mejorar el futuro del Mundo, tanto desde nuestro compromiso personal  como desde la presión que ejerzamos sobre los poderes económicos y políticos del mundo a fin de que haya verdadera voluntad y compromiso político  en todos, desde la integridad más absoluta, para  actuar  siempre a favor de toda la Humanidad y toda la Creación. Es la dimensión política esencial al Mandamiento del Amor Fraterno que nos dejó Jesús.

Nota: Jesús no se bautizó de niño, lo hizo de adulto y consciente de lo que hacía. Sin duda nuestros padres tuvieron la mejor voluntad del mundo al pedir el bautismo para nosotros, cuando aun éramos niños sin ser conscientes de nada. Hora, ya sabiendo lo que significa, asumamos el compromiso de actuar en este mundo como lo hizo Jesús, ejerciendo nuestro bautismo en la lucha por un Mundo Mejor.

Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino

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