Queridos amigas y amigos: El domingo pasado se celebró el día del POBRE, que, con esto de la pandemia y los inmigrantes en Canarias, pasó casi desapercibido. Mejor se debería llamar DIA DE LOS EMPOBRECIDOS, porque ellos no son CULPABLES de ser pobres, sino VICTIMAS de serlo, porque es la injusticia y la desigualdad del mundo la que los obliga a serlo, con unas causas y unos causantes que los generan.

Adela Cortina acuñó el vocablo de APOROFOBIA, que significa rechazo al pobre, porque en un sector importante de la sociedad hay un claro rechazo a los pobres y a los inmigrantes, que la mayoría huyen de su tierra y de los suyos, especialmente de Africa, por ser víctimas de pobreza extrema o de conflictos sociales de sus países porque de 55 países que componen Africa, en 18 de ellos su IDH (Indice de Desarrollo Humano) está incluso por debajo de 0,500, y en 19 está por debajo de 0,600, lo que supone graves carencias en salud, de educación, de falta de medios de vida, lo que genera mucho sufrimiento y gran malestar en la población con riesgo inminente de graves conflictos sociales, y gobiernos corruptos que no miran nada por el pueblo, además de las Multinacionales que les roban literalmente sus tierras y sus materias primas, como hace Francia con su empresa Areva (la segunda más grande del mundo en producción de uranio) explotando el uranio del Níger para sus 56 reactores nucleares que producen el 70 % de la electricidad de Francia, mientras solo el 30 %  de los nigerinos tienen acceso a electricidad. Nada menos que 101 empresas británicas operan en 27 países de Africa, cuyos beneficios vienen para Londres. Un tercio de las reservas minerales del mundo están Africa y  la vez están también los más empobrecidos de la tierra.  Todo eso está en la base de la emigración masiva de africanos hacia Europa.

Saramago, el Nobel de Literatura portugués escribió: “El desplazamiento del sur al norte es inevitable; no valdrán alambradas, ni muros, ni deportaciones: vendrán por millones. Europa será conquistada por los hambrientos. Vienen buscando lo que les robamos”.

La aporofobia y la xenofobia son inhumanas, injustas, un crimen contra el mundo de los empobrecidos de Africa, un continente tan rico y tan lleno de empobrecidos.

Ya hemos escrito muchas veces que al hambre no se le pueden poner fronteras. La emigración solo se puede solucionar actuando en origen para que la gente no tenga que emigrar. Ningún africano quiere abandonar a los suyos y marchar de su tierra, y más exponiéndose a morir por el camino y desaparecer sin dejar huella ni rastro, en el desierto o en el mar, y nunca más poder volver a su tierra, ni ver a su familia.

Según el informe 2019 de la ONG Oxfam Internacional, en la actualidad tan solo 26 personas poseen la misma riqueza que los 3.800 millones de personas que componen la mitad más pobre de la humanidad. Un mundo en el que el 1% de la humanidad controla tanta riqueza como el 99% restante nunca será justo ni estable. Esto hace que mueran cada día de hambre unas 24.000 personas de las cuales  8.490 son niños.

En los próximos días vais a recibir en vuestro correo electrónico los proyectos de cooperación para 2021. Intentan ser una minúscula, insignificante, gota de agua para ayudar a algunas Comunidades Africanas muy pobres, para ver si así pueden abrirse algo de camino y no tener que emigrar. Os gradecemos su lectura y vuestra solidaridad con los empobrecidos de Africa.

Un cordial abrazo.-Faustino