Encíclica del Hermano Papa Francisco dedicada a la Ecología Integral (2)

Desde Africa: "para morir de hambre, preferimos morir de virus". Tienen razón: morir de hambre es una lenta agonía, morir de virus es cuestión de días. ¿Quién tiene la culpa?

Síntesis del capítulo 2º:

El dato:100 millones de botellas de plástico acaban al día en nuestros océanos, ahogándolos en basura. Consumimos 144 bolsas de plástico al año por ciudadano. Un 15% de los residuos de cada hogar son plásticos. Los plásticos que salen de nuestros hogares acabarán más tarde en nuestros estómagos como microplásticos.

En el Capítulo 2º la Encíclica se fija en el Evangelio de la Creación: es necesario sanar todo lo que hemos dañado y destruido, por lo que ninguna rama de la ciencia, ninguna sabiduría, ninguna filosofía, ninguna religión, pueden ser dejadas de lado. Si bien todos debemos buscar juntos caminos de liberación, para la opción cristiana todo se basa en la inmensa dignidad y el valor de la persona humana y de toda criatura, en la misión de guardar y cultivar la tierra, en el destino universal de los bienes de la tierra, en la opción preferencial por los empobrecidos, en la lucha contra el mal donde quiera que se dé, en la prioridad del ser sobre el tener, en los grandes valores sobre los que se sustenta el mensaje bíblico y evangélico: la justicia, la igualdad, la solidaridad, la fraternidad universal, el amor a todos y a toda la creación, porque hasta la vida efímera de muy pocos segundos del ser más insignificante es objeto del amor de Dios y por tanto lo ha de ser también de quienes así lo reconocemos. Por eso mismo, a los cristianos nos interpela ser los primeros en luchar por la liberación, el crecimiento, la plenitud, el desarrollo integral de todos y de toda criatura, puesto que todos y toda la vida poseemos un mismo denominador común, que es la misma base gética de la cual todos procedemos y a todos nos une, incluido nuestro hermano universal Jesucristo.

Por lo tanto, todos y todo tenemos los mismos derechos inviolables, no hay nadie superior a nadie, nadie nace con más derechos que nadie. Nadie tiene derecho a usar y menos abusar injustamente de nadie; y por tanto todo mal trato, todo ensañamiento con toda criatura es contrario a la dignidad humana. Todos debemos actuar unidos a todos y a todo. Por lo mismo, todos los bienes, incluida la propiedad privada, están subordinados al destino y al uso universal de los mismos. Es por lo que sobre toda propiedad privada gravita siempre una hipoteca social. Nuestro compromiso con la inmanencia como seres humanos y más como creyentes debe ser total y absoluto, y adquiere su dimensión más plena a partir de ser visto desde la trascendencia que nos interroga a todos.

Un grito nos llega desde Africa: "Preferimos morir de virus a morir de hambre". Tienen razón: morir de hambre es una lenta agonía, morir de virus es cuestión de días. ¿quién tiene la culpa?

Comentario:todo esto está muy bonito en el papel, pero puede y debe estarlo mucho más en la realidad. Depende de todos, desde cuidar el agua y mantener el aire limpio (nuestros alimentos más imprescindibles) a elegir a los mejores gobernantes que mejor y  más se comprometan a cuidar del Ser  Humano y la Madre Tierra.

Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino

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