Carpinteros

CARPINTEROS y “CARPINTERAS”

Nos cuentan los Evangelios de Mateo (13,55) y Marcos (6,3) que José y Jesús eran carpinteros. Seguramente no tenían tierras de cultivo y vivían de ese noble oficio, pero duro y difícil, porque las herramientas de entonces eran muy rústicas. Bueno, esto queda para los historiadores.

José sin duda era un hombre honrado, prudente y discreto, pues al encontrarse con que María, la que va a ser su esposa, resulta que está encinta, desiste de casarse con ella y lo hace en secreto para no difamarla.

Hoy hacemos crueldades inauditas para hacer sufrir a la esposa hasta el punto de matar a los hij@s en común y suicidarse a continuación (como vemos estos días), para que ella cargue con esa espantosa angustia para siempre. ¡Cómo es posible que puedan suceder desgracias tan horribles e insoportables a estas alturas de la historia! ¿Falla la educación en la familia, falla la enseñanza, falla la sanidad, falla la justicia, falla la sociedad?

Volviendo al trabajo profesional de José y de Jesús: Nos gustaría una Iglesia, donde los animadores y animadoras de la Comunidad cristiana (sacerdotes-obispos, tanto hombres como mujeres) vivieran de un trabajo profesional como los demás miembros de la Comunidad, y no de la profesión de cura u obispo. Que fuera la propia Comunidad la que cultivara y educara la fe de todos sus miembros, la alimentara con celebraciones verdaderamente comunitarias, toda ella atendiera y cuidara a sus miembros enfermos o necesitados, compartiese sus bienes con los más pobres de la tierra. Así lo hemos enviado al Vaticano, con algunas consideraciones más, como propuestas para el Sínodo. Para esto hace falta volver al Mensaje Integral del Evangelio, y así ser una Iglesia de verdaderos carpinteros y “CARPINTERAS” al servicio del Reino de Dios en este mundo para el bien y la felicidad de la Humanidad y la Creación: ¿Utopía? Que los que van a participar en la sesión del sínodo en el próximo octubre oigan un poco la voz del Espíritu, y al menos den un mínimo paso admitiendo a las mujeres al Diaconado, para seguir avanzado… hasta que un día, y que no tarde siglos, hombres y mujeres seamos iguales en la Iglesia.

Felicidades a tod@s y en especial a l@s que celebráis hoy vuestra onomástica con san José.-Faustino

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